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La tragedia de Fundación, Magdalena, parece no tener fin. Mientras muchas familias viven el duelo y otras aún esperan el reconocimiento de los cuerpos, este viernes se conoció de la muerte de otro niño víctima del incendio del autobús en que se desplazaban decenas de niños desde la Iglesia cristiana Pentecostal a sus hogares.
El niño de 7 años que tenía quemaduras en el 90% de su cuerpo tras resultar afectado por la incineración del bus falleció en la mañana de este viernes, el mismo día en que los menores que vivieron volvieron a sus escuelas con el dolor de la ausencia de sus compañeros.
Entre tanto se conoció que las familias de los 31 niños que murieron calcinados demandarán al Estado por omisión. El defensor del Pueblo, Jorge Armando Otálora, dijo que ese organismo asesorará a las familias en este caso para establecer qué instituciones del Estado "omitieron cumplir con sus funciones" de control al transporte público de pasajeros.
El conductor del vehículo, Jaime Gutiérrez Ospina, y Salvador Ibarra, quien hace parte de la Iglesia Pentecostal Unida de Colombia, y que supuestamente fue el encargado de contratar el vehículo, fueron imputados por la Fiscalía por los delitos de homicidio y lesiones personales.
Según la ministra de Transporte, Cecilia Álvarez, el autobús incendiado no estaba habilitado para circular desde 2012 porque no estaba al día en sus licencias técnica y mecánica.
Las autoridades creen que la tragedia fue causada por el conductor al intentar alimentar con gasolina el carburador para facilitar el encendido del motor.