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El sendero de lágrimas y dignidad está en Medellín

La capital de Antioquia fue elegida por el Gobierno Nacional para realizar la ceremonia central del Día Nacional de la Memoria y Solidaridad con las Víctimas del Conflicto Armado.

Walter Arias Hidalgo
14 de abril de 2013 - 11:41 p. m.

Si no fuera por su facilidad para bailar chirimía y ritmos del pacífico, o porque la violencia les ha quitado familiares, o porque el profesor Emilio Moreno es consciente de que el baile es una buena manera para hacerle el quite al violencia y porque su trabajo con niños de Zaragoza es reconocido en la Gobernación de Antioquia, Ana, Harold, Hianys y Yiris aún no conocerían Medellín. Y mucho menos estarían a punto de participar en la obra que le rendirá homenaje a las millones de víctimas de la violencia que hay en Colombia.

Los cuatro muchachos –de 10, 11, 12 y 16 años-, en compañía de Emilio y 145 víctimas más de Medellín y Antioquia, que también fueron invitados a participar en “Inxilio, el sendero de las lágrimas” –así se llama la obra-, madrugan todos los días a ensayar. Con la asesoría de 30 bailarines del Colegio del Cuerpo de Cartagena de Indias y de Medellín pulen su papel. Saben que el 9 de abril, Día Nacional de Memoria y Solidaridad con las Víctimas, lo mejor de ellos debe fluir en el Coliseo de la Universidad Pontificia Bolivariana, después de las 6:30 de la tarde.

Pese a sus virtudes histriónicas, a su docilidad corporal, que no desaprovechan en exhibir con aire de orgullo en el coliseo de prácticas, ni Ana ni sus compañeros del municipio de Zaragoza, un pueblo del Bajo Cauca antioqueño, harán una representación teatral. Como el resto de participantes mostrarán su propia realidad en cuatro momentos por medio de la música, la danza, el movimiento y la palabra.

Primero, entrarán por una alfombra roja (el sendero de las lágrimas) que significa que sí le importan al país; luego escucharán a 12 personas mayores reflexionar en el círculo de la palabra sobre el territorio, lo que significa perderlo y recuperarlo; después, en la Sinfonía de las Lamentaciones del polaco Henryk Górecki, se dejarán llevar por la música conmovedora de la Orquesta Sinfónica de Eafit; por último serán protagonistas de la carta al mundo, un mensaje de reconciliación inspirado en un poema de Emily Dickson. “La idea es decir aquí estamos (…) No nos dejen solos (…) Todos hacemos parte de un cuerpo”, dice el coreógrafo y bailarín Álvaro Restrepo, director del Colegio del Cuerpo de Cartagena.

En ese cuerpo, Colombia, hay unas cinco millones de víctimas, según la Unidad para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas. De estas, un millón 214 mil están en Antioquia, departamento en el que operan las Farc, ELN y bandas criminales. Hasta el pasado 28 de febrero, las Farc hacían presencia en 24 municipios, el ELN en tres y las bandas en 10.

Las víctimas de estos y otros grupos armados inspiraron la creación de Inxilio (refugiados internos). Cuando el poeta William Ospina, quien participó en las creaciones para el Bicentenario, le solicitó a Álvaro Restrepo crear una obra para presentar en el marco de esa conmemoración en 2010, este propuso una reflexión. Decidió, así lo dice él, “poner el dedo en la llaga”, en el problema más álgido de la historia contemporánea del país: “el tema de las víctimas, de las personas en situación de desplazamiento”.

Su hermana Mónica, quien murió en el 2000 debido a un accidente de tránsito, lo inspiró en la estructura conceptual de la obra. Ella, cuenta Álvaro, fue directora del Programa de Atención a la Población Desplazada y trabajó mucho por impulsar la Ley 70, que reconoce a las comunidades negras que han ocupado tierras baldías en las zonas rurales ribereñas de los ríos de la Cuenca del Pacífico. Para la propuesta plástica, recordó una fotografía que encontró en Internet sobre refugiados de África, quienes después de cruzar el Estrecho de Gibraltar para llegar a España son recibidos por la Cruz Roja con mantas rojas.
Aunque Inxilio nació por una coyuntura no despareció después de la conmemoración del Bicentenario. Restrepo creó una versión para menos personas, solo con presencia de nueve bailarines y con imágenes de la obra original, y la presentó en países como Inglaterra, Perú, Venezuela.

La nueva versión, la que presentará este 9 de abril, surgió porque Paula Gaviria, directora de la Unidad de Víctimas, le propuso crearla para presentarla el Día Nacional de Memoria y Solidaridad con las Víctimas. En un principio, Álvaro lo dudó. Creyó que no sería conveniente poner su obra al servicio de una política de estado. Luego pensó que si la obra contribuye a sensibilizar a más personas que han permanecido indiferentes frente al drama de las víctimas, si sirve para escucharlas, reconocerlas, visibilizarlas, entonces no es un problema trabajar con el Gobierno.

Con el sí de Álvaro, la Unidad de Víctimas, la Gobernación de Antioquia y la Alcaldía de Medellín convocaron líderes, que en sus pueblos y regiones trabajan con personas afectadas por el conflicto armado, para participar activamente en la fecha que fue establecida por la Ley 1448 de 2011 como una medida de satisfacción. Es decir, el día que el Estado debe realizar eventos de memoria y reconocimiento de los hechos que han victimizado al país.

Así fueron reunidas más de 150 víctimas en Medellín durante más de una semana para ensayar su papel en Inxilio. Así llegaron Ana, Harold, Hianys, Yiris y su profesor Emilio Moreno. Ante esta oportunidad, Emilio les propuso a los muchachos que están con él y a los demás niños y adolescentes que bailan todos los días en Zaragoza, gracias a la Asociación de Negritudes de ese municipio, invertir el dinero, el que recibirán como compensación por participar en la obra, en sudaderas y camisetas. Ellos aceptaron porque, coinciden, les falta más elementos para bailar mejor, para mostrarle a los zaragozanos, así lo dice Emilio, que “a pesar de la violencia, celebran, cantan, bailan”. Así lo sentencia Yiris en uno de los ensayos de Inxilio, tras observar extasiada a cuatro bailarines del Colegio del Cuerpo: “Mi sueño es ser bailarina”.

Por Walter Arias Hidalgo

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