Publicidad

Más inclusión social en Medellín

Hay felicidad en comunas 5 y 6 por la construcción del nuevo metrocable hacia El Picacho, anunciada por el alcalde Aníbal Gaviria, el cual tendrá una inversión cercana a los $200 mil millones.

Mary Luz Avendaño, Medellin
15 de septiembre de 2014 - 12:56 a. m.
El metrocable ha llevado una solución eficaz de movilidad en esa ciudad.  / Luis Benavides
El metrocable ha llevado una solución eficaz de movilidad en esa ciudad. / Luis Benavides

Las comunas 5 y 6 de Medellín, en el noroccidente de la ciudad, se han convertido en un polvorín social a punto de explotar. Esa zona y el centro tienen inquietos al vecindario y preocupada a la administración municipal, ya que allí se registran los mayores índices de homicidios, extorsiones y, según la mesa de derechos humanos, de reclutamiento de menores por parte de los grupos delincuenciales. En lo corrido de 2014, en la comuna 5 Castilla van 41 muertos, frente a 35 de 2013 por este mismo período del año (un incremento del 17%).; mientras en la comuna 6 se registran 28 víctimas fatales, cuatro menos que en 2013 por esta misma época.

Para atacar esta problemática, la Alcaldía de Medellín anunció un incremento en el número de efectivos de la Policía, la construcción de una nueva estación y mayor presencia de la Fiscalía para judicializar a los responsables. Pero la respuesta no sólo será represiva para combatir el delito, también tiene su lado de inclusión social: la Iglesia católica, de la mano con la Alcaldía, inició un programa piloto para atender a 360 muchachos que desean alejarse de los grupos ilegales, quienes recibirán acompañamiento espiritual y oportunidades en educación.

Ese trabajo de inclusión social y de presencia estatal para combatir a los grupos delincuenciales que tienen azotadas esas zonas de la ciudad se complementará con un anuncio que tiene feliz a la comunidad: la construcción del nuevo metrocable hacia El Picacho, obra anunciada el pasado miércoles por el alcalde Aníbal Gaviria y que tendrá un costo aproximado de $180.000 millones, el 40% de los cuales será aportado por la Nación. Con ella se beneficiarán 350.000 personas, tendrá una longitud de 2,5 kilómetros, contará con 94 cabinas y movilizará en promedio 42.737 viajeros por día. Se espera que en 20 meses entre en operación.

“Nos sorprendió mucho, porque ya está en construcción el puente de la Madre Laura y el alcalde había dicho que no podía hacer las dos obras a pesar de que era una solicitud de nosotros. La comunidad está muy contenta con la noticia”, aseguró Carlos Arcila, coordinador de la mesa de derechos humanos de la Comuna 6 y del Área Metropolitana.

El anuncio tiene una razón: “Es una respuesta a los problemas de violencia que tiene el factor de seguridad, pero también el de inversión social y oportunidades”, aseguró el alcalde Aníbal Gaviria. Los líderes de la zona y defensores de derechos humanos avalaron el trabajo integral que adelanta la Alcaldía en estas comunas para enfrentar la difícil situación de orden público que atraviesan.

En Medellín, los problemas de violencia se atienden de manera integral y la movilidad es un factor determinante si se trata de inclusión, oportunidades y superación de la pobreza. El metrocable de El Picacho es el sexto en la ciudad, y el tercero que se construye en esta administración, pues actualmente están en ejecución los dos cables en la zona centroriental, donde se adelantan las obras del tranvía. Todas las comunidades beneficiadas tienen algo en común: pobreza, violencia y abandono del Estado durante décadas. “Esa apuesta no es sólo de movilidad; es la fórmula para llevar una intervención social integral a un territorio, y eso es lo que queremos hacer con el cable de El Picacho, una intervención y una presencia institucional del Estado en la Comuna 5, Castilla, y la Comuna 6, 12 de Octubre”, explicó el alcalde Aníbal Gaviria en entrevista con El Espectador.

