Publicidad

Las mujeres hacen memoria en Alejandría, Antioquia

Con ayuda de 17 estudiantes de comunicación social de la Universidad Eafit, las víctimas de la violencia crearon una página web para honrar la memoria de sus seres queridos.

Mary Luz Avendaño / Alejandría, Antioquia
02 de julio de 2015 - 03:45 a. m.
Las mujeres víctimas del conflicto en Alejandría crearon una web de memoria histórica. /Luis Benavides
Las mujeres víctimas del conflicto en Alejandría crearon una web de memoria histórica. /Luis Benavides
Foto: LUIS BENAVIDES

“El 31 de julio de 2001 comenzó un fuerte combate entre guerrilleros y paramilitares que tuvo como escenario las montañas de la vereda La Inmaculada: se calcula que unos 200 combatientes murieron; de ellos, 45 están sepultados en una fosa común en la zona. Milagrosamente no murió ningún civil, pese a que familias enteras quedaron atrapadas en medio del fuego cruzado. El enfrentamiento provocó el desplazamiento de 520 personas”.

Así comienza uno de los relatos que reflejan la crudeza de la guerra que tuvieron que soportar los habitantes de Alejandría, un municipio ubicado en el oriente de Antioquia. A finales de los años 90 tenía 6.700 habitantes, de los cuales se desplazaron unos 4.200, el 62% de su población.

Gracias a su riqueza hídrica y su ubicación estratégica en la zona de embalses, que produce el 29% de la energía del país y permite la comunicación con el nordeste del departamento, el llamado “remanso de paz” se convirtió en epicentro de enfrentamientos, pues históricamente hubo presencia de las Farc y el Eln y posteriormente aparecieron los paramilitares de los bloques José Luis Zuluaga de las Autodefensas Campesinas del Magdalena Medio, Metro y Cacique Nutibara. El resultado: miles de desplazados, cientos de muertos y 24 desaparecidos de quienes aún no hay noticias.

La historia es otra

Recorrer los 90 kilómetros que separan a Medellín de Alejandría permite adentrarse en la montaña por espacio de tres horas. Una carretera estrecha va bordeando como serpiente la colina para luego descender a un cañón en donde el verde y las aguas cristalinas de los ríos son la constante. Al llegar al casco urbano, un pequeño parque con la iglesia de fondo da la bienvenida.

En la Alcaldía municipal, a un costado del parque, trabaja Jacinta Vergara, líder de los procesos con víctimas y quien padeció los horrores del conflicto por el asesinato de varios de sus seres queridos, entre ellos su esposo. Cuenta que actualmente hay registradas 3.200 víctimas. Ella y otras 14 mujeres conformaron en 2008 la Asociación de Mujeres Víctimas Cabeza de Familia, Amuvicafa. Hoy son 25 socias. Su primer objetivo es dar acompañamiento psicosocial a todas las mujeres que necesiten su ayuda.

De ahí en adelante casi todos los proyectos comunitarios del municipio tienen que ver con ellas. Fue así como en noviembre de 2013 establecieron contacto con la Universidad Eafit. El profesor Juan Gonzalo Betancur, de la Facultad de Comunicación Social, supo que estas mujeres querían documentar sus historias, así que viajó a Alejandría con sus estudiantes del semillero de periodismo para conocerlas.

“Cuando llegamos establecimos que el trabajo no era de nosotros sino conjunto. Todo el año pasado estuvimos haciendo la recopilación de 40 historias que están publicadas en la página www.memoriaalejandria.com. Participaron 17 estudiantes”, cuenta Betancur.

Los rostros de la reconciliación

Reunidas en el salón comunal, las 25 mujeres recuerdan y cuentan sus historias. Entre ellas está Jacinta, quien relata varios de los episodios dolorosos que vivió Alejandría, muchos de los cuales quedaron caracterizados en el árbol de la vida: “En la parte de abajo, la más oscura, están los 24 desaparecidos, en el tallo ubicamos las siete víctimas de minas antipersonas y en las ramas los 152 asesinados”.

Familias enteras que salieron en medio de la violencia y pudieron retornar años después, aunque aún no recuperan sus pertenencias, hacen parte de las narraciones de cada una de estas mujeres que decidieron no quedarse en el dolor, sino salir adelante y ayudar a otras. “Aprendimos hablando. A mí me mataron dos hermanos, mi hijo y dos primos. Uno no olvida, pero aprende a llevar ese dolor”, comenta Rosalba Sánchez.

Memoria Alejandría es un ejemplo de trabajo colaborativo, de reconstrucción, de resiliencia: la voz de las víctimas que reclaman justicia, visibilidad y reconocimiento por parte de los actores armados, por el dolor y el daño causado.

Por Mary Luz Avendaño / Alejandría, Antioquia

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar