La cooperativa indígena Ayatawacoop, encargada de la distribución de combustible en la Guajira, recibió con extrañeza la decisión del gobernador de la Guajira, Juan Francisco Gómez Cerchar, de solicitar que la estatal petrolera venezolana PDVSA sea la encargada de la importación y distribución de combustibles líquidos derivados del petróleo en esta zona del país.
En un comunicado, los representantes de la cooperativa muestran su extrañeza con la actuación del mandatario departamental y consideran que refleja el desconocimiento que en esta materia tienen el gobernador y su equipo de asesores. Este procedimiento no es válido a la luz de la normatividad legal vigente establecida por el ministerio de Minas y Energía y Ecopetrol S.A. en la ley 681 de 2001 y sus decretos y resoluciones reglamentarias, precisa el informe.
Recuerdan que Ecopetrol realizó contrato de cesión con Ayatawacoop con el fin de que la cooperativa realice la importación y distribución de los combustibles líquidos importados y de procedencia nacional en la Guajira; procedimiento que se viene realizando desde hace 10 años con resultados muy satisfactorios, garantizando el suministro de los combustibles a los precios más bajos que todos los demás departamentos del país.
Proceso que se concretó tras reuniones binacionales, entre la que se destaca el acuerdo de Punto Fijo, mediante la cual el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, manifiesta su deseo de colaborar con la comunidad indígena Wayúu y Alijunas de la frontera colombio-venezolana, naciendo así el programa piloto de suministro de combustibles a Colombia y específicamente para la Guajira.
Además, la petrolera venezolana PDVSA ha sido explícitamente clara en manifestar que no es de su interés entrar en el mercado de distribución de combustibles líquidos en nuestro país, precisa el informe de prensa.
Dicen los representantes de la cooperativa Ayatawacoop consideran que de entrar PDVSA al mercado de la distribución, los productos perderían las exenciones de impuestos y aranceles y los precios tendrían un alza considerable (venta a precios internacionales). Esto sería un retroceso enorme en este proceso y la reacción de los interesados (estaciones de servicios, planta de abasto, consumidores finales, grandes consumidores) no se haría esperar, pues sería cambiar una condición ideal a bajos precios por una competencia de mercado internacional.
“Estamos siempre dispuestos a colaborar, pero no vamos a entregar el esfuerzo del trabajo del pueblo representado en más de 1.200 familias que se benefician de un programa de resultados satisfactorios”, sostienen los asociados de la cooperativa indígena.