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Los "pesos" pesados de la Costa

Blu Radio recorrió Sahagún (Córdoba) y Sincelejo (Sucre), fortines políticos donde consiguieron sus votos ‘El Ñoño’ Elías, Musa Besaile y Yahír Acuña.

Diego Monroy - Especial de Blu Radio
16 de marzo de 2014 - 02:00 a. m.
Varios kilómetros de ciclorrutas empezaron a construirse en Sahagún (Córdoba) cu
Varios kilómetros de ciclorrutas empezaron a construirse en Sahagún (Córdoba) cu

Cuando aún no se tiene claro quiénes ocuparán las curules del Congreso en los próximos cuatro años, ya se sabe quiénes fueron los grandes ganadores de la contienda electoral del pasado domingo: Bernardo Elías, Musa Besaile y Yahír Acuña. Entre los  tres parlamentarios costeños consiguieron más de 400.000 votos. Pero ¿cómo tres discretos congresistas consiguen el apoyo de tantos ciudadanos? Muchos sucreños y cordobeses se atreven a afirmar que pagando entre $20.000 y $100.000 por voto.

Ante esta exorbitante votación, un equipo periodístico de Blu Radio recorrió los municipios originarios de estos tres barones electorales y pudo constatar de primera mano la manera como habrían conseguido ese gran caudal electoral, pues mientras a nivel nacional la abstención fue cercana al 60%, en Córdoba y Sucre fue de 42% y 36%, respectivamente, cifras que hacen que expertos en asuntos electorales consideren atípicas y sospechosas las votaciones de estos departamentos.

En Sahagún (Córdoba), de donde son oriundos los senadores   Bernardo El Ñoño Elías y Musa Besaile, 46.000 de las 76.171 personas habilitadas para hacerlo salieron a depositar su tarjetón en las urnas, y de esas cerca de 30.000 lo hicieron por estos dos senadores del Partido de la U. En Sincelejo (Sucre) la cosa no es muy distinta: votaron 15.090 de las 24.672 personas habilitadas, y casi 4.000 lo hicieron por el movimiento Cien por Ciento Colombia, encabezado por el representante Yahír Acuña, a quien se cuestiona por sus presuntos vínculos con la empresaria del chance Enilce López, más conocida como La Gata.

Como si se tratara de una historia que todo el mundo conoce, pero que nadie quiere contar, en las calles del municipio de Sahagún se dice que el pasado domingo un grupo de personas de varios partidos políticos compraron la conciencia y el voto de muchos de los electores. Dicen que pagaron entre $20.000 y $100.000, dependiendo de la hora y de si era por una sola corporación o por las dos. Se compraban a escondidas pero a plena luz del día y, como dice la canción de Héctor Lavoe, “todos lo comentan, nadie lo delata”.

Uno de los pocos que se atrevieron a contar lo que sucedió en el municipio cordobés fue Rafael Antonio Torres*, un vendedor ambulante que sostiene que Musa Besaile y El Ñoño Elías ofrecían en promedio $50.000 en efectivo por el voto. “Aquí les ofrecían 30.000, 50, dependiendo de la hora. En Sahagún la compra de votos es común y corriente. Lo hacen como una cosa oculta, pero ya la gente sabe que fulano y mengano se encargaban de comprarlos”, señala con desparpajo.

Cuenta que en este municipio, de donde han salido célebres personajes como los excongresistas Salomón Náder, Reginaldo Montes o Miguel de la Espriella, así como el polémico contratista Emilio Tapia y el exsecretario del Senado Emilio Otero, los votos se venden en combo: “Por el combo de Senado y Cámara se ofrecían 100.000 barritas: 50 para la Cámara y 50 para el Senado”, concluye el humilde vendedor.

Sobre la compra de votos en Córdoba, José Galeano, coordinador regional de la Misión de Observación Electoral (MOE), señala que la mayoría de los partidos políticos estuvieron involucrados, sobre todo en Sahagún y Montelíbano. Galeano corrobora que la tarifa de compra “osciló entre $50.000 y $40.000 en las cabeceras municipales, mientras en la parte rural el precio de los votos se degradaba un poco y la gente lo vendía entre $20.000 y $25.000”.

En el más lujoso restaurante de Montería, este medio de comunicación  se entrevistó con el senador Musa Besaile, quien aseguró que su votación no sólo se concentró en el departamento de Córdoba y negó rotundamente haber comprado votos: “Los 150.000 votos no se deben a la compra en Sahagún, ni en ningún otro lugar; se debe a un trabajo, al pacto directo con la población. Se ve que Musa Besaile llegó casa a casa, a los departamentos de la costa Caribe”, explica el cuestionado congresista de la U.

En el caso de Bernardo El Ñoño Elías, que ha sido mencionado como uno de los principales soportes políticos del contratista Emilio Tapia, también oriundo de Sahagún, su caudal de votos pasó de 74.247 en 2010 a 140.143 en las elecciones del domingo pasado. “Jamás en mi vida le he comprado la voluntad a alguien”, aseveró en Blu Radio. “Cómo no puede estar agradecido un pueblo que tiene 240 años de existencia y no tenía agua. Ahora comenzó a llegar agua potable a Sahagún y lo mínimo que hay es un agradecimiento con Bernardo Elías, quien hizo la gestión. No es cierto que haya comprado votos”.

El otro caso de sospechosa votación es el del representante a la Cámara por el departamento de Sucre Yahír Acuña, quien pasó de 51.160 votos en 2010, en lista cerrada por el movimiento Afrovides, a 126.097 votos en lista cerrada por el movimiento Cien por Ciento Colombia. Sobre este sucreño pesan varios señalamientos: se le acusa de haber sido cercano al paramilitarismo, de recibir el apoyo de La Gata y de manejar movimientos políticos como una franquicia que vende los avales.

Sincelejo es su fortín político y, según cuentan sus pobladores, allí compró los votos por $50.000 cada uno. Acuña vive en un apartamento de tres plantas en el barrio Venecia. A la entrada, cinco fornidos hombres que se encargan de la seguridad del representante que investiga al expresidente Álvaro Uribe hacen las preguntas de rigor: ¿quién lo quiere ver? ¿está armado? ¿con quién viene? Desde el interior del lujoso apartamento se oye a Acuña agradecer por los votos a alguien en una conversación telefónica.

Uno de los adversarios de Acuña el pasado domingo fue el actual congresista de Opción Ciudadana Eduardo Pérez Santos, quien perdió la curul en la Cámara por Sucre y afirma que Acuña compró a la mayoría de habitantes de Sincelejo para la jornada. “La verdad es que en Sincelejo pelear contra el dinero es muy complicado. No enfrentamos a una maquinaria, si no a una feria de dinero. Lógicamente, este candidato se aprovechó de eso para comprar a todo el municipio”, señala.

A este testimonio se debe sumar el de uno de los tantos mototaxistas que trabajan en la capital de Sucre: “Sí, hay varios que dieron plata, dieron como 50 por el voto y un día pasé por el centro y estaban bajando unos mercados y la gente decía que esos eran lo mercaditos del amigo Yahír”, refiere.

En diálogo con Blu Radio, Acuña negó haber comprado votos para su elección y desmintió los señalamientos que se le hacen. “En las elecciones nadie puede decir que yo di una dádiva para que me acompañara”, contestó el representante a la Cámara.

Las denuncias de este trabajo motivaron la apertura de una investigación formal por parte de la Fiscalía. Son varios los testimonios que se recogieron sobre irregularidades electorales, y curiosas las respuestas que dan los elegidos. Al final, cada cuatro años vuelven las denuncias sobre cómo en estos municipios los políticos consiguen adeptos; sin embargo, a los pocos días, las denuncias son olvidadas y los barones electorales de Córdoba y Sucre llegan al Capitolio revestidos del poder que les otorgan más de 100.000 votos.

Las obras de infraestructura en Sahagún

El equipo de Blu Radio pudo constatar que en el municipio de Sahagún (Córdoba), donde habitan cerca de 85 mil personas, se están adelantando varias obras de infraestructura. Las construcciones han sido financiadas con los cupos indicativos que los congresistas gestionan. Se constató que en este municipio se están construyendo, por ejemplo, ciclorrutas, vías, parques, la terminal de transporte, el acueducto y el estadio de fútbol, aunque no haya equipo profesional. Valga aclarar que no existe ningún delito a la vista en estas conductas; sin embargo, hay quienes consideran que la coincidencia del inicio de las obras con las elecciones fue una manera de presionar al electorado para atraer votos, pues según narraron algunos habitantes de allí, las obras empezaron a construirse en octubre y noviembre, por lo que en Sahagún se oye decir a sus pobladores que “obras son amores y no buenas intenciones”. Una manera de entender la política como una transacción de votos por inversión en bienes y servicios.
 

* Nombre cambiado

 

 

Por Diego Monroy - Especial de Blu Radio

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