Rumores de avalancha en Armero

La construcción del relleno sanitario en el norte del Tolima terminó en un litigio entre autoridades y ecologistas al que le salió un nuevo capítulo: el basurero quedaría en zona inestable.

Olga Lucía Garzón / Especial para El Espectador
20 de enero de 2012 - 05:21 p. m.

Con la licencia ambiental otorgada por la Corporación Autónoma Regional del Tolima (Cortolima), mediante la Resolución Nº 3282 del 1 de diciembre de 2009, en la finca Las Palmas, de la vereda Santo Domingo, a 10 kilómetros de lo que fue la población de Armero, se comenzó a construir el Relleno Sanitario del Norte y/o Parque Industrial Santo Domingo, en el que se pretende acopiar las basuras de nueve municipios del norte del Tolima: Armero-Guayabal, Mariquita, Lérida, Palocabildo, Falan, Casabianca, Líbano, Murillo y Villahermosa.

La obra, que ya comenzó a desarrollarse y completó su primera etapa, tiene una inversión hasta ahora de $2.068 millones, según Luis Arturo Rojas Valderrama, gerente de las Empresas Públicas del Norte (Eranortol), encargadas de la ejecución.

Aunque para Rojas el proyecto está técnicamente diseñado y sustentado, la construcción del relleno ha enfadado a los antiguos habitantes de Armero y al comité veedor, conformado por profesionales en el tema, quienes sostienen que los daños al medio ambiente serán irreparables.

“Cuando comiencen a depositar las basuras, será una tragedia anunciada, peor que la anterior, porque comenzarán a aparecer enfermedades infecto-contagiosas, la proliferación de vectores, roedores, moscas y zancudos y daños irreparables al medio ambiente, a las aguas”, afirma Gustavo Prada, líder de la Corporación Casa Armerita.

Lo mismo piensa el ingeniero y veedor Fabio Beltrán, quien señaló que desde el mismo otorgamiento de la licencia ambiental se cometieron errores graves y el principal de ellos es que el proyecto no fue socializado. “A los armeritas nunca se les informó sobre el relleno sanitario. La comunidad no tuvo la oportunidad de aceptar o rechazarlo”, indica, y agrega que el nombre de Parque Industrial no tiene ninguna relación con el verdadero objeto con el que se está construyendo, es decir, un botadero de basura y no una planta de tratamiento para el manejo de residuos sólidos, ni habrá generación de empleo.

Una de las razones para pensar en el desastre ecológico, según el biólogo de la Universidad Nacional Germán Murillejo, es porque el relleno se está construyendo sobre una ladera, con un desnivel del 58%, lo que en primera medida provocará la caída de los residuos y el goteo de los lixiviados.

“Al regarse contaminarán las quebradas La Zorra, La María y Santo Domingo, que van al río Sabandija. De éste se nutren los acueductos de Armero-Guayabal y del corregimiento de Méndez, perjudicando de esta manera aproximadamente a 1.500 familias, incluyendo las de las fincas circundantes”.

También temen que los lixiviados con tóxicos, maten cientos de peces, extingan las algas y los bosques cercanos a los ríos. El relleno está sobre un área de importancia para la conservación de aves, según el mapa de AICA.

Contrario a lo que dice el gerente de Eranortol, según el cual el lote de 20 hectáreas cuenta con material de arcilla y de cobertura para la conformación de las terrazas, el relleno se está construyendo en un área muy frágil y está causando permanente erosión.

“Hay inestabilidad del terreno por el tipo de roca fragmentaria y arenosa”, afirma Jaime Gómez, del Comité Pro Medio Ambiente, quien señala que los efectos del daño al ecosistema comenzaron a verse desde el mismo inicio, porque donde se construyeron los vasos o zanjas en el lugar donde irán a parar las basuras, antes había vegetación y ahora hay una marcada erosión.

En otras palabras, en el epicentro de la tragedia por la erupción del volcán Nevado del Ruíz, hace 26 años, se podría gestar una nueva avalancha, pero de basuras. Las autoridades departamentales no comparten esta visión y argumentan que el relleno cumplirá con los estándares de calidad, respeto por el medio ambiente y protección a las comunidades más cercanas.

Otro punto tiene que ver con el hecho de que a cinco kilómetros del área del relleno se construye el proyecto macroturístico, “Parque a la Vida”, que pretende brindarle un desarrollo económico a la región. Los armeritas temen que con la presencia de basuras, malos olores y un ambiente malsano, el proyecto sea un fracaso.

Molesta a la comunidad y a los veedores que el sistema para el manejo de lixiviados no será inmediata, sino en dos años, según lo exigido por la corporación autónoma Cortolima, lo que significa que el lixiviado debe recircularse.

El abogado Helio Jiménez Toquica dice que todas estas irregularidades violan protocolos internacionales declarados en la Conferencia de Río, según los cuales hay que promover el desarrollo sostenible, partiendo de la defensa de los recursos naturales.

Los costos del relleno sanitario

Además de los problemas ambientales, el proyecto tiene otros obstáculos que superar. La vía de 3,7 km que conduce al epicentro del relleno es estrecha y está sin pavimentar, situación que reconoce el gerente de Eranortol, Luis Arturo Rojas. “La vía debe ser ampliada, hay que pavimentar algunos tramos con pendientes muy altas, construir cunetas, alcantarillas y adecuar un puente sobre la quebrada Santo Domingo” asegura el gerente, al señalar que para ello se requieren $1.300’000.000, responsabilidad del operador especializado, Interaseo S.A., a quien ya le fue otorgada la licitación.

Además se debe hacer una inversión de $805’000.000, representados en adecuación de vasos, sistema de manejo de gases y lixiviados, impermeabilización, sistema de filtros, cajas y chimeneas, pozo de inspección principal, sistema de bombeo y aspersión para la recirculación de los líquidos.

Por Olga Lucía Garzón / Especial para El Espectador

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