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Francesca Miranda y las tradiciones artesanales

La diseñadora acaba de recorrer el país participando en la presentación ante los medios de esta nueva edición de Colombiamoda 2013, mientras en su taller de Barranquilla su hija Daniela y un compacto equipo de trabajo se concentran en culminar la producción de “San Agustín, más allá”, su más reciente colección con la que inaugurará las pasarelas de diseñadores y marcas nacionales el próximo martes 23 de julio en Medellín.

Rocío Arias Hofman
19 de julio de 2013 - 09:09 p. m.
FRANCESCA MIRANDA
FRANCESCA MIRANDA

Francesca Miranda anticipa los pormenores de este trabajo con idéntica ilusión con la que inició su carrera en la moda nacional en 1995.Ocurrió durante su primer desfile también en Colombiamoda. Ha volado lejos desde entonces, cuenta con una compañía capaz de producir prendas a medida, una exitosa línea de novias, dos colecciones anuales, alianzas empresariales para producir fragancias y ropa de hogar, hasta una escuela de formación para jóvenes diseñadores. Nació en El Salvador, pero lleva casi tres décadas en Colombia después de casarse con Francisco Yasir, un barranquillero de origen alemán y palestino al que conoció estudiando en Miami. “Si no hubiera llegado a este país no sería lo que soy”, resume alegre, con ese aire fresco que inunda su carácter ya caribeño.

—Francesca, usted tiene una mezcla española, italiana, salvadoreña y colombiana. ¿Qué nacionalidad sobresale cuando está creando moda?

—No pienso en la procedencia de la mujer. Mi mirada es internacional, pero son las raíces, esa mezcla cultural, lo que me da la capacidad para hacer mi trabajo sin necesidad de reparar exactamente en un país en singular. Cuando veo elementos indígenas, me transformo porque me tocan muy hondo. Algo hay en mí que los convoca. La interpretación, la imaginación, lo sublime que hay tras cada prenda es infinito y proviene de lugares muy diversos.

—La colección “Artesanías de Colombia”, que presentó en 2004 durante el Milán Fashion Week, ¿fue el detonante para interesarse a fondo por las tradiciones indígenas del país?

—Te quiero contar que ya en 2003 había conocido materiales artesanales, pero no sobre las tradiciones. Sin saber mucho, comencé a trabajar el 70% de mi colección con fibra de plátano y otros materiales vegetales. En 2004 ya tomé la decisión de investigar y conocer más del mundo diverso indígena. Encontré algo propio, nacional, una promesa para la moda.

—Y es que la colección primavera-verano 2013, titulada “Continúa”, causó una gran sorpresa por la manera en que logró intervenir las geometrías de los sombreros vueltiaos, por ejemplo. Se notó mucho trabajo e investigación. ¿Cómo formó esta colección?

—Empecé a trabajar con Cecilia Duque, la fundadora de Artesanías de Colombia, a aprender de ella y así me adentré en ese fascinante mundo. Cecilia estaba haciendo un libro sobre 15 etnias colombianas. A partir de ahí comencé a trabajar. Viajamos a Córdoba y Medellín. Invitamos a las mujeres indígenas para conocer sus técnicas y métodos.

—Cecilia Duque lideró la creación del Laboratorio de Diseño de Artesanías de Colombia y afirma que de las 86 etnias indígenas del país y de sus 90 dialectos nativos, los colombianos poco sabemos y conocemos. ¿La moda, en su caso, cumple un papel de acercamiento a esta parte fundamental de la idiosincrasia colombiana?

—Claro que sí. Lo hago de una manera creativa. No reconstruyo nada, pero sí evoco los lugares, las comunidades, el significado que tiene en las culturas indígenas lo que para nosotros tiene una sola acepción. Me siento un vehículo para dar a conocer esta parte de Colombia. El título de “Continúa” hace alusión a eso mismo: siempre iré hacia allá y habrá más y más sobre las tradiciones.

—En esta nueva colección “San Agustín, más allá”, ¿por qué eligió este lugar donde reposan tesoros precolombinos como punto de partida?

—Me impactó mucho ver que los turistas que encontré en el parque eran en su mayoría alemanes. Lo visité con Cecilia Duque y un filósofo. Aprendiendo a investigar y a compartir con arqueólogos y sociólogos, me di cuenta de que el parque de San Agustín tiene un peso enorme en el patrimonio del país. Decidí conocerlo a fondo, mirar bien —más allá de lo que está a la vista— para pensar en mi colección que está elaborada con una combinación de tecnología y trabajo artesanal. Presentaré 40 look de prêt á porter en texturas lisas y corrugadas.

—¿Qué elementos físicos tomó del entorno para hacer la puesta en escena que requiere un desfile de esta envergadura donde sorpresa, emoción y expectativa son parte inevitable y fundamental del resultado final?

—Me encantaría hacer desfiles en recintos abiertos, tener más libertad. Con Diego Guarnizo hemos imaginado una escenografía que transporte al público a ese escenario mágico del parque de San Agustín. Encontré tantos elementos naturales en los árboles mismos, que voy a contar con ellos. El Instituto de Antropología e Historia de Colombia me entregó un aval para poder desarrollar este proyecto.

—En cuanto a los textiles, ese mundo donde le gusta perderse, ¿qué encontró esta vez para reflejar este mundo ancestral?

—Creo que algo muy importante que encontré en los tesoros de San Agustín fueron las texturas, las que brinda la naturaleza en toda su expresión. Voy a utilizar organzas, tejidos, sedas, encajes, algodones, aplicaciones sofisticadas para estampar telas, pero también pintura.

—Quizá la preocupación por formar nuevas generaciones de diseñadores es uno de los retos más ambiciosos que tiene la industria nacional. ¿Qué tipo de orientación pedagógica y estética tiene la Escuela de Diseño Francesca Miranda?

—Quiero que la experiencia sea parte fundamental en la formación de los diseñadores jóvenes. En mi taller acojo a estudiantes porque me doy cuenta de que esta práctica es fundamental para contribuir en su desarrollo. El énfasis en apreciar y trabajar con las comunidades indígenas es parte clave del eje académico de la Escuela. Estoy buscando acuerdos con escuelas en Perú, Barcelona e Italia para fortalecer la plataforma. Hemos comenzado con cursos y espero abrir las puertas de la sede en septiembre de 2014. Allí estará el salón de novias, el taller, las oficinas. Espero convertirme en un referente en el orden internacional.

—En una lista de deseos, ¿qué pedirías para fortalecer la industria de la moda en Colombia?

Debería haber unión de fuerzas en el país para consolidarnos hacia la internacionalización. Quizás estamos muy dispersos internamente. Pienso que los diseñadores debemos vernos más como empresas. Comencé con 6 personas y ahora son 66. Esa mirada empresarial es muy importante. Por eso pediría más formación.


Por Rocío Arias Hofman

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