Han pasado cuatro años desde que se creó el grupo Son de Bellavista, con 13 integrantes que tocan marimba de chonta, bombos, golpeador, cununos, guasá. Este grupo nació en Bellavista, Soacha, amparado por el programa Arte y Juventud por la Paz. Felipe Cepeda está en la banda desde 2008: “No puedo negar que se han visto casos de chicos que se van del grupo a otros caminos no tan buenos. Lo que intentamos hacer es buscar una resolución al conflicto desde el arte”.
En las letras del grupo hay fragmentos que remiten a las fiestas de San Antonio, en Chocó, y palabras que hablan más del Pacífico que de Soacha: “Este es mucho corrinche, esta es mucha arrechera, todo el mundo está bailando y no se quiere sentar”, dice la letra de una canción.
El 3 de diciembre de 2013, a las 7 de la noche, Son de Bellavista aparecerá por primera vez en la escena musical de la ciudad. En el bar Galería Café Libro del parque de la calle 93 lanzarán su primer disco. Junto a ellos estará la banda ChocQuibTown, y entre los patrocinadores, César Mora e Indhira Serrano, Analdex y Conexión Colombia.
En 1996, cuando Soacha pasaba por una crisis violenta, un grupo de artistas llegó al sector de Bellavista con instrumentos musicales para la comunidad. Luisa Guerrero, directora de Academia de Artes Guerrero, hacía parte de ese grupo: “Empezamos a dictar clases de música, arte, danza y teatro. Eran 75 chicos que venían del Pacífico colombiano. Pocos meses después de que empezamos a trabajar en la zona, nos amenazaron”.
Fue necesario que los jóvenes se trasladaran hasta Bogotá para recibir las clases: “Se distraían fácilmente. Más tarde nos dimos cuenta de que era por falta de alimentación: no desayunaban o no comían ni siquiera en la noche anterior. Hicimos la inversión en alimentación, pero fue muy difícil”, cuenta Guerrero. El programa en el que estaba el grupo afrodescendiente, Arte y Juventud por la Paz, quedó entonces en entredicho por los problemas de orden público y alimentación.
Los estudiantes les hicieron una propuesta a la Fundación Arte Sin Fronteras y a la Academia de Artes Guerrero: “Que el programa no se acabara. Nosotros nos comprometimos a construir un centro cultural en el barrio”, dice Felipe Cepeda, uno de los aprendices de música. Y así fue. Los vecinos que sabían de construcción ayudaron a montar unas vigas y a conseguir los materiales para levantar el centro cultural. En 2009 empezó la obra y en 2011 se inauguró.
Ante la alerta de un eventual tsunami en la región del Pacífico, población procedente de Bahía Solano llegó al municipio: “Las clases de música empezaron a cambiar porque ellos tenían la música del Pacífico en la sangre. Con ellos construimos el grupo Son de Bellavista”, explica Cepeda.
Solamente en Soacha, según la Unidad de Víctimas del gobierno nacional, existen 38.805 víctimas del conflicto armado. Hoy, la Unidad de Atención y Orientación (UAO) del municipio atiende alrededor de 300 desplazados al día. “Son de Bellavista es una mezcla entre lo Pacífico y el escenario urbano de Soacha. El año pasado grabaron el primer disco”, cuenta Guerrero.
La directora de la Academia de Artes Guerrero dice que “los que empezaron hace 17 años dictan clases hoy. No están todos los 75, pero algunos permanecen en el grupo. Hoy tenemos 500 chicos en la Fundación Arte Sin Fronteras”.
Las aspiraciones de este grupo musical están ligadas a Soacha, más allá de la fama. Cepeda confía en que en el nuevo centro cultural estarán las soluciones: “Hay asperezas en el barrio que se pueden sanar en el centro cultural. En eso estamos trabajando”.