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Padres que dejaron semilla

El legado de algunos de los más destacados líderes del país, asesinados por cuenta del conflicto, continúa vigente a través de sus hijos.

Redacción Especiales
20 de junio de 2015 - 07:43 p. m.
Jorge Eliécer Gaitán, Alfonso Reyes, Carlos Pizarro Leongómez, Álvaro Gómez Hurtado, Manuel Cepeda Vargas, Carlos Medellín y Héctor Abad Gómez.  / Fotos Archivo El Espectador
Jorge Eliécer Gaitán, Alfonso Reyes, Carlos Pizarro Leongómez, Álvaro Gómez Hurtado, Manuel Cepeda Vargas, Carlos Medellín y Héctor Abad Gómez. / Fotos Archivo El Espectador

El prolongado conflicto armado que ha vivido el país ha dejado profundas heridas en distintas esferas de la sociedad colombiana. Entre las miles de personas que han sido asesinadas por los distintos actores armados se encuentran destacados juristas, líderes políticos y defensores de derechos humanos cuyos discursos fueron acallados en hechos que tendieron un manto de oscuridad sobre el futuro de la nación. Desde el trágico asesinato de Jorge Eliécer Gaitán, que desató uno de los períodos más cruentos de la violencia, hasta la demencial toma guerrillera del Palacio de Justicia y los ataques ejecutados por los sicarios del narcotráfico y el paramilitarismo, Colombia ha perdido a algunos de sus más brillantes ciudadanos.

Los vacíos que dejaron esas pérdidas y el eco que proyectaron sobre distintas propuestas políticas e institucionales se han profundizado por la incapacidad de la justicia para encontrar responsables y ofrecer respuestas. La mayoría de las investigaciones por estos crímenes, algunos de los cuales han sido catalogados como magnicidios, se han estancado por décadas en los despachos de funcionarios que no han conseguido procesar y condenar a los culpables. En otros casos, pese a que los autores materiales han sido sentenciados, poco o nada se sabe sobre quiénes, cómo y por qué dieron las órdenes de llevar a cabo los homicidios. Y aunque la Fiscalía ha optado por declarar muchos de ellos como de lesa humanidad, para evitar el cierre de los expedientes, los procesos parecen no arrojar resultados.

Pero, más allá de ese panorama, lo cierto es que estos hombres le dejaron legados invaluables al país. Ahí están los aportes al campo del derecho penal de Alfonso Reyes, el espíritu pacifista que acompañó durante sus últimos años a Carlos Pizarro, los ensayos, las pinturas y los discursos de Álvaro Gómez Hurtado. Quedó también el temple de sus familias, que continúan buscando justicia y construyendo memoria, y el arrojo de sus hijos, algunos de los cuales se han destacado en la vida pública. El senador Iván Cepeda, el ministro de Justicia Yesid Reyes, el periodista Mauricio Gómez y el escritor Héctor Abad Faciolince son algunos ejemplos de ello. El trascurso de los años ha ido descubriendo la estela de ese legado y demostrado que, pese a la intención de los asesinos de aniquilar ciertas visiones de la política, el desarrollo económico y la justicia, éstas han persistido en la voz de los hijos de las víctimas.

Jorge Eliécer Gaitán

Murió Gaitán y se dio el Bogotazo. Al mediodía del 9 de abril de 1948, Juan Roa Sierra, el presunto asesino del caudillo liberal, lo esperó a las afueras del hotel Continental, en el centro de Bogotá, y le disparó tres veces, causándole heridas mortales.
Las reacciones no se hicieron esperar y una muchedumbre persiguió al asesino y lo golpeó hasta matarlo. El cuerpo desnudo y sin vida de Roa Sierra quedó tendido a pocos metros de la Casa de Nariño, luego de ser arrastrado por toda la carrera Séptima.Lo que vino después fue un caos.

Jorge Eliécer Gaitán fue alcalde de Bogotá en 1936 y candidato a la Presidencia en 1946, apoyado por la clase popular, elección en la que sacó la tercera votación. En el año de su muerte había organizado las protestas contra la violencia conservadora que masacraba a los liberales en varios puntos del país.

Su hija, Gloria Gaitán, fue precandidata a la Presidencia por el Partido Liberal en 1994 y se lanzó, sin éxito, a la Alcaldía de Bogotá y a la Cámara de Representantes en 2003 y 2006, respectivamente. Antes, en 1973, fue asesora económica del presidente de Chile, Salvador Allende, con quien tuvo una relación amorosa.


Álvaro Gómez Hurtado

Hijo del presidente Laureano Gómez, Álvaro Gómez Hurtado fue uno de los líderes conservadores colombianos más destacados del siglo XX. Se desempeñó como profesor, congresista y candidato a la Presidencia e integró el triunvirato que presidió la Asamblea Nacional Constituyente de 1991. Además fundó el noticiero “24 Horas” y dirigió el periódico “El Siglo”. El 2 de noviembre de 1995, en un hecho que enlutó al conservatismo, Gómez Hurtado fue asesinado a tiros en Bogotá.

Desde entonces se han tejido varias hipótesis sobre el crimen y señalado a distintos responsables, entre los que se incluyen las Farc, sectores de las Fuerzas Armadas y el entonces presidente Ernesto Samper y su ministro de Gobierno, Horacio Serpa, quienes han alegado su inocencia en repetidas oportunidades. La única condena por el homicidio de Gómez fue proferida en 2001 contra Héctor Paúl Flórez, quien fue sentenciado a 40 años de prisión.

No obstante, Flórez y la propia familia de Gómez han señalado que él es inocente, lo que no ha sido probado en los estrados judiciales. Mauricio Gómez, uno de los hijos del asesinado líder conservador, es cronista del noticiero “CM&” y ha denunciado casos de corrupción en distintas zonas del país.

Carlos Pizarro Leongómez

El 26 de abril de 1990 el paramilitar Gerardo Gutiérrez, conocido con el alias de “Jerry”, abordó el mismo avión en el que Carlos Pizarro, candidato a la Presidencia de Colombia por la Alianza Democrática M-19, se dirigía a la ciudad de Barranquilla. En pleno vuelo, “Jerry” hirió gravemente con una ametralladora a quien había sido el máximo líder de la guerrilla del M-19, causándole la muerte.
En 2002 los exjefes paramilitares Vicente y Carlos Castaño Gil fueron condenados por su participación en el homicidio, en calidad de autores intelectuales. Ocho años después el crimen fue declarado de lesa humanidad y en noviembre de 2014 el cuerpo de Pizarro fue exhumado por segunda vez para someterlo a un nuevo análisis forense.

María José Pizarro, hija del extinto líder de izquierda, participó en el documental “Pizarro” y en la elaboración del libro “De su puño y letra”, una recopilación de cartas y escritos del candidato fechados entre 1973 y 1990. Ambas obras fueron presentadas en abril de este año.

Héctor Abad Gómez

El próximo 25 de agosto se cumplirán 28 años desde que sicarios cegaron la vida del médico Héctor Abad Gómez, presidente del Comité Permanente para la Defensa de los Derechos Humanos de Antioquia. Los hechos ocurrieron cuando Abad llegaba a la velación del presidente de la Asociación de Institutores de Antioquia, Luis Felipe Vélez, asesinado horas antes.

Aunque el caso prescribió poco después del homicidio, las declaraciones del exjefe paramilitar Diego Fernando Murillo, alias “Don Berna”, y las pesquisas de la Fiscalía permitieron que el crimen fuera declarado de lesa humanidad en 2014. Según el ente acusador, todo apunta a que los responsables del crimen fueron hombres del clan Castaño. El hijo de Abad, el reconocido escritor Héctor Abad Faciolince, es el autor del libro “El olvido que seremos”, un sentido homenaje al asesinado defensor de derechos humanos.

Manuel Cepeda Vargas

Líder del Partido Comunista y de la Unión Patriótica. Se desempeñó como representante a la Cámara y fue electo senador para el período 1994-1998. El 9 de agosto de 1994 fue asesinado en Bogotá, en un ambiente de exterminio de los militantes de movimientos y partidos políticos de izquierda. Cinco años después de su muerte un juez de la ciudad determinó que los suboficiales del Ejército Hernando Medina Camacho y Justo Gil Zúñiga fueron los autores materiales del hecho y los condenó a 43 años de prisión.

La justicia procesa al exsubdirector del DAS José Miguel Narváez por su presunta participación en el crimen, luego de que fuera salpicado por distintos excomandantes paramilitares. Uno de los hijos de Manuel Cepeda, el hoy senador Iván Cepeda Castro, ha abanderado la lucha de las víctimas de crímenes de Estado y liderado debates en el CONGRESO sobre despojo de tierras y parapolítica.

Carlos Medellín

Fue uno de los magistrados de la Corte Suprema víctima de la toma del Palacio de Justicia emprendida por el M-19 en noviembre de 1985. Medellín desempeñó un papel fundamental en la promoción de la educación y la cultura del país, como fundador del colegio Claustro Moderno en 1966, rector de las universidades Nacional y Externado, presidente de la Asociación Colombiana de Universidades (Ascún) y columnista de varios periódicos.

En 1994 el Consejo de Estado condenó a la Nación por su asesinato. El hijo de Medellín, Carlos Medellín Becerra, fue ministro de Justicia durante el gobierno de Ernesto Samper y una pieza clave para la expedición de la Ley de Extinción de Dominio.

Alfonso Reyes

Fue un riguroso académico sobre el derecho penal colombiano, profesor, magistrado del Tribunal Superior de Bogotá, viceministro de Justicia y presidente de la Corte Suprema. Murió junto con otros diez magistrados en la toma y la retoma del Palacio de Justicia, ejecutadas entre el 6 y el 7 de noviembre de 1985.

En 1999 el Consejo de Estado condenó a la Nación por no haberle garantizado la vida y en 2006 la Comisión de la Verdad sobre la toma del Palacio determinó que la bala que le causó la muerte provino de las tropas oficiales. Su hijo Yesid Reyes Alvarado es el actual ministro de Justicia, cartera desde la que ha impulsado un giro en la política de drogas, la descongestión del sistema carcelario y la resolución alternativa de conflictos.

Por Redacción Especiales

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