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Sueños convertidos en escombros

En seis segundos, 121 propietarios vieron cómo sus apartamentos se convirtieron en 30 mil metros cúbicos de desechos.

Mary Luz Avendaño, Medellin
24 de septiembre de 2014 - 03:47 a. m.
A las 9 de la mañana de ayer, en apenas seis segundos, cuatro torres fueron derribadas. / Luis Benavides
A las 9 de la mañana de ayer, en apenas seis segundos, cuatro torres fueron derribadas. / Luis Benavides

Como en procesión, uno a uno fueron llegando los afectados de CDO, quienes, confiados en la constructora, compraron sus apartamentos en el edificio Space. Carlos Ruiz, uno de ellos, vivió en el conjunto residencial hasta el 12 de octubre del año pasado, cuando la torre 6 se desplomó dejando 12 personas muertas.

Desde las 8 de la mañana de ayer llegó al sector de El Poblado, al costado de la vía en un pequeño parque, y se ubicó con sus vecinos para presenciar el desplome de las cuatro torres que permanecían en pie. “Yo era un enamorado de Space. Viví dos años allí con mi familia. Mucha gente me criticó cuando tomé esa decisión, pero de la misma manera que tuve confianza en CDO para comprarles mi apartamento, esperaría que ellos se porten igual y me paguen lo justo”.

Junto a él estaba John Jairo Aristizábal, otro de los afectados: “Venimos a acabar de sepultar este muerto que bastantes tristezas nos ha causado y también a tratar de estar con nuestros vecinos. Llevamos un año todos muy unidos”. John Jairo ya pasó por ver derrumbar sus sueños, pues su apartamento estaba en la torre 5, que fue demolida en febrero pasado. “Es algo muy triste. Uno ve caer todo, donde pensábamos que todos nuestros enseres estaban ahí y resulta que no, que CDO los había retirado para luego venderlos a sus empleados. Ellos sí podían sacar las cosas y nosotros no, sabiendo que había muchas pertenencias que no tenían precio”.

Alejandro Rivas, por su parte, dijo: “Vinimos a ver caer el monumento a la arrogancia de esta constructora que creía que ese edificio mal hecho se podía repotenciar”.

Poco a poco se fueron sumando más afectados. También llegaron decenas de curiosos en el más absoluto silencio. Cerca de las nueve de la mañana sacaron sus teléfonos celulares para registrar la escena, sonaron las alarmas y con ellas se aceleró el pulso de quienes estaban a punto de ver caer su patrimonio. A las 9 en punto, tal como estaba previsto, una fuerte explosión y una nube de polvo borraron para siempre el Space. “Yo soy muy fuerte, pero las lágrimas se me salieron al ver cómo se desplomaba esto. Era el proceso que había que seguir. Es como un enfermo de cáncer terminal; en el momento en que la persona fallece igual te da duro, así estés preparado para eso. Es lo que pasa aquí”, explicó Carlos mientras secaba las lágrimas.

La escena se repetía una y otra vez. En un fuerte abrazo las víctimas se fundieron y como niños expresaron el dolor que causaba la impotencia. “Termina una parte del proceso. Mientras no nos paguen los apartamentos esto no concluye, pero empezamos a cerrar la herida”, manifestó Carlos.

El dolor que sentían no era sólo por perder sus apartamentos, sino por un año de lucha para que CDO les responda por su patrimonio. Un año en el que se han sentido maltratados e incluso han sido demandados, como le ocurrió a Carlos, a quien la constructora le interpuso dos tutelas por las declaraciones que ha dado ante los medios de comunicación. “La tutela decía que era un victimario tratando de dañar el buen nombre de la compañía. Yo soy doblemente víctima de Space y de acoso de la constructora. Estoy reclamando mi patrimonio”, explicó Carlos. John Jairo agregó que “ya nos han tratado de ladrones y de todo. Esperemos que nos acaben de demandar a ver qué más piensan hacer, que ya bastante nos han maltratado”.

-Implosión para proteger vidas

El alcalde Aníbal Gaviria Correa, una vez cumplido el proceso de implosión, aseguró que “la Alcaldía de Medellín ha actuado siempre ante este doloroso hecho y lo seguirá haciendo, buscando la protección de la vida y el restablecimiento de los derechos de las familias afectadas, por supuesto, basada en los dictámenes de la Universidad de los Andes y en el cumplimiento de la ley y la normatividad vigentes”. Aclaró, además, que los costos de la implosión le serán trasladados a CDO.

- Desplome en seis segundos

Doscientos kilos de Indugel ubicados en 1.200 perforaciones, 3.000 metros de cordón detonante y 580 detonadores no eléctricos Exel produjeron 20 microexplosiones que en seis segundos convirtieron el monumento a la mala ingeniería en 30.000 metros cúbicos de escombros, los cuales tardarán dos meses en ser retirados del lugar.

Con la implosión no termina esta historia, pues continúa el proceso jurídico. Para la próxima semana se espera el resultado del estudio de la Universidad de los Andes, que busca determinar las causas del desplome de la torre 6.

 

Por Mary Luz Avendaño, Medellin

 

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