“La ciudad hoy se convierte en referente, y lo que más estimula y entusiasma es que podemos contribuir, con aciertos y desaciertos, a que otras ciudades los afronten positivamente. Medellín se ha convertido en inspiración y esperanza: ven lo que hemos vivido hace 20 años y los avances que hoy tenemos, aunque siguen los retos de todo lo que debemos superar”, concluyó Gaviria. 

¿Por qué un nuevo metrocable en la ciudad?
Estamos haciendo una gran apuesta por la ciudad sostenible y, dentro de ella, la movilidad es transcendental, por supuesto con las características que traigan mejor calidad en el servicio de transporte, más rapidez, menos costo, y que sea amigable y limpia con el medio ambiente. Pero ahora tenemos dificultades de recrudecimiento de la violencia en estas dos comunas, y por supuesto vamos a enfrentar esa situación con la presencia de la Fuerza Pública y la acción coordinada de la Fiscalía para atacar esos fenómenos delincuenciales, pero en nuestra visión integral, la atención a ese territorio debe incluir un factor tan importante como el metrocable de El Picacho, que nos permita una inversión superior a los $200.000 millones, que no sólo será en movilidad sino en inversión social e incluyente. 

¿Es replicar el modelo aplicado en los otros cables, como el de la línea K, que cumple 10 años?
El hecho es que estamos construyendo tres cables en esta administración y con eso estamos llegando a seis y demostrando que es una inversión rentable, no sólo desde el punto de vista de la movilidad, sino también desde el punto de vista social, pues ha contribuido al mejoramiento de la calidad de vida de los habitantes de esos territorios. 

¿De qué manera?
Ahí entran las tres dimensiones de nuestra atención a la problemática social y de violencia: intervención de la Fuerza Pública (Policía, Fiscalía, justicia), inversión y oportunidades (UVA, metrocable, Cinturón Verde, Jardín Circunvalar, Ciudadela Universitaria Agroindustrial) y fórmulas para buscar que los jóvenes en situación de riesgo no tomen el camino de la ilegalidad. Por eso estamos haciendo un trabajo con Pastoral Social y la Arquidiócesis, inicialmente un piloto con 360 jóvenes en el cual buscamos que con atención espiritual muy personalizada saquemos a los jóvenes de esa situación de alto riesgo. 

*Mejoran condiciones de vida

Los metrocables línea K,  en la zona nororiental, y línea J, en la Comuna 13, han mejorado las condiciones de vida gracias a las obras complementarias, la llegada de los programas de la Alcaldía para superar la pobreza y la pobreza extrema y a que permite que los habitantes se empoderen de sus territorios. Con ello, los índices de violencia han disminuido, según lo reconoce Rosalba Cardona, líder del barrio Santo Domingo, quien durante la celebración de los 10 años de la línea K narró lo que ha significado para ellos el metrocable: “Este niño nació entre mis brazos, lo he visto crecer, lo he cuidado. Nació en medio de las balaceras. El metro hizo posible esta calidad de vida, que el Estado pusiera la vista sobre nosotros. Vimos que sí se puede vivir en las laderas”.

*‘Forma de enfrentar la violencia es acertada’: Arcila

Para Carlos Arcila, coordinador de la mesa de derechos humanos de la Comuna 6 y del Área Metropolitana, la forma como la administración enfrenta esta problemática de violencia es acertada: “La movilidad es importante, pues El Picacho es referente y el metrocable va a permitir impulsar el turismo hacia esa zona. Hay que continuar con presencia de la Policía y desestructurar de fondo las organizaciones delincuenciales que persisten con la extorsión y el reclutamiento de menores”. Y agregó que “trabajar en condiciones dignas es muy importante para las comunidades, permitir unir varios territorios, como las dos comunas, nororiental y noroccidental, a través de la movilidad, gracias al cable y el puente de la Madre Laura, con esto El Picacho recupera vida”.

Por Mary Luz Avendaño, Medellin

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar