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"Es un daño muy grande a la justicia"

El magistrado Jorge Pretelt se refirió a su encontrón con su excolega, el exmagistrado Nilson Pinilla, después de que este dijera que Pretelt no le genera respeto y Pretelt le respondiera calificándolo de “fariseo”.

Norbey Quevedo Hernández / Sebastián Jiménez Herrera
22 de junio de 2014 - 02:00 a. m.
  Archivo - El Espectador
Archivo - El Espectador

A mediados de esta semana, el exmagistrado Nilson Pinilla y sus excolegas, los magistrados Jorge Pretelt y Alberto Rojas, protagonizaron un agarrón que dejó en evidencia las profundas divisiones en la Corte Constitucional. Hubo calificativos y acusaciones En entrevista con este diario, el magistrado Pretelt se refirió a este bochornoso altercado.

Ha planteado usted que toda esta polémica se generó por el tema de los topes pensionales que afectaron directamente al exmagistrado Nilson Pinilla. ¿Usted se sostiene en esta versión?

Sí, aunque debo advertir en primer lugar que hay un compromiso sagrado en la Corte Constitucional de que el vocero de la misma sea el presidente de la Corte, el magistrado Luis Ernesto Vargas Silva, pero en este caso hay unos cuestionamientos puntuales del doctor Pinilla que comprometen directamente mi dignidad. Es importante también decir que es inaceptable que el doctor Pinilla ponga en duda mi trayectoria académica y mis capacidades profesionales como jurista, todo el tiempo he estado vinculado al sector académico.

Otro de los temas que debo mencionar antes de referirme a ese tema es que los proyectos de constitucionalidad que he llevado a Sala Plena han sido debatidos por todos mis colegas y en cuanto a la salas de tutelas, hasta hace poco estaba conformada por el magistrado —hoy presidente de la Corte Interamericana de Derechos Humanos— Humberto Sierra Porto y por el doctor Luis Ernesto Vargas. Esto para decir que miente el doctor Pinilla al hacer creer que la Corte tiene como un sistema de decisión unipersonal, que los fallos son decisión de un solo magistrado. Además, también es importante hacer la advertencia de que si el doctor Pinilla cree que en algún fallo hay un interés personal de mi parte, está obligado a ponerlo en conocimiento de nuestro juez y no ante los medios. Eso es lo que creo que ha desacreditado a la Corte Constitucional y a la justicia en general: las declaraciones del doctor Pinilla.

¿Pero a qué se deben estos señalamientos del exmagistrado Pinilla en su contra?

Digamos que lo que yo podría llamar la inquina personal del doctor Pinilla obedece a que fui uno de los magistrados que han dejado en evidencia ante la Sala Plena que Pinilla es un hombre de doble moral. Primero, fue ternado por los magistrados que él mismo eligió, eso es lo que tanto se ha discutido en los últimos años y que los medios de comunicación conocen con el nombre de la puerta giratoria. Fue elegido por muchos congresistas que posteriormente fueron juzgados por distintos delitos, en su gran mayoría por los delitos del paramilitarismo. Pero yo no vi que él haya renunciado.

Usted ha referido también que Pinilla burló la edad de retiro forzoso.

Fui de los pocos, el único que acompañó la ponencia del magistrado Mauricio González en el sentido de que todos tenemos que obedecer la edad de retiro forzoso (que es de 65 años de edad y solo es de obligatorio cumplimiento para los magistrados del Consejo de Estado y de la Corte Suprema de Justicia) y fui de esos pocos que han manifestado que Pinilla no debió quedarse tras cumplir los 65 años; sin embargo, se quedó tres años más. Es decir, Pinilla —además del tema de las pensiones que ya voy a explicarlo— se ha convertido en mi enemigo porque tuve el coraje de desenmascararlo. Es que es increíble que después de estar 16 años en la justicia —ocho en la Corte Suprema y ocho en la Corte Constitucional— al día siguiente salga a decir que estaba en una cloaca judicial.

¿Pero se ratifica en que Pinilla “llegó a la Corte a pensionarse”?

Yo me ratifico en que el doctor Pinilla llegó a la Corte Constitucional y que toda esta inquina personal es por el tema de su pensión. Él está mintiendo, por supuesto que le interesaba la pensión de $25 millones, él dice ahora que a él no le interesaba y que acude a la del Banco de la República (donde trabajó durante 20 años). Claro que acude a la del Banco de la República, pero acude a esa pensión por cuanto la sentencia de la cual fui ponente lo dejó por fuera del régimen especial de los magistrados elegidos antes de 1994, fecha en la que entró a regir el régimen general de pensiones, que es el que nos cobija a todos los magistrados hoy en día.

¿Qué persigue Pinilla con estas declaraciones, hechas una vez sale de la Corte?

Pues maltratar mi nombre por todas las razones que he dado. Incluso, mire lo que dice en relación con un magistrado que yo designé en la Corte Constitucional como magistrado auxiliar, el doctor Carlos Murcia. Dice que lo llevé a que multiplicara su pensión de jubilación. Al doctor Murcia —que es un brillante abogado y cofundador de la Universidad Sergio Arboleda— lo llevé para hacerle un gran reconocimiento a la Sergio Arboleda.

El doctor Murcia llega y el doctor Pinilla no se encontraba en la ciudad en el momento de su posesión, lo posesionó el magistrado González Cuervo. Tiempo después el doctor González se percata de que posesionó a una persona con una edad mayor a los 65 años y me pide que desista del nombramiento porque no acepta bajo ninguna argumentación que una persona mayor a los 65 años pueda estar en la Corte Constitucional y resulta que en esa solicitud que me hace por unanimidad la Sala Plena, estuvo el doctor Nilson Pinilla. Uno no entiende cómo el doctor Pinilla hace sacar al doctor Murcia por la edad de retiro forzoso y él permanece en su cargo tres años más. Y hay que decirlo, el doctor Murcia de ninguna manera pudo incrementar su pensión. El doctor Murcia tiene hoy una pensión de $2’469.784 y recibe, debido al deducido, $1.316.786. Todo esto pese a haber sido profesor toda la vida. Eso es lo que recibe un profesor. ¿Cómo va a decir el doctor Pinilla que Murcia llegó a multiplicar su pensión?

¿Y los señalamientos en su contra por supuesto amiguismo?

En el tema del amiguismo, él en primer lugar, durante los primeros cinco años, permanentemente debatía conmigo el tema de mis salvamentos de voto en aquellos casos en los que el congresista era condenado penalmente. Muchos de esos congresistas interpusieron tutelas que llegaron a la Corte. En todas esas tutelas he salvado el voto y él dice que yo respondo en esos salvamentos a un amiguismo. Eso no es así, se trata no de amiguismo sino de justicia. Esa es una garantía reconocida por la Convención Interamericana de Derechos Humanos. Incluso te puedo citar un caso: España ha sido condenada por no tener segunda instancia en el caso de los aforados. Así que he fallado y seguiré fallando en los casos de congresistas condenados mientras ellos en sus investigaciones penales no tengan la doble instancia. Pero hago una reflexión: ¿Cómo va a ser amiguismo ser el ponente