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Proyecto afectaría el paisaje cultural cafetero

Mientras la Empresa de Energía de Bogotá avanza en la expansión de una red de transmisión de energía en Quindío, la Contraloría asegura que afectaría a esa zona.

Viviana Londoño Calle
12 de diciembre de 2012 - 11:44 p. m.
Parte alta del Distrito de Conservación Barbas-Bremen  / Cortesía
Parte alta del Distrito de Conservación Barbas-Bremen / Cortesía

Hasta el pasado 3 de diciembre, todo parecía marchar bien en el proyecto para la expansión de la red de energía en el Eje Cafetero. Sin embargo, un pronunciamiento de la Contraloría, por medio de una función de advertencia, pondría en vilo el proyecto o, al menos, obligaría a sus promotores a estudiar un nuevo trazado. La razón: Como hoy está planeado, supuestamente afectaría zonas de conservación natural y el Paisaje Cultural Cafetero.

El proyecto que está en la mira del ente de control es el de la construcción de la Subestación Armenia 230 kv y de una línea de transmisión de 38 kilómetros, que pasaría por cinco poblaciones hasta llegar al municipio de Santa Rosa de Cabal (Risaralda). La iniciativa, que impulsó el Ministerio de Minas y Energía en el Plan Expansión 2009-2023, está en manos de la Empresa de Energía de Bogotá (EEB), que ganó el contrato para la obra. Y aunque en esta zona no hay déficit de energía, Mauricio Acevedo, coordinador del proyecto, señaló que la idea del Gobierno es “mejorar la confiabilidad y seguridad del suministro en la región y permitir la reducción de los costos operativos del servicio de energía”.

Así las cosas, la propuesta no tendría inconveniente y sería una más del paquete que el Gobierno tiene en mente para mejorar el servicio eléctrico. Sin embargo, el trazado, tal como está planeado, implica que las líneas de transmisión pasen por 7,1 kilómetros del Distrito de Conservación de Suelos (antiguo Parque Natural Regional Barbas-Bremen), por 2,2 del Parque Regional Natural La Marcada y 6,2 del Paisaje Cultural Cafetero, cuyas áreas todas están protegidas.

Es precisamente, el trazado el que cuestiona la Contraloría. Aunque la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (ANLA) le dio desde julio luz verde al corredor propuesto por la EEB, según la Contraloría, se deberían estudiar otras alternativas de trazado. Para el ente de control, la ejecución del proyecto podría afectar las áreas ambientales protegidas, “lo cual iría en contravía con los objetivos de conservación de dichas áreas y el Paisaje Cultural Cafetero”, declarado como tal por la Unesco en octubre de 2011.

Sin embargo, otra cosa piensa el Ministerio de Cultura, encargado de velar por este patrimonio. Por eso, el pasado 22 de octubre, por medio de una resolución, esa cartera autorizó el proyecto después de encontrar que “no atenta contra los elementos del paisaje”, como lo dijo a este diario César Velandia, asesor de la Dirección de Patrimonio del Ministerio. “No sabemos en qué se basa la Contraloría para cuestionar el proyecto. Revisamos toda la información técnica, hicimos visita de campo y encontramos que no representa ninguna amenaza ni riesgo a lo que la Unesco determina como Paisaje Cultural Cafetero”, señaló Velandia. De acuerdo con el Ministerio, las 36 torres, que tendrá el proyecto sobre el paisaje (en total son 83), van contra la arquitectura cafetera.

De las 350 mil hectáreas que tiene el Paisaje Cultural Cafetero, serían intervenidos 6,2 kilómetros con un ancho de 20 metros. Una cifra clave para el Ministerio para determinar que la superficie es mínima a comparación del Paisaje. De acuerdo con Velandia, “en caso de que fuera una obra muy grande, como un aeropuerto, una hidroeléctrica, sí podría atentar los valores del Paisaje”.

Pero para la Contraloría, de avanzar con el proyecto, se podría incurrir en el “eventual incumplimiento de compromisos internacionales ante la Unesco por parte de Colombia”. Por ahora, el Ministerio de Cultura está preparando una respuesta.

“Estamos muy tranquilos porque hemos surtido todo el procedimiento legal establecido y la iniciativa fue anterior a la declaración del Paisaje Cultural Cafetero”. Así resume Acevedo, coordinador del proyecto, la posición de la EEB frente al pronunciamiento de la Contraloría. Sin embargo, más allá de la función de advertencia, ha venido creciendo un fuerte rechazo por parte de la comunidad a la expansión de la red.

Aunque Acevedo asegura que el trazado aprobado por la ANLA —que además fue el único que propuso la empresa— es el mejor en términos de afectación ambiental y paisajística, Nelson Losada López, presidente de la Federación de Organizaciones Ambientales de Risaralda, le dijo a El Espectador que son posibles otros trazados. Algo similar afirma la Corporación Autónoma Regional de Risaralda (Carder). Según Julio Cesar Gómez, subdirector de gestión ambiental de la Corporación, el estudio de impacto ambiental presentado por la EEB y que también está siendo analizado por la ANLA no cumple con los requerimientos. “Le dimos el visto negativo, porque desconoce una serie de realidades técnicas y ambientales de la zona. El Barbas-Bremen tiene una fauna especial que se afectaría y no nos dicen con claridad, por ejemplo, qué va a pasar con los monos aulladores cuando se monten en los cables de alta tensión”.

El representante a la Cámara César Franco también ha manifestado su rechazo por considerar que la obra “‘pone en riesgo a 80 mil habitantes, más de 30 veredas, toda una estrella fluvial y varias especies vegetales y animales”.

Pero la EEB asegura todo lo contrario. Según Acevedo, únicamente se tendrán que talar 117 árboles, no se afectará la fauna, pues según los estudios adelantados por la empresa, en el Distrito de Conservación de Suelos Barbas-Bremen, por donde pasará la línea es zona de pastos y potreros. Señala, además, que se han detectado 170 propietarios con los que se ha adelantado la socialización y que en cada una de las 26 veredas por donde pasarán los cables se instalarán máximo 3 torres.

Por el momento sólo resta que la ANLA le otorgue la licencia ambiental a la EEB. Según los planes de la empresa, si todo sigue en marcha, el sistema entraría en operación en noviembre de 2013, porque en palabras de Acevedo “este es un proyecto del Gobierno Nacional; se trata de un servicio público y en ese sentido debería continuar”. No obstante, tanto la Contraloría como la comunidad siguen insistiendo en que se estudien otras posibilidades.

Patrimonio de la humanidad

 

Desde el 25 de agosto 2011 el paisaje cultural cafetero, conformado por 47 municipios ,  411 veredas  y más de 30 mil hectáreas del país, fue declarado como patrimonio de la humanidad por la UNESCO. 

El modelo de producción del café , ligado a una fuerte tradición cultural,  fueron dos de los parámetros tenidos en cuenta por Nacionas Unidas para hacer el reconocimiento. Además se valoró que la  producción cafetera “ generó un modelo de acción colectiva de desarrollo de capital social único, representado en el gremio cafetero colombiano”. 

La declaratoria  no sólo permite un amplio reconocimiento internacional de la zona, sino que la hace una región protegida por el Ministerio de Cultura. Actualmente  quince  sitios y manifestaciones culturales de Colombia han sido reconocidos como patrimonio de la humanidad.

 

 

Por Viviana Londoño Calle

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