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¿Qué ha pasado con los hogares colombianos en los últimos tres años?

Aquí los resultados de la Encuesta Longitudinal Colombiana (ELCA).

Camilo Vega Barbosa
26 de septiembre de 2014 - 01:59 p. m.

“La medición es importante para las políticas económicas, ya que sin ella no sabríamos cómo intervenir, cuando intervenir y por qué intervenir”, son las palabras con las que Orazio Attanasio, profesor de University College in London, expresa la importancia de la publicación de los nuevos resultados de la Encuesta Longitudinal Colombiana de la Universidad de los Andes. Una compilación de datos cuyo objetivo es seguir a lo largo de una década a más de 10 mil familias en zonas urbanas y rurales en Colombia.

Este proyecto es la primera encuesta longitudinal de esta magnitud que se realiza en Colombia y permitirá conocer las dinámicas de los hogares, la evolución en el mercado laboral, el desarrollo de los niños, la vulnerabilidad frente a choques y los mecanismos que los hogares tienen para reaccionar ante ellos. Además ayudará a conocer el acceso a los servicios financieros, las dinámicas en la propiedad de la vivienda y en la tenencia de tierras y producción en la zona rural.

Entre las principales conclusiones que muestran los análisis preliminares son que la intensa dinámica demográfica sufrida por los hogares urbanos y rurales entre 2010 y 2013, menos de la mitad de los hogares mantiene su estructura, jefatura y tamaño intactos, mientras que el resto se divide y se descompone.

La encuesta también muestra que mientras que el 2% de los niños de las zonas urbanas reportan haber trabajado, en las zonas rurales este indicador llega a 11,5%, y es especialmente alto para los hombres (15,93%). Asimismo, Catherine Rodríguez, profesora de la Universidad de los Andes, advierte que “a pesar de que hay mejorar en cuanto a la deserción escolar es preocupante que el 20% de los estudiantes de ingresos bajos se encuentren rezagados frente al año escolar al que debería estar cursando. Lo cual es malo porque por un lado implica un pérdida de recursos del estado, y porque este fenómeno desmotiva a los jóvenes, lo que puede aumentar la probabilidad de que abandonen su educación”.

Además Raquel Bernal, directora del Centro de Estudios de Desarrollo Económico de la Universidad de los Andes (CEDE), resaltó que “ los datos de la prueba de competencias verbales, que es uno de los test que más sirven para detectar el nivel de competencias que influirán en el desempeño académico de largo plazo de los infantes, indican que los niños del segmento más pobres de los hogares, y a tan solo la edad de tres años, reflejan un rezago de 20 meses frente a los menores del rubro más rico de la muestra”.

Teniendo en cuenta toda la coyuntura actual que hay sobre las negociaciones de La Habana y sobre la posibilidad de entrar a un periodo de postconflicto, Ana María Ibáñez, decana de la facultad de economía de la Universidad de los Andes, explicó que “hay dos factores muy importantes a considerar. El primero, la ELCA está creciendo con los niños que estamos entrevistando, ya que además de incorporar información sobre niño de tres a nueve años en esta ocasión incluimos un módulo de jóvenes sobre actitudes de riesgo y de percepciones de éxitos en el futuro. Por lo que en la siguiente versión podremos observar qué pasó en términos laborales con estos jóvenes. Lo segundo es que gracias a que contamos con registros de hogares que se encuentran en dos zonas muy afectadas por la guerra en Colombia, si logramos la paz vamos a poder observar los efectos tanto positivos como negativos sobre estas familias”.

@camilovega0092
jvega@elespectador.com

Por Camilo Vega Barbosa

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