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Los cerros de Sincelejo donde, según indígenas, hasta los micos fueron desplazados

Una resolución de Carsucre suspendió las obras de Autopistas de la Sabana en la Sierra Flor, porque provocan daños ambientales. La firma asegura que actúa de acuerdo a la licencia otorgada por la Anla y pide revocar la decisión.

Pilar Cuartas Rodríguez
22 de febrero de 2016 - 10:23 p. m.
Así lucen las obras de Autopistas de la Sabana en la Sierra Flor (Sincelejo, Sucre). / Cortesía
Así lucen las obras de Autopistas de la Sabana en la Sierra Flor (Sincelejo, Sucre). / Cortesía

Tras más de dos años de disputa con la asociación Autopistas de la Sabana, los indígenas de los cerros de la Sierra Flor, en Sincelejo (Sucre), celebran por estos días la que consideran su primera victoria. La Corporación Autónoma Regional de Sucre (Carsucre), a través de una resolución, les dio la razón a los nativos que denunciaron que la firma excedió los límites de excavación que incluía la licencia ambiental, otorgada por la Anla para construir la carretera Sincelejo-Toluviejo, y se metió en terrenos no autorizados.

La entidad confirmó los hechos y dijo que la empresa estaba extrayendo material pétreo. Lo que “presuntamente tipifica una explotación ilíticta y se configura en una minería ilegal…ya que no hay tíulo minero vigente ni autorización del titular de dicha propiedad”, concluyó Carsucre.

Tal situación generó taludes, pequeños derrumbes, caída de bloques y un impacto sobre el paisaje, según la corporación. La torre de energía eléctrica, por su parte, presenta agritamientos debido a la inestabilidad del terreno, y de caerse podría dejar sin luz a los departamentos de Bolívar y Sucre. De acuerdo con los pobladores, también se removió la cobertura vegetal y la fauna fue desplazada.

Aunque la corporación le pidió al alcalde de Sincelejo, Jacobo Quessep, suspender las obras, ordenó iniciar un proceso sancionatorio ambiental contra la empresa y remitió la queja a la Fiscalía para asuntos ambientales en Barranquilla, los nativos le enviaron una carta al mandatario pidiéndole que inscriba estos suelos de protección ambiental ante el registrador de Instrumentos Públicos, para garantizar que no se comercialicen, y que le ordene a Autopistas de la Sabana reparar el daño ocasionado.

Luis Martínez Martínez, capitán del cabildo Flores de Chinchelejo y uno de los denunciantes, asegura que tras la llegada de la compañía los árboles nativos, que servían de refugio para varias especies animales, han sido talados sin discriminación. Lo que exige la comunidad indígena es que se respeten los derechos colectivos a un ambiente sano y la protección de los recursos naturales para garantizar su desarrollo sostenible.

“Los cerros de la Sierra Flor son reserva natural y el POT de Sincelejo lo reconoce, por lo que el suelo debe ser protegido. La Anla expidió la licencia ambiental para construir la doble calzada pasándose por la faja eso. La carretera consiste en construir 18 kilometros que atraviesan los cerros. Autopistas de la Sabana tenía que construir la vía en 40 metros de ancho y se metió mas de 100 metros más y se puso a hacer explotación minera ilegal. Han sacado más de 5 millones de toneladas de material. Lo que representa más de $40 mil millones por pago de regalías”, aseguró a El Espectador Norbey Moreno, presidente de la Veeduría Sincelejómetro.

Martínez, por su parte, relata que la doble calzada Sincelejo-Toluviejo tiene en jaque no solo la tradición del resguardo indígena, sino también su sostenibilidad. El suelo que se está erosionando está afectando un proyecto que adelantan con el apoyo de Colciencias y con el que extraen aceites esenciales de plantas medicinales.

“Acabaron con un bosque natural que era del servicio de la salud indígena. Destruyeron plantas en vía de extinción como el árbol arará; antes había nueve de estos y ahora solo queda uno. Lo utilizamos para desinflamar y aliviar el sistema digestivo. Otras plantas que desaparecieron son la salsa parrilla, que sirve para limpiar la sangre, y árbol de cedrón”.

Ni las familias de los micos se salvan. Según el capitán nativo, decenas de osos hormigueros, guartinajas, conejos, loros y 50 micos salieron huyendo del bosque. Así como, según él, varias tortugas e iguanas murieron estripadas por las maquinarias de Autopistas de la Sabana. “Los cerros son los que protegen al municipio de los vientos huracanados que vienen del mar Caribe. Ahora los vientos destruyen casas por doquier”, agrega Martínez.

El director de Carsucre, Johnny Avendaño, anunció que revisará todas las licencias ambientales que han sido autorizadas para tomar los correctivos necesarios, mientras que Autopistas de la Sabana negó haber violado los límites de la licencia ambiental, pero acató la orden de interrumpir los trabajos en la Sierra Flor.

Los indígenas desean que el antiguo camino de los indios conserve su valor sagrado, que los rituales espirituales no se pierdan y que los cerros que dibujan el escudo de la capital de Sucre no desaparezcan. “Tenga por seguro que no vamos a permitir que entre más maquinaria”, aseveró Martínez.

“Pedimos revocar la decisión”: Autopistas de la Sabana

Juan Manuel Mariño, gerente general de Autopistas de la Sabana, le dijo a este diario que la licencia ambiental, otorgada por la Anla, contempla los impactos ambientales e impone unas compensaciones a cargo de la empresa. “Si talas un árbol, lo compensas y todo lo que estamos haciendo ha sido dentro del marco de la licencia ambiental. No voy a decir que no se genera impacto, pero la autoridad ambiental los evaluó”.

Sobre la afirmación de que los animales han muerto aplastados por maquinaria, Mariño sostiene que no tiene ninguna referencia sobre eso. “Pero debo decir que tenemos un personal en la concesión que rescata a las especies y las pone en otro sitio. Por otra parte, la torre de energía de la que hablan está ubicada en la parte alta de la montaña y, según nuestro análisis, hecho por un geotecnista, no está en riesgo de caída”, agrega Mariño.

El empresario explica, además, que su diseño fue aprobado por la Anla. “No es capricho cortar un pedazo de la montaña para pasar la vía, es un proyecto presentado y revisado por las autoridades que deciden si sí o no”. Y añade que la firma le pidió a Carsucre revocar la decisión porque no está haciendo explotación minera, “hacemos unos cortes y esos materiales son usados en otras partes de la obra. Los excedentes los usamos donde nos falta material, y eso está previsto por la licencia”.

“Tenemos tres empresas contratistas y un lote de 70 volquetas paradas, esperando para reanudar labores. Tenemos afán de entregar la obra el 31 de diciembre de este año. Nos están perjudicando enormemente. Entiendo que las corporaciones prenden alarmas ambientales, pero pedimos que al menos nos hubiesen convocado a las reuniones y escuchado nuestros argumentos, pero la resolución la emitieron sin oír nuestra versión”, concluye Mariño.

Por Pilar Cuartas Rodríguez

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