La eterna espera de los niños huérfanos

Más allá del debate sobre la adopción gay, que se definirá hoy en la Corte Constitucional, está el drama de los menores que permanecen en el sistema hasta por 10 años y de los que son rechazados por sus enfermedades.

Pilar Cuartas Rodríguez
18 de febrero de 2015 - 03:26 a. m.
Portrait of beautiful young happy girl
Portrait of beautiful young happy girl

En Colombia, los niños mayores de ocho años que han sido abandonados por su padres y que padecen cáncer, síndrome de Down o enfermedades renales, sida o tienen más de dos hermanos, afrontan un verdadero drama humano que, en últimas, se traduce en una sentencia de orfandad, porque la discriminación de la que son blanco induce a que las personas solteras, los esposos y uniones maritales de hecho heterosexuales y los guardadores del país no los adopten.

Se trata de 5.283 niños con “características especiales” que están bajo protección del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar y no han encontrado una familia adoptiva. Otros 5.096 jóvenes cumplieron la mayoría de edad y deberán salir del sistema de protección estatal. En su totalidad, la entidad hoy cobija a 106.122 niños y adolescentes en proceso de restablecimiento de derechos. En los últimos cinco años el número de niños adoptados en Colombia pasó de 3.058 en 2010 a 1.148 en 2014, una reducción del 62%.

Precisamente el déficit de adopciones y el aval de la adopción gay como una contribución a “cumplir con el objetivo de otorgar al niño o la niña la posibilidad de crecer en el seno de una familia” es uno de los argumentos con los que el magistrado Jorge Iván Palacio Palacio presentó ante la Sala Plena de la Corte Constitucional una ponencia que busca la aprobación de la adopción por parte de las parejas gais. Tras un empate de cuatro votos a favor y cuatro en contra, hoy se llevará a cabo una nueva votación con la participación del conjuez José Roberto Herrera, de tendencia conservadora. Que las parejas del mismo sexo pueden conformar una familia, el derecho a la igualdad y la prohibición de discriminación por motivo de la orientación sexual, son otros de los sustentos.

De aprobarse la adopción gay, ¿ésta contribuiría a que menos niños crezcan bajo el brazo del Estado? El Espectador se lo preguntó a los directivos de las ocho Instituciones Autorizadas para los Procesos de Adopciones (Iapas) en el país, con más de 30 años de experiencia en esta materia. Aunque sus opiniones son dispares frente a si se debe o no aprobar, todos concuerdan en que definitivamente no cambiaría el panorama de los menores huérfanos. Y no porque piensen que la homosexualidad es una enfermedad, como conceptuó y luego se retractó la Universidad de la Sabana, sino porque las trabas en el sistema van más allá de la orientación sexual de los padres.

Tiempos, defensores de familia y exclusión

El número de niños adoptados no ha disminuido por falta de familias. Así lo demuestran las cifras del ICBF, según las cuales hay 336 familias colombianas y 2.796 extranjeras en lista de espera. Elena Martínez Pineda, directora de la Fundación para la Asistencia de la Niñez Abandonada (FANA), explica que la falencia está realmente en las candidaturas para niños con características especiales, por lo que “la discusión debe ser de fondo. Las parejas homosexuales lo que están peleando es equidad, ellos no están pensando en los niños. La gente sigue pensando en la familia biológica y que la sangre llama y vemos muertes, abusos e inducción a la prostitución hecha por la familia biológica”.

¿Una pareja homosexual va a adoptar a un niño con síndrome de Down?, es la pregunta que se formula Lorena Vargas, vocera de la Casa de la Madre y el Niño. Pero además de la discriminación por parte de los posibles adoptantes, está la espera eterna de los menores. Sus años de infancia transcurren mientras en los estrados judiciales se les define su situación jurídica. Vargas agrega que en su entidad acoge a una niña “que lleva diez años institucionalizada porque los defensores no le resuelven su situación”, aunque la ley establece un plazo máximo de seis meses.

Y es que los defensores de familia del ICBF no dan abasto. En la actualidad hay 1.018 funcionarios, lo que quiere decir que cada uno tiene a su cargo por lo menos 100 casos. Ante este panorama, Gonzalo Gutiérrez, representante legal del Centro para el Reintegro y Atención del Niño (CRAN), sostiene que crecer en el sistema de protección atenta contra la formación del menor. “Cuando no se tienen vínculos fuertes es más posible que hagas cosas monstruosas, como matar a cuatro niños en Caquetá o poner una bomba en el Club El Nogal”.

Darle continuidad al ICBF, no permitir que este se permee por la política a nivel regional, tener una política de Estado para la infancia y sensibilizar sobre qué significa ser padres, deben ser algunas de las modificaciones, según Gutiérrez.

“No todos queremos adoptar”

Uno de los sueños de Felipe Cárdenas y Andrés Vásquez, cofundadores de la Cámara de Comercio LGBT de Colombia y quienes se casaron a principios de este año en una boda masiva en Florida (Estados Unidos), es ser padres. “Nosotros podemos adoptar en otros países, como Argentina, pero no nos interesa, queremos adoptar en Colombia. Estaría dispuesto a adoptar a un niño con características especiales porque históricamente la comunidad LGBTI ha sido blanco de discriminación. Nadie mejor que nosotros para entender lo que significa tener una condición de vida diferente de una sociedad mayoritariamente heterosexual, uniforme”, aclara Cárdenas, quien espera que la Corte Constitucional vote a favor de la adopción igualitaria.

Aunque parejas como ellos quieren formar una familia, otras como Elizabeth Castillo y Claudia Zea, que llevan cinco años juntas y celebraron su unión en 2013, ya tuvieron hijos biológicos y lo que esperan son nietos. “No es cierto que todos los gais estén desesperados en las puertas de sus casas para ir corriendo al ICBF. Los homosexuales no vamos a ser la solución, pero necesitamos que nos reconozcan ese derecho. Entrar en igualdad de derechos a todas las parejas de este país”, afirma Castillo, coordinadora del grupo Mamás Lesbianas.

Por su parte, Mauricio Albarracín, director de Colombia Diversa, opina que “eliminando una restricción discriminatoria, más niños podrían tener la posibilidad de ser adoptados y más padres tendrían la posibilidad de tener hijos. Algunos dicen que el país no está listo, pero ¡por favor!, si es que nosotros somos parte del país, que está tan listo que ya hay hijos de parejas gais biológicos y adoptados”.

En el marco de esta discusión, la senadora Viviane Morales inscribió ayer ante la Registraduría Nacional del Estado Civil el Comité Promotor, cuyo objetivo será la realización de un referendo para consagrar que la adopción de menores sólo sea por parejas heterosexuales. En el trámite, que apenas empieza, se tendrán que verificar 215.000 firmas, recolectar casi dos millones más, radicar un proyecto de referendo en el Congreso y tener el visto bueno de la Corte Constitucional.

Mientras tanto, de aprobarse o no hoy la adopción gay en la Corte, el debate sobre la igualdad pone sobre la mesa una problemática que se agudiza cada vez más: los niños están creciendo institucionalizados, son abandonados en basureros y están siendo discriminados.

Reacciones de directivos de las Iapas

Gonzalo Gutiérrez Representante legal del Centro para el Reintegro y la Atención del Niño “Mis hijos tienen seis y siete años y han crecido viendo a dos mujeres criar a una niña. Entienden perfectamente y crecen con esa diferencia, sin juzgar ni calificar. Eso es lo que quisiera dentro de una sociedad: crecer sin tanto prejuicio”.

Jaime Alberto Molina Director de la Corporación Casa de María y el Niño “La familia es un hogar conformado por un hombre y una mujer, donde les damos los valores y los principios a nuestros niños. Hay que tener en cuenta el criterio de la sociedad civil. Aclaro que hablo en mi nombre personal, no de la organización”.

Elena Martínez Pineda Directora de la Fundación para la Asistencia de la Niñez Abandonada “Colombia no está preparada para la adopción gay, ni siquiera ha sido capaz de aceptar el matrimonio. No hemos hecho la mirada profunda de la necesidad de los niños y no es el momento de mirar o no si necesitan parejas del mismo sexo”.

Socorro Durán

Vocera de la Fundación Los Pisingos y miembro de la junta directiva “El ICBF se ha basado en investigaciones de otros países para dar su concepto. No estoy en contra de la adopción gay, pero tampoco apoyo cualquier adopción gay, como tampoco apoyaría cualquier adopción heterosexual. Hay que estudiar cada caso”.

Pilar Gómez de Tamayo Fundadora de la Fundación Casita de Nicolás “He leído testimonios de adultos que han tenido una vida dura con una familia gay. No estoy de acuerdo con que la Corte apruebe la adopción gay. La naturaleza enseña que debe ser hombre y mujer, que sólo se procrea el hombre con la mujer”.

Lorena Vargas Vocera de la Casa de la Madre y el Niño “La mayoría de los niños del ICBF han pasado por circunstancias adversas, y al llegar a una pareja gay en una sociedad como la nuestra van a ser niños seguramente rechazados. Aclaro que hablo en nombre personal”.

María Clemencia Márquez Asociación Amigos del Niño Ayúdame “Que una pareja del mismo sexo adopte no es factible en una cultura como la nuestra, donde existe todo tipo de discriminación. Discriminamos a los mejores estudiantes que ingresan a importantes universidades por el hecho de ser humildes”.

Pilar Cuartas Rodríguez

Por Pilar Cuartas Rodríguez

Periodista y abogada. Coordina la primera sección de “género y diversidad” de El Espectador, que produce Las Igualadas y La Disidencia. También ha sido redactora de Investigación. @pilar4aspcuartas@elespectador.com

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