Publicidad

La heroína que rescató a Salgar

Dora Torres, bombera voluntaria que participó en el rescate de muertos y heridos en ese municipio de Antioquia, perdió en la tragedia a 18 familiares, de los cuales una bebé de dos meses y cuatro adultos nunca fueron hallados.

Maryluz Avendaño MEDELLÍN
18 de mayo de 2016 - 05:43 a. m.
 Dora Torres fue una de las voluntarias durante la tragedia de Salgar. / Luis Benavides
Dora Torres fue una de las voluntarias durante la tragedia de Salgar. / Luis Benavides
Foto: DORA TORRES

Dora Torres es una de esas mujeres que engañan. Con 1,55 de estatura, contextura gruesa, mirada tímida y voz suave, no es fácil adivinar que detrás de su apariencia se esconde una guerrera capaz de trabajar sin descanso por el bienestar de sus coterráneos.

Sentada con sus compañeros en un restaurante a las afueras de Salgar (Antioquia), tras cumplir con su jornada en el cuerpo de bomberos, donde esta vez informaban a los habitantes sobre cómo funciona el nuevo sistema de alarmas para prevenir desastres, Dora hace un recuento de lo que ha sido este año después del fatídico 18 de mayo en que la quebrada Liboriana arrasó con gran parte del municipio. Ella no solo perdió a 18 de sus familiares y tuvo que rescatar a 98 personas conocidas por ella, sino que además se quedó sin vivienda y hoy ni siquiera está en el censo para acceder a una de las 300 que entregará el Gobierno o de las 30 que el expresidente Álvaro Uribe construyó para sus paisanos. Confiesa que la afectación sicológica ha sido enorme en todos los habitantes del municipio.

¿Qué ha pasado con Dora este año?

Sigo siendo bombera voluntaria, hasta que mi Dios me lo permita. Hemos tenido otras emergencias pequeñas en el municipio y seguimos trabajando. Esperando a ver qué pasa, porque no salí beneficiada en el censo para el programa de vivienda.

¿Cuánto tiempo trabajaron en el rescate de las víctimas de la tragedia?

La tragedia fue el 18 de mayo y nosotros trabajamos hasta finales de junio. Todavía nos llamaban para decir que había gallinazos o que estaban las orugas por ahí; teníamos que estar presentes cuando removían los escombros por si había cuerpos. Trabajamos dos meses seguidos sin descanso.

De esos días, ¿qué fue lo más difícil?

Todo. La tristeza que vivió el municipio y que seguimos viviendo como comunidad. En estos días vamos a tener muchos actos conmemorativos y estamos pensando en que eso nos va a remover todo. Fue mucha la tristeza que nos tocó vivir porque fueron muchas las historias.

¿No quieren esas conmemoraciones?

La verdad, no. Nosotros como grupo no. A todos los salgareños nos tocó muy duro, pero al grupo de bomberos más porque no podíamos llorar: éramos la fuerza del municipio, no podíamos tener reacciones de dolor.

¿Qué pasó con ese dolor reprimido?

Como en julio la Alcaldía nos llevó un sicólogo, porque veía que necesitábamos terapia y fue volver a remover todo eso. Nosotros llorábamos como niños porque nos pedían que contáramos historias, que cerráramos los ojos y reviviéramos lo que pasó. Eso fue muy duro y pensamos que va a volver a suceder con las conmemoraciones.

¿Sirvieron esas terapias?

No. Lo comprobamos hace pocos días con el simulacro. Nos tocó andar desde el sector de La Palomera por toda la orilla de la quebrada y volvimos a revivir todo eso. Ahí fue donde, como grupo, vimos que no hemos superado lo que pasó.

¿Qué pasó en esas caminatas?

Caminaba y recordaba las horas de rescate. Yo estaba con unos policías y parecía una lora mojada contando historias. Les decía dónde vivía mi familia, dónde encontramos víctimas, y ellos quedaron sorprendidos por todo lo que nos tocó. Fuimos los primeros en responder al desastre, sentíamos que el río pasaba y nos golpeaba contra la barranca, pero escuchábamos los pedidos de auxilio y no pensábamos sino en que los teníamos que ayudar.

Hace un año buscaba a 18 de sus familiares. ¿Encontraron sus cuerpos?

No encontramos cuatro adultos y una bebé de dos meses.

¿Cómo superar una situación tan difícil?

Eso no se supera ni se olvida, pero tenemos que tratar de sobreponernos a todo esto. Incluso yo perdí mi vivienda y no pude encontrar para dónde irme y vivo aún más cerca del río.

¿Cómo es posible que no tenga una vivienda?

Estoy en el censo, pero la prioridad son los dueños de casa y que tengan escrituras, y toda mi vida he pagado arriendo. Resultan viviendas, pero de 200 o 300 mil pesos. Soy voluntaria, no recibo sueldo y mi marido trabaja en el campo. ¿Con qué voy a pagar? No puedo.

¿No es injusto eso, después de todo lo que usted ha hecho por Salgar?

No, sé que hay prioridades. Hace tres años compré un lote y estamos mirando cómo me ayudan para construir la casa. Hay personas interesadas, solo es un proyecto, Dios quiera que se logre concretar.

¿Vivir tan cerca del río no le revive constantemente esa tragedia?

Mi hija no ha podido superar el miedo porque vivo en una zona en riesgo. En los días de lluvia el río se siente impresionante, por la noche no nos deja dormir y me toca salir en medio de la noche para donde mi mamá, que vive en un lugar más central.

¿Cómo son esas noches?

Duras. Uno siente que está reviviendo la historia, suenan tronidos y uno se pregunta si son truenos o es algo que trae el río. La demora es que empiece a caer agua y de una empezamos a monitorear el río. En las madrugadas somos mi esposo y yo, tranquilizando a la comunidad.

¿Él también es voluntario?

Sí, desde hace tres años, y mi niña es bombera juvenil. Todos en mi casa servimos a la comunidad.

Por todo lo que nos cuenta, ¿Hay un serio problema de salud mental en el municipio?

Sí. Aun hay problemas sicológicos, personas que tienen eso muy presente y no lo han podido superar a pesar de la ayuda de sicólogos. Además estamos en alerta naranja por el invierno, y el aniversario, que es muy triste para todos.

Pensar en esa fecha...

Da escalofrío. Quisiéramos saltarla. Cada que se llega un 18 de cada mes la gente empieza a decir cuántos meses van, lo que pasaba a esa hora, dónde estaban. Siempre vuelve el recuerdo, y eso está muy presente. Pensar que se va a acercar esa fecha asusta, da escalofrío.

¿Cuántos desaparecidos hay?

Hay 17 personas que no se encontraron y 98 que sí.

¿Qué hacer para sanar eso?

El tiempo no se puede echar para atrás, ya para sanar no da. De pronto que el dolor cese, pero no se va a olvidar. Esperar que Dios nos dé fuerza de seguir sin problema y que con el paso del tiempo ya no sea tan doloroso.

Por Maryluz Avendaño MEDELLÍN

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar