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Buscando atender a perros callejeros con indicios de zoonosis o agentes infecciosos, sumado a proporcionar asistencia en materia de vacunación, cuarentena y adopción, la Alcaldía del municipio de Pensilvania entregó a la Fundación Animalistas de Corazón un refugio para mascotas abandonadas.
Se trata de instalaciones adecuadas para llevar transitoriamente a perros callejeros o enfermos, de cara a no perjudicar a seres humanos. Según registra el diario La Patria, el sitio brinda además servicios para el control de epidemias.
El refugio –ubicado a dos kilómetros del casco urbano de la población, en inmediaciones al invernadero municipal– fue entregado a la Fundación Animalistas de Corazón a través de un convenio de asociación y cuenta con un pozo séptico y servicios de veterinaria facilitados por la administración.
El alcalde Jairo Antonio Ríos promovió en mayo de 2012 una iniciativa similar y decidió asentar a los animales en la sede de la deteriorada y abandonada Casa de la Cultura, hecho que –sostiene La Patria– causó controversia entre los habitantes, quienes no solo se quejaban de los aullidos de los perros, sino que protestaban porque uno de los íconos culturales del municipio era empleado para albergar animales.
Aunque el mandatario argumentó que la edificación se encontraba abandonada hace cerca de ocho años, la comunidad interpuso una acción popular que hizo que en diciembre de 2012 los animales fueran llevados a la perrera del Coliseo de Ferias. De acuerdo con el alcalde, fue una decisión provisional y prometió que en 2013 entregaría nuevas instalaciones; no obstante, tuvieron que pasar dos años para que el refugio fuera una realidad.
El nuevo refugio ya está operando y la Fundación Animalistas de Corazón –que busca que la comunidad done artículos de limpieza, recipientes, mantas y material para curar a las mascotas– ya ha atendido a perros callejeros a quienes les proporcionan alimentación, asistencia y protección, mientras que impulsa acciones para que puedan ser adoptados.