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“Lo que queremos restringir es cómo se baila”: concejal Antonio Salim Guerra

De aprobarse el proyecto en el Concejo de Cartagena, los bailes “sexuales” en sitios públicos frente a menores serían sancionados.

Pilar Cuartas Rodríguez
18 de julio de 2015 - 01:45 a. m.
“Lo que queremos restringir es cómo se baila”: concejal Antonio Salim Guerra

El Concejo de Cartagena está a punto de aprobar uno de los proyectos más polémicos de este año, el cual pretende prohibir que menores y adultos bailen “sexualmente” ritmos como la champeta y el reguetón. De aprobarse la iniciativa, los colegios de la ciudad tendrían que impartir programas para educar a padres y estudiantes para que no participen en danzas “que incidan en el contacto físico de tipo sexual y que hagan apología al sexo o a posiciones sexuales”. Además, los adultos que “bailen sexualmente” delante de menores en espacios públicos serían sancionados con capacitaciones y hasta con multas económicas.

La Sala Plena de la corporación, la misma en la que cursa otra propuesta para impedir que los hombres caminen sin camisa por las calles de la Heroica, votará por el sí o el no a más tardar en una semana. El Espectador habló con el autor de la iniciativa, el concejal Antonio Salim Guerra, para conocer sus argumentos.

¿En qué consiste su proyecto?

El nuevo Código de Policía habla de que no se permitirán actos sexuales de adultos en sitios públicos cuando estén presentes menores. El acto sexual, según el Código Penal, es incluso la insinuación de un mayor hacia un menor. Por tanto, los adultos no pueden bailar sexualmente frente a menores de edad. Además, los colegios tendrán que reeducar sexualmente a los papás para que ellos puedan reeducar a sus hijos desde el punto de vista sexual. En Cartagena, a través de distintos ritmos musicales, se les está despertando a los jóvenes la erotización temprana, que trae unas consecuencias nocivas para el menor, y eso es lo que queremos prevenir. Los niños no están bailando como niños sino como adultos. Nunca vamos a prohibir el baile sino la forma como se baila.

Pero ¿restringir una manifestación cultural, como la champeta, no va en contra del derecho a la libre expresión?

La misma Corte Constitucional ha establecido que los derechos de los niños prevalecen sobre los demás. Los niños siempre van a poder bailar cualquier tipo de música, pero tienen que bailar como niños. Si lo hacen como adultos, a través de contacto físico de tipo sexual, se les está afectando la integridad.

¿Cuándo votará la Sala Plena del Concejo esta iniciativa?

Aún no hay fecha exacta. Esta semana pasó la prueba de fuego en la Comisión Tercera y ahora está en cartelera, donde por rigor debe permanecer publicada cinco días, y luego irá al cronograma del Concejo. En un máximo de ocho días debe presentarse a votación en plenaria y entraría en vigencia, una vez haya sido sancionada por el alcalde. Es decir, estaríamos hablando de septiembre.

De ser aprobado el decreto, ¿cuál sería la sanción para una pareja de adultos, por ejemplo, que baile “sexualmente” en una calle de la ciudad delante de sus hijos?

Un adulto que esté fomentando en flagrancia estos bailes será amonestado con un comparendo dado por la Policía y que obliga a recibir una capacitación. Esa persona queda registrada con un antecedente, y si vuelve a incidir tendría que prestar un servicio social obligatorio. El tercer componente es el pecuniario, que será tasado con la Policía.

Otro de sus argumentos es que estos bailes estarían incitando a los embarazos tempranos. Explíqueme eso.

Tenemos estudios de universidades en Colombia, Argentina, México y Bolivia en los que se habla de erotización temprana. Este contacto físico de tipo sexual a temprana edad a través de bailes hace que se acelere el proceso de desarrollo sexual que es natural.

¿Y cuáles son esos estudios y de qué instituciones?

Universidades como la del Valle, documentos de la sexoterapeuta mexicana Irene Torices Rodarte y la ley municipal contra la erotización de niños, niñas y adolescentes del Concejo Municipal de La Paz, Bolivia. Hay además una ONG en Cartagena que se encarga de atender a niñas violentadas sexualmente o embarazadas que han manifestado que empezaron su vida sexual temprano porque desde pequeñas se estaban comportando y bailando como adultas. El año pasado se registraron casi 4.000 casos de embarazos en menores de edad en Cartagena. ¿Cuántos de esos fueron “provocados” por “bailes sexuales”?

En Cartagena no tenemos esa cifra. No hay un estudio que diga propiamente que quedaron embarazadas por estar bailando, pero sí produce la erotización temprana y ésta incide en el desarrollo sexual.

Usted también ha dicho que se deben controlar las letras de las canciones. ¿Por qué?

En la radio colombiana debería existir una regulación para que las canciones que tengan alto contenido sexual sean lanzadas al aire en horario nocturno. Ese es un proyecto aparte que cursa en el Concejo. Ya se hizo una audiencia pública, donde estuvieron presentes emisoras locales. Acordamos hacer un gran foro en el que estuvieran todas las partes, el Gobierno, los compositores, el ICBF y la Defensoría del Pueblo.

Lea aquí el proyecto del concejal Antonio Salim Guerra.

Lea aquí lo que le respondió el artista champetero Louis Tower al concejal Antonio Salim Guerra.

Pilar Cuartas Rodríguez

Por Pilar Cuartas Rodríguez

Periodista y abogada. Coordina la primera sección de “género y diversidad” de El Espectador, que produce Las Igualadas y La Disidencia. También ha sido redactora de Investigación. @pilar4aspcuartas@elespectador.com

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