La renuncia del obispo de Sincelejo

Enfermedad y cansancio fueron las razones de la dimisión del prelado católico en Sucre.

Redacción Política
26 de marzo de 2013 - 11:32 p. m.
Monseñor Nel Beltrán Santamaría ofreciendo una misa en la iglesia de Sincelejo.  / Particular
Monseñor Nel Beltrán Santamaría ofreciendo una misa en la iglesia de Sincelejo. / Particular

“Con profunda serenidad de espíritu, les anuncio, que fiel a mi propia conciencia y en la presencia del Señor, he tomado la decisión de renunciar a mi servicio como obispo diocesano de Sincelejo. El papa Benedicto aceptó mi renuncia y quién mejor que él para entender la renuncia a un cargo episcopal. En mi corazón hay nostalgia y gratitud. Preparémonos entonces para una nueva era en la iglesia Diocesana”, con estas palabras, a las 10:15 de la mañana de ayer, el obispo de la capital de Sucre, monseñor Nel Beltrán Santamaría, dio por terminada su labor al frente de la Diócesis de Sincelejo, donde permaneció por más de 20 años.

Desde la catedral San Francisco de Asís, la misma que lo acogió hace 22 años cuando llegó a tierras sucreñas, Nel Beltrán explicó que su renuncia había sido presentada en septiembre de 2012 al entonces papa Benedicto XVI, quien se la aceptó pero le dijo que permaneciera en el cargo hasta que el santo padre designara su reemplazo, de quien, según dijo, aún no sabe quién es.

En medio de la homilía, que se prolongó por más de dos horas y en la que fueron renovadas las promesas sacerdotales y se bendijeron los santos óleos, el obispo de Sincelejo dijo que las razones que lo motivaron a tomar la decisión son el cansancio y los quebrantos de salud que ha venido sufriendo, ya que recientemente se fracturó un brazo.

A los sacerdotes y los más cercanos colaboradores de la Iglesia católica en Sucre, entre ellos el vicario de la Diócesis, el padre Adalberto Sierra Severiche, la renuncia de monseñor los tomó por sorpresa, pues saben de la incansable labor de este siervo de Dios, en especial al servicio y en la búsqueda de la paz. De hecho, Nel Beltrán Santamaría ha participado en diferentes proceso humanitarios y mediaciones de paz, como la desmovilización de la Corriente de Renovación Socialista (CRS), que se llevó a cabo en el corregimiento Flor del Monte, municipio de Ovejas (Montes de María), el 9 de abril de 1994.

El trabajo de monseñor Nel Beltrán se ha destacado por la entrega en favor de los más necesitados, así como porque ha abogado por el desarrollo de la región. Era frecuente oírle decir que Sucre es un departamento con una increíble diversidad cultural. También fue incansable cuando se trató de ayudar a los desvalidos y desafortunados. Se le veía muy activo en las obras sociales y humanitarias desarrolladas para enfrentar las numerosas olas invernales que golpean la región de La Mojana. Y ni qué decir de su vocación por la paz de Colombia, promoviendo la convivencia y la tolerancia en una de las regiones que sufrieron con mayor fuerza la sangrienta maquinaria paramilitar de la Casa Castaño o Salvatore Mancuso.

El alto prelado de la Iglesia católica en Sucre dijo no saber aún cuándo será su partida de la Diócesis y dejó claro que en los 22 años que vivió en Sincelejo entregó su tiempo y su fuerza al trabajo por los demás. Anunció, sin embargo, que lo seguirá haciendo desde la dirección de la Pastoral Social Nacional y como encargado de los Migrantes de Colombia en el Mundo, dos cargos a los que por ahora no piensa renunciar.

“Seré como Benedicto: respetuoso y retirado. Me iré de Sincelejo a un centro desde donde pueda viajar nacional e internacionalmente para los trabajos que realizo”, dijo monseñor con mirada firme y tono sereno.

Al finalizar su presentación, el obispo de Sincelejo invitó al país a creer en la paz y a jugársela por ella, “porque tener guerra es una barbaridad, una fatalidad y un quiebre humano”, afirmó con tono fuerte, concluyendo que es necesario “jugársela por los diálogos; si se la jugaron ocho años por la guerra en la era Uribe, juéguensela un año y medio por la paz con Santos”.

Por ahora no se sabe quién ocupará su vacante en el prelado sucreño. Lo que sí está claro es que la persona que llegue a esta región tendrá que ser un hombre con fe en la paz y convencido de la necesidad de una transformación social en favor de los pobres, pues Sincelejo es una de las ciudades donde se viven con mayor fuerza las desigualdades sociales del país y una zona con terribles traumas producto de la guerra. Amén por Monseñor Nel Beltrán Santamaría, quien le entregó más de dos décadas a la región.

Por Redacción Política

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