“No tuvimos injerencia política”: Guillermo Grosso, expresidente de Cafesalud

El exfuncionario responde a los señalamientos de corrupción, politización y malversación de presupuestos de la EPS, que cuenta hoy con más de 6 millones de afiliados.

Redacción Nacional
14 de marzo de 2016 - 02:26 a. m.

En las últimas semanas Guillermo Grosso, el recién destituido presidente de Cafesalud, ha sido foco de señalamientos de gastos suntuosos y de favores políticos a varios congresistas del Partido de la U. En diálogo con El Espectador, el extimonel de la EPS, que alberga a más de 6 millones de usuarios, afirmó que su gestión sólo se basó en firmar contratos para mejorar la cobertura y el servicio de los afiliados. Negó cualquier influencia política en su administración, lamentó el homicidio del revisor fiscal de la empresa que dirigió y negó saber el contenido del informe que iba a presentar el día que murió.

Aseguran que en la Superintendencia habían perdido la confianza en usted. ¿Fue este el motivo de su salida?

Si perdieron la confianza jamás lo percibí. Mi relacionamiento con el ministro y con el superintendente siempre fue igual. ¿Qué situaciones ocasionaron mi salida? No lo tengo claro. Venía cumpliendo con los objetivos de mantener a Cafesalud en los estándares exigidos por el Ministerio de Salud.

Usted era de la confianza del ministro y del superintendente. ¿Qué pasó con esa relación?

No sé qué información les llegó. Tenía tres tareas: la primera, ampliar la red de servicios para mantener la atención. Es decir, contratar IPS. De hecho, no llegué a contratar todas las que tocaba; quedó un bache de unos 200 municipios. La segunda tarea era montar un modelo de atención que mostrara mayores facilidades de acceso. Eso también se hizo. La tercera labor era que la operación funcionara bien y esos aspectos funcionan.

¿Buscó apoyo político en congresistas para quedarse en el puesto?

Entiendo que el ministro es liberal, pero no soy liberal. Decían que era conservador porque venía de Positiva y del Seguro Social, que son de orientación conservadora. Después, como trabajé con Enrique Vargas Lleras, decían que era de Cambio Radical. El ministro no es influenciable, le molesta que uno hable con congresistas y no lo hice para ganar la presidencia de Cafesalud. Si el Partido de la U estaba interesado, es cuestión de ellos. Pero conmigo no hablaron.

¿Contrató a directivos de Cafesalud con base en recomendaciones políticas?

Los gerentes de Cafesalud fueron seleccionados por la Prize Water House y trabajaban en Saludcoop. Los únicos que no pasaron a Cafesalud fueron los que tenían fuero sindical. Al único que nombré fue a Fernando Gutiérrez, que ahora lo relacionan con Dilian Francisca Toro, con quien nunca he hablado.

Cuando Saludcoop fue intervenida se convirtió en un fortín político.

No. Creo que por las circunstancias particulares de la intervención y el escándalo que la rodeó la entidad estaba tan vigilada, que no tuvimos ningún relacionamiento político. Estando como interventor se dieron elecciones regionales, a la Presidencia y de Congreso, aun así nunca tuvimos injerencia política.

Un informe de la firma Ernst & Young S. A. S., conocido por El Espectador, demuestra que la contratación sí se hacía a dedo y sólo el 8% tenía criterios de pluralidad.

Son contratos asistenciales, nosotros contratamos todas las IPS posibles, porque lo que se está haciendo es ampliar la red. Llevo contratando en salud muchos años y lo que hay es que garantizar el servicio, por eso prácticamente se contrata con todo el mercado. El manual de contratación fue revisado por Ernst & Young, se le entregó al Ministerio y ellos estuvieron de acuerdo. Pero si esa evaluación dice que hay irregularidades, entonces sería necesario cambiar el manual de contratación, porque nosotros cumplimos con los requisitos.

Usted habla de cumplimiento y de infraestructura, pero las noticias hablan de muertos por falta de atención y un informe señala que no es cierto que tenga esos niveles en baja complejidad, llega al 89%, pero en alta complejidad sólo al 31%...

Para que a Cafesalud lo habilitaran para recibir la población de afiliados a Saludcoop había que hacer una ampliación de cobertura. Eso fue revisado para garantizar la prestación del servicio. En octubre la Superintendencia de Salud dijo que contábamos con suficiencia, esa red no se pierde de un momento a otro.

Una de las contrataciones más cuestionada fue la de Giovanni Guzmán, su vicepresidente administrativo, que es su cuñado y que su hermana era quien mandaba en la entidad.¿Qué responde a este señalamiento?

No sé qué tipo de relación tenga con mi hermana, eso forma parte de su vida privada. No están casados, pero tampoco sé qué tipo de relación tienen. Él fue evaluado y contratado por sus competencias e idoneidad; en relación con mi hermana, sólo puedo decir que no tuvo ninguna relación con las empresas de Saludcoop, aunque sí me asesoraba a título personal.

¿Por qué nunca contestaron los derechos de petición enviados desde diciembre por El Espectador?

Fueron contestadas como responden los abogados los derechos de petición. Sí me parecía que esas respuestas generaban dudas, pero eso no dependía de mí. Vi las respuestas y sí noté que no decía nada, pero no tenía injerencia en las respuestas.

Hubo alguna consultoría para modificar la estructura organizativa de Cafesalud, hubo nuevos contratos administrativos por montos millonarios…

En el año 2015, cuando nos dieron la instrucción de preparar a Cafesalud, fue contratada para este diseño organizacional la empresa Human Capital. Cuando usted la compara el número de trabajadores por afiliado puede notar la eficiencia. Es decir, mientras otras EPS tienen un empleado por cada 500 afiliados, y nosotros tenemos, en promedio, un empleado por cada 1200 afiliados.

Hay contratos que tienen muchas dudas por los costos y por los resultados, por ejemplo, Saso de transporte médico, y Sistemas y Computadores, de soporte tecnológico.

Con Saso el objetivo era tener un operador nacional. Su elección fue por licitación, pero la situación para ellos resultó peor, no pudieron cobrar lo que se les debía, en Saludcoop les quedaron debiendo $12.000 millones. En cuanto a Sistemas y Computadores, puedo decir que esa es una empresa de las más importantes en el país, ahí no podía haber dudas, el problema es que Cafesalud cumplía esta labor con Geón y la radicación era manual, lo que podría generar corrupción o peajes en las instancias de pago. Eso le permitía a Cafesalud tener una información en tiempo real y verificable.

¿Vale menos Cafesalud hoy que cuando pertenecía a Saludcoop?

Cuando pertenecía al Grupo Saludcoop su valor ascendía a los $21.000 millones. Hoy, con 6,4 millones de afiliados, con el fortalecimiento patrimonial que le hizo el Ministerio y con el plan de adecuación patrimonial a 10 años, creo que vale mucho más.

¿Pero es rentable?

Hay una discusión si las EPS deben ser o no rentables. El modelo que se diseñó en Cafesalud con la banca de inversión, y que se le presentó al Ministerio para que pusiera su dinero, garantiza varias cosas: durante 10 años no hay que hacer aportes a capital para el fortalecimiento de su patrimonio. Además, en el año 11, la empresa debe pagar los bonos que le debe al Ministerio, lo cual sólo es posible si la empresa tiene un margen de ganancia de entre 1 y 1,5%.

¿Es difícil lograr estos parámetros para hacer rentable Cafesalud?

Claro, las siniestralidades han bajado de 113 a 98%. Ahora por cada $100 que entran se gastan $113, y el reto es mejorar esos indicadores.

Hay críticas porque Cafeasalud le quitó el contrato a Epsifarma, ¿qué responde?

Epsifarma tiene problemas de crédito, resultado de la deuda que tiene Saludcoop con ella. Esto provoca que los laboratorios no le presten lo suficiente para garantizar el suministro de las medicinas. Cuando empezamos la operación, de cada diez medicamentos entregábamos seis, por lo que mantener el servicio con sólo este proveedor era complicado y tuvimos que buscar otros. Y una de estas alternativas fue comprar medicinas a Audifarma para el nivel de alto casto.

¿Se le ocurre algún motivo por el que Leguizamón estuviera interesado en su salida?

No que sepa. Nunca me interpuse en los temas del doctor Leguizamón. Es el representante del accionista mayoritario de Cafesalud, de manera que me imagino que cualquier decisión que tome la junta directiva le debe ser comentada.

¿Por qué cree que la gente del alto gobierno se siente defraudada por usted?

Creo que es muy desafortunada esa concepción. En estos tres meses hice lo mismo que en Saludcoop: garantizar que los pacientes fueran atendidos. Lo que hice fue contratar IPS bajo los manuales para asegurar la buena atención.

¿Cree que lo están persiguiendo?

No se puede negar que hay intereses detrás de Saludcoop y Cafesalud, sobre todo por los recursos que mueven. No sé de dónde viene la persecución, pero obviamente ha habido un menosprecio de mi imagen.

¿Tiene que ver algo con la venta de Cafesalud?

Sí existen intereses económicos, pues esta empresa maneja muchos recursos, tan sólo el presupuesto de este año es de $4,6 billones.

¿Ha estado reunido con alguien interesado en comprar Cafesalud?

No. Cuando estaba en Saludcoop, a instancias del Ministerio, hicimos algunas reuniones de aproximación con personas interesadas en conocer las cifras. Pero en el último semestre jamás.

¿En el Gobierno hay alguien interesado en la venta de Cafesalud?

No sé, pero lo que sí sé es que todo esto se hizo para que Cafesalud se vendiera por un mayor valor y así poder responderles a todas las acreencias de Salucoop.

¿Qué relación tiene con Carlos Palacino?

Ninguna, en los tres años que estuve en Saludcoop nunca me reuní ni conversé con él. Y en el tiempo que estuve en Cafesalud él nunca tuvo interés en contactarme.

¿Conocía al revisor fiscal, Luis Alfredo Caicedo, quien fue asesinado horas antes de presentar un informe sobre su gestión?

Claro, el doctor trabajó conmigo desde que fui nombrado interventor, en 2013. De hecho, él fue nombrado revisor fiscal por la Superintendencia desde 2011, en el inicio de la intervención. Fue muy dolorosa la situación.

¿Qué contenía el informe que iba a presentar Caicedo el día que murió?

No sé, fue un informe que pidió la junta directiva. No sé las características de ese documento.

¿Qué tan cierto es que el hueco fiscal de Salucoop es mucho más grande ahora que cuando ingresó?

Es cierto. Pero precisamente esa era mi tarea como interventor, la de develar los estados financieros. Cuando llegué a Saludcoop la deuda era de $600.000 millones, en el año 2013 develamos otros $300.000 más, después viene el juicio de responsabilidad fiscal, que es $1,4 billones y hay una orden de restitución de liquidez de la Superintendencia por $634.000 millones. Todo esto suma, y decir la verdad es lo que permite avanzar en el proceso de intervención. Los pasivos ascienden a $2,6 billones.

 

Por Redacción Nacional

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