Los cuestionamientos de Guillermo Cano sobre la toma del Palacio de Justicia

El 9 de noviembre de 1986, el entonces director de El Espectador escribió en su Libreta de Apuntes que se debería hacer un homenaje a la memoria de los mártires de la justicia.

Redacción El Espectador
09 de noviembre de 2016 - 11:30 p. m.
Los cuestionamientos de Guillermo Cano sobre la toma del Palacio de Justicia
Foto: Jhonatan Ramos

“¿Quién le cortó la palabra al magistrado Alfonso Reyes Echandía? Tampoco se sabe a ciencia cierta”. Con este interrogante sin respuesta, en su columna Libreta de Apuntes, Guillermo Cano exteriorizó sus reflexiones sobre lo sucedido en el Palacio de Justicia. Un año después de la toma y retoma del templo de la justicia, el director de El Espectador vaticinó que esa frase iba a entrar en la historia de Colombia y que no quedaba más que perfeccionar los poderes institucionales para moldear una democracia más pura, como homenaje a la memoria de los mártires de la justicia. (Vea el especial 30 años de la Toma del Palacio de Justicia)
 
Ese 9 de noviembre de 1986, además de los ecos del debate por lo sucedido en el Palacio de Justicia, la otra controversia se dio por cuenta de los reclamos de la periodista Olga Behar, quien en carta dirigida al presidente Virgilio Barco, le pidió que se aclarara quien suministró a las autoridades norteamericanas la lista de periodistas indeseables en los Estados Unidos. Behar recordó que el rechazo a su ingreso a ese país había obedecido a que alguien le había entregado al gobierno norteamericano esa lista y la sociedad colombiana debía conocer sus orígenes. (Lea: El día que no dejaron entrar a Estados Unidos a la periodista Olga Behar)
 
Los interrogantes de la comunicadora se complementaron con un debate alrededor del maltrato al que estaban siendo sometidos los ciudadanos colombianos en diversos lugares del mundo. El Procurador Carlos Mauro Hoyos lo calificó como la presunción de culpabilidad de los colombianos, sobre todo en Estados Unidos. El canciller Julio Londoño Paredes trató de amainar las críticas sin éxito, pues la mala imagen de los colombianos en el exterior también era un común denominador en las agencias de prensa o las autoridades por una causa: el narcotráfico. (Lea: La lentitud por la elección popular de alcaldes)
 
 

Por Redacción El Espectador

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