Para salvar bebé, médicos mantuvieron vivos órganos de embarazada con muerte cerebral

Después de fallecer, la mujer duró cuatro semanas con su hijo en el vientre. A través de un pulmón artificial, especialistas reemplazaron funciones que hacía su cerebro. El pequeño nació este jueves por cesárea.

Silvia Margarita Méndez Manosalva - Twitter: @silviamendez94 - smendez@elespectador.com
22 de septiembre de 2017 - 06:15 a. m.
Imagen de referencia Pixabay.
Imagen de referencia Pixabay.

Si los milagros existen, muchas veces tienen manos de médicos. Profesionales que, aunque a veces no pueden salvar a todo a quien ven padecer, en su mayoría hacen esfuerzos titánicos por encontrar una luz de vida al fondo de dolorosos túneles oscuros con rostro de enfermedad. Estos, reciben a diario enfermos por sorpresa, accidentes o negligencias. Sin embargo, increíblemente también lo hacen por presuntos descuidos, como le sucedió a una santandereana embarazada con muerte cerebral que este jueves fue desconectada de un respirador tras permanecer cuatro semanas con su hijo dentro de su vientre.

La mujer, de 23 años, murió biológicamente de un derrame cerebral por el virus de la influenza H3N2, pero médicos decidieron mantener funcionando algunos de sus órganos a través de un pulmón artificial que le daba oxígeno a su cuerpo. Así conservaron con vida al bebé, sietemesino que nació por cesárea. (Lea: La lucha de una madre a la que le dejaron su bebé muerto en el vientre)

En diálogo con El Espectador, el médico especialista que atendió el caso, identidad de la que se guarda reserva por solicitud de la fuente, aseguró que la joven venía haciéndose todos los controles con puntualidad y que su embarazo, hasta la semana 22 de gestación, fue completamente normal. (Lea también: Conmovedora historia de mujer que decidió tener a su bebé sin cerebro para donar sus órganos)

“Ese virus inicia como una especie de gripa, pero en muy poco tiempo afecta de manera agresiva el pulmón, dañando severamente la respiración. Con ella solo pasaron dos días desde que comenzó con los síntomas gripales hasta que presentó insuficiencia respiratoria”, dice el médico consultado.

A las 72 horas de resultar infectada, a la joven le pusieron un respirador, pero este, en cuestión de cuatro días, también se hizo insuficiente. Aunque la mujer ya estaba en "tratamiento máximo", dice el médico, su salud empeoraba en cuestión de horas y nadie parecía lograr evitarlo.

De acuerdo con el profesional de la salud, el virus de la influenza puede perjudicar en mayor porción e intensidad a mujeres embarazadas. Cambios en el sistema inmunológico y órganos vitales, como el corazón y los pulmones, hacen que durante este período las futuras madres sean más propensas a desarrollar cuadros clínicos críticos que pueden causar hasta la muerte.

Sin embargo, todo esto puede ser prevenido si la mujer en gestación se aplica la vacuna de la influenza. Este, tal vez, fue el error mortal de esta santandereana, oriunda de Socorro, municipio a aproximadamente 120 kilómetros de la capital del departamento.

El médico encargado le comentó a este diario que la familia dice que ella tenía pleno conocimiento de que debía aplicarse dicha inyección – se lo habían ordenado en los controles médicos prenatales a los que asistió con regularidad–, pero que, por razones de olvido, al final no se la puso. “A ella le habían dicho que tenía que vacunarse, pero al parecer no tenía muy claro cómo hacerlo. Los familiares dicen que ella en una ocasión lo mencionó, pero que decía no acordarse cuál vacuna era en específico”, dijo el doctor.

Al final el cuerpo de esta joven no resistió. Su cerebro murió al primer día de ser trasladada a Bucaramanga desde Socorro por la gravedad de su condición, luego de haberle instalado un pulmón artificial que intentó sin éxito mantenerla despierta.

Su vida fue arrebatada, pero no la de su bebé: el milagro de esta historia.

La mujer tenía aproximadamente seis meses de embarazo cuando sufrió el derrame y sacar al feto del vientre antes de la semana número 27 parecía una tarea imposible. Por esto, especialistas decidieron utilizar ese mismo pulmón para darle oxígeno a su cuerpo. De esta forma, reemplazaron funciones que hacía su cerebro y mantuvieron algunos de sus órganos con vida. Lo hicieron durante un mes, hasta que al fin el bebé mostró evolución; mejores condiciones para salir del útero de su madre fallecida.

Como dije, un milagro de vida en medio de la muerte.

“Si ella se hubiera aplicado la vacuna, nada de esto hubiera pasado”, concluyó el médico que la despidió. Paradójicamente, fue él quien le dio la bienvenida al mundo a su hijo prematuro.

Por Silvia Margarita Méndez Manosalva - Twitter: @silviamendez94 - smendez@elespectador.com

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