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'Queremos quitarle jóvenes a la violencia'

Aníbal Gaviria, alcalde de Medellín, dice que el presupuesto de 2014, $5.5 billones, será invertido principalmente en seguridad y educación.

mary luz avendaÑo / Medellín
26 de enero de 2014 - 09:10 p. m.
El alcalde de Medellín, Aníbal Gaviria, dice que en 2014 esta ciudad será sede del Foro Urbano Mundial de la ONU, un evento al que asistirán más de 10 mil personas de 130 países. / Archivo
El alcalde de Medellín, Aníbal Gaviria, dice que en 2014 esta ciudad será sede del Foro Urbano Mundial de la ONU, un evento al que asistirán más de 10 mil personas de 130 países. / Archivo
Foto: GABRIEL APONTE

Aníbal Gaviria es un hombre obsesivo y comprometido con el trabajo. Sus colaboradores cercanos aseguran que duerme y come poco, pues el mayor tiempo lo invierte en trabajar por la ciudad. Hace seguimiento exhaustivo para controlar el cumplimiento de las metas propuestas. Ha sido blanco de fuertes críticas por parte de algunos y de enormes reconocimientos por parte de otros. En diálogo con El Espectador, el alcalde de Medellín hizo un recuento de los temas que fueron y siguen siendo importantes para la capital antioqueña. Con su balance de 2013 ya tiene claras las propuestas de 2014.

¿Cuál es la ciudad que usted sueña?

Una ciudad sostenible, una ciudad más equitativa y en la que se respete más la vida. En la que, en resumen, podamos trabajar, vivir y crecer en familia.

¿A qué se refiere con sostenible?

Podría decir que en los tres conceptos fundamentales: ambiental, económico y social. Eso resume el concepto de sostenibilidad, que no sólo queremos impulsar en la administración sino de alguna manera dejar sentado a través del POT para el futuro de la ciudad.

¿En esa ciudad soñada hay pesadillas, como la inseguridad?

La inseguridad sin lugar a dudas es uno de los principales dolores de cabeza y una de las angustias, no sólo de la administración sino de la sociedad, pero allí hay claroscuros. Sin embargo, hemos avanzado en la disminución de homicidios, que ha sido una de las más grandes en la historia de Medellín. Hemos salvado 720 vidas en los últimos dos años. Pero indudablemente seguimos teniendo unos altos niveles de inseguridad: bandas delincuenciales, combos, microtráfico, extorsión... Nuestra prioridad es atacar estos fenómenos y generar más convivencia.

Dice que la disminución viene desde hace dos años, pero hay quienes dicen que se debe al llamado “pacto de fusil” que se dio a mediados de este año, ¿Qué opina?

Hay que mirar en su contexto la disminución de la criminalidad y de su capacidad. Han pasado 20 años desde que Medellín era la ciudad más violenta del mundo, con 380 homicidios por 100.000 habitantes; este año la cifra va a ser diez veces menor, con una tasa de 38. Falta mucho, pero hemos avanzado. Considero que lo principal no es que los bandidos hagan o no pactos entre ellos, lo principal es que la institucionalidad siga dedicada y comprometida en la lucha contra la delincuencia. Eso es lo que estamos haciendo y así vamos a seguir.

Hay delitos que son comunes en las grandes ciudades: extorsión, robos, raponeo. ¿Qué se planea hacer para disminuir la sensación de inseguridad entre los ciudadanos?

La estrategia principal desde el punto de vista de seguridad es el aumento de los cuadrantes. Vamos a pasar de 120 a 411 en marzo, y a 500 al terminar la administración. Dotados con patrullas, motocicletas, sistemas de geolocalización para controlar que estén cumpliendo su función, radios y celulares. Y el otro frente es el de las oportunidades en educación y en empleo. Por eso vamos a construir dos nuevas ciudadelas universitarias, cada una para 10.000 nuevos estudiantes de educación técnica, tecnológica y superior. Esas son oportunidades para quitarle jóvenes a la violencia.

¿Se imaginó que Medellín fuera elegida como la ciudad más innovadora del mundo?

Tengo la convicción de que Medellín va a ganar cada vez más reconocimiento internacional. Hay que ser francos: muy pocos habrían pensado que en tan poco tiempo la ciudad lograría la calidad y cantidad de reconocimientos que ha logrado. Ahora tenemos que pensar cómo hacemos para que esos reconocimientos no se queden solamente en eso, sino que sean aprovechados para mejorar internamente y para seguir consolidándonos externamente.

Un tema que ha sonado mucho en los últimos días es el de Emvarias. ¿Cuál es la realidad de esta empresa? ¿Podemos estar tranquilos con la recolección de basuras en Medellín?

Indudablemente hay cosas para mejorar en Emvarias, pero hay que ser más realistas en cuanto a que esas problemáticas, por ejemplo los sobrecostos en materia de mantenimiento de vehículos, no son de hace un año, sino que desafortunadamente han venido de tiempo atrás. Las mejoras que hay que hacer son estructurales y el hecho de que ahora esté bajo el control de EPM es una garantía de que en los próximos años veremos muchas cosas nuevas y buenas de Emvarias.

El presupuesto de $5,5 billones para 2014 es histórico. ¿Ese dinero le va a ayudar a construir la ciudad que sueña?

Sin ningún lugar a dudas. Tenemos una gran oportunidad y una gran responsabilidad. Ese presupuesto de más de $5,5 billones, entre ellos $1,4 billones del fondo Medellín Ciudad para la Vida, debe representar un resultado en esa ciudad soñada, en ese avance hacia una capital más equitativa y más respetuosa de la vida. Y se tienen que ver $400.000 millones adicionales para educación. Nuevas universidades, casas para la música, el tranvía de la 80, inversión en seguridad. Eso nos va a posibilitar la creación de 25.000 nuevos empleos. A la ciudad la esperan cosas muy positivas, y aunque en cuatro años no se logra la transformación total de una urbe como esta, vamos a acelerar la metamorfosis positiva que está sufriendo Medellín.

¿Qué va a pasar con los habitantes de calle, un problema que preocupa a toda la ciudadanía?

Tenemos que reconocerlo: este tema ha sido de gran impacto en la ciudad en los últimos seis meses. Ha sido el producto del ataque a las ollas de vicio y de microtráfico. Pero espero que no me mal interpreten. Yo prefiero que la ciudad y la administración afronten el problema porque se hace más visible y, si se quiere, más lacerante, a que esas 600 personas estuvieran enterradas en vida, en las condiciones más degradantes, seis u ocho meses sin ver la luz y consumiendo droga. Hemos destinado $75.000 millones para el sistema de protección de la vida de los adictos y habitantes de calle con las granjas de rehabilitación, los Centros de Protección a la Vida y los Hogares del Alma y el Espíritu, porque esta sociedad tiene que empezar a atender más eficientemente los problemas de comportamiento individual y colectivo que tiene. No es sólo la salud del cuerpo sino del alma.

El plan para recuperar el centro ha sido complejo pero empiezan a verse resultados. ¿Qué evaluación hace del mismo?

Ha sido muy duro y hemos tenido tropiezos, reveses y golpes, pero estoy muy satisfecho de que hayamos enfrentado ese reto. Mucha gente me decía: “No se meta en ese chicharrón, pase de agache que eso es muy complejo y es un problema de 30 años”, pero lo hemos enfrentado convencidos de que tenemos que hacerlo y es responsable con la ciudad. Hemos empezado a ver los resultados. La gente lo reconoce, pero falta mucho. Estamos invirtiendo $1,5 billones allí y hemos hecho otro de $50.000 millones para unos proyectos de recuperación del espacio público, movilidad y seguridad. La problemática del centro se soluciona en la periferia, porque lo que el centro hace es concentrar todas las problemáticas en conjunto.

Llegan más policías a la ciudad. ¿Por fin el gobierno nacional se va poniendo al día con el déficit que hay?

Yo he dicho que la mejora en seguridad en la ciudad no es exclusivamente con el número de policías, pero sí es importante tener el número de policías adecuado. No puede ser que Medellín tenga menos policías por habitante que Bogotá, Cali, Barranquilla o ciudades europeas que no tienen los problemas de seguridad que tiene Medellín. El Gobierno está escuchando este clamor que no se había oído lo suficiente con anterioridad. Pero vamos a estar vigilantes porque en otras ocasiones traen policías y se los llevan a otro lado cuando hay una necesidad.

Hay varias obras de infraestructura en materia de transporte y dos tranvías para la ciudad. ¿Sigue Medellín a la vanguardia en el país?

Para ese concepto de sostenibilidad de la ciudad, el transporte es sustancial y Medellín le ha apostado al sistema integrado de transporte masivo con varios componentes: metro, metrocables, Metroplús, rutas alimentadoras, bicicletas públicas y tranvías. Estamos integrando los sistemas de los barrios a las estaciones y eso contribuye para sacar mil buses contaminantes. El tranvía de Ayacucho estará listo en 2015 y seguirá el de la 80. El compromiso de una ciudad para el peatón, para que la gente pueda caminar con mayor tranquilidad. Hay un proyecto de 50 kilómetros de corredores para la vida que permitan que las personas puedan llegar a las estaciones del metro, Metroplús o las bicicletas y luego a sus casas o lugares de trabajo.

Usted ha hablado de que se está pensando en peajes urbanos para mejorar la movilidad. ¿Lo está contemplando en serio?

He dicho que los peajes urbanos son para el futuro. Yo no pondría ahora peajes urbanos en la ciudad. No creo que haya los motivos, ni la razón, ni la conveniencia. Pero para proyectos futuros deberá ser una de las formas de financiación, aunque no la única.

¿Cuál fue el momento más difícil este año?

Los momentos difíciles siempre tienen que ver con el conocimiento de algún hecho de orden público que afecta la vida y, sin lugar a dudas, el de este año fue el desplome del Space. Fue un contraste muy duro entre la eficiencia del Dagred como ejemplo mundial para salvar cientos de vidas y el dolor porque 11 personas perdieron la vida por motivos que se están investigando.

¿Qué aprendió la ciudad de este hecho tan doloroso?

Lo que nos ha quedado y nos debe quedar a futuro es ser una ciudad líder en vivienda segura. Por eso le hemos propuesto al Gobierno una serie de medidas para evitar que se repitan situaciones como estas y vamos a llevar al POT otras, no sólo para que no pase de nuevo, sino para que la ciudad sea líder en la normatividad y en la construcción de los mecanismos para viviendas seguras.

¿Cuál fue el momento de mayor satisfacción?

Los 38 días sin homicidios. Esos son los días que queremos todos los días.

¿Qué lo obsesiona?

La gente lo sabe porque soy muy reiterativo: la vida y la equidad.

Entre las grandes obras que le esperan a Medellín está el Parque del Río. ¿Porqué mirar al río?

Yo creo que ese va a ser el proyecto de transformación urbana más trascendental en la historia de nuestra ciudad. Muchas personas lo ven como un proyecto de movilidad, de espacio público, como un proyecto de recuperación del río y sus orillas, y es todo eso conjuntamente. Pero, sobre todo, es un proyecto de equidad, porque si uno se fija, en muchos de los barrios de Medellín, sobre todo los más pobres, los más inequitativamente tratados, la gente no tiene espacios públicos adecuados ni equipamientos públicos adecuados. Lo único que tiene es la calle para encontrarse. Creemos que este Parque del Río debe ser el espacio público por excelencia para el encuentro en Medellín. Nos reunimos alrededor de los alumbrados cada año, pero sólo por 20 días porque si no el colapso es enorme. Queremos que pueda ser así siempre, porque el espacio público es el sitio donde nos igualamos.

¿Cuál es el propósito para el año próximo?

Los propósitos son: un foro urbano mundial, avanzar en la estructuración y construcción del Parque del Río, empezar a entregar las Unidades de Vida Articulada, avanzar en el jardín circunvalar y cinturón verde metropolitano, ampliar la jornada complementaria y Salud en el Hogar, y toda la ejecución de los recursos del fondo Medellín Ciudad para la Vida.

¿A quién se encomienda?

Mi santoral ha ido creciendo, pero ahora lo hago muy especialmente a la Madre Laura, porque tengo muchas historias con ella. Mi familia es del occidente antioqueño, de ese territorio que ella recorrió; toda la vida desde chiquito oí hablar de ella. Siendo gobernador me tocó la beatificación con el papa Juan Pablo II y siendo alcalde me tocó la canonización con el papa Francisco, entonces la tengo muy cerquita (risas).

Preocupa todos los días a los ciudadanos el tema de la movilidad, con tantos carros y motos. ¿Qué se va a hacer al respecto?
Creo que tenemos que avanzar en regulaciones que nos permitan evitar uno de los aspectos más graves que afectan la movilidad vial privada y es el muy bajo índice de pasajeros por vehículos. Es muy grave y difícil controlar que haya tantos carros particulares en las vías, pero lo más grave es que vayan con tan poquitas personas. Es un aspecto cultural que tenemos que mejorar, que las personas se concienticen de ello, o si no hacerlo a través de regulación y reglamentación. El índice de pasajeros está en 1,4 o 1,5. Tenemos enormes vehículos congestionando la vía con uno o dos pasajeros máximo. Tenemos que hacer reglamentación que permita motivarlo, impulsarlo u obligarlo.

¿Dormir o hacer deporte?

A veces lo uno, a veces lo otro (risas). A veces, los domingos en la mañana, que es el único rato que tengo para eso y para mi familia, me gustaría levantarme temprano para montar en bicicleta, pero en ocasiones estoy tan cansado que no soy capaz. Entonces, a veces sí, a veces no, como la canción.

¿Qué estrategia tiene para continuar el próximo año con la tendencia a la baja de desempleo en la ciudad?

La cifra lograda este año es histórica y nos estimula mucho (9,7). Esta cifra y la de disminución de homicidios fueron las mejores del año. La estrategia tiene dos grandes frentes: primero, seguir generando competitividad en la ciudad, es decir, mejorar seguridad, mejorar movilidad y continuar con una estructura tributaria adecuada, pero, sobre todo, con disciplina por parte de los habitantes. Invirtiendo bien los recursos para generar confianza con los ciudadanos. Es crear competitividad para que los capitales sigan en Medellín. Y en segundo lugar, inversión pública. Por eso el fondo Medellín Ciudad para la Vida nos dará más de 25.000 empleos directos. Las obras de infraestructura y construcción de vivienda nos ayudarán a más empleos directos e indirectos.

¿Qué lo hace feliz?

En general, el respeto por la vida, la convivencia, la paz, y en particular, las sonrisas de los demás y en especial de los niños.

¿Qué le faltó este año?

Yo soy muy autoexigente. Nos faltó ser más contundentes en el ataque a la microextorsión y a los hurtos en general. Ahí tenemos que darles muy duro para que nuestros ciudadanos tengan más tranquilidad.

Por mary luz avendaÑo / Medellín

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