Primera infancia, política de Estado

El Gobierno pasó de atender 560.000 niños en 2010 a cerca de 976.000. / Archivo

 Este jueves, en Bogotá, un grupo de expertos discutió esa posibilidad.

Para el ministro de Salud, Alejandro Gaviria, el país está abordando importantes reformas, entre las que se tendrá que tener en cuenta ésta, que será clave para la futura superación de la pobreza extrema.

“Si no la impulsamos, nos veremos volcados a una gran deficiencia educativa. Lo que ahora vemos en los resultados de las pruebas PISA seguramente es el producto de las decisiones que no se tomaron”, apuntó Gaviria.

Los expertos coincidieron en que si el país no consolida una política pública de primera infancia que trascienda en el tiempo, llegue al país entero e involucre a todos los ministerios y secretarías, pondrá en riesgo su futuro.

El Informe Nacional de Competitividad lo resumió en una frase: “Posiblemente, uno de los pocos puntos en los que coinciden la economía, la sociología, la neurociencia, la pediatría, la pedagogía y la medicina es en que la inversión en la primera infancia es la más importante y la más rentable desde los puntos de vista individual y social”.

La investigadora de la Universidad de los Andes, Raquel Bernal, recordó que el país gana tres veces más invirtiendo en sus niños menores de cinco años que en sus bachilleres o universitarios. Es por ello que la Presidencia quiere convertir la estrategia en una política de Estado.

Si De Cero a Siempre se vuelve política pública, todos los gobiernos venideros tendrían que invertir recursos y esfuerzos en mantener vivo este proyecto que hoy atiende a 976.000 niños menores de cinco años. Lo preocupante en que si esto no ocurre los esfuerzos del programa serían insuficientes para atender la cantidad de necesidades de esta población.

El panorama podría resumirse de la siguiente manera: según el Sisbén, en Colombia hay 2,5 millones de niños de cero a cinco años en situación socioeconómica vulnerable y al menos la mitad de esta población necesita ser atendida de manera prioritaria. A pesar que el Gobierno pasó de atender 560.000 niños en 2010 a cerca de 976.000 este año, todavía se encuentra lejos de cumplir la meta que se había propuesto: cubrir a 1,2 millones de niños menores de cinco años en 2014. Incluso esta meta se queda corta teniendo en cuenta que la población total de niños pobres y vulnerables dobla esta cifra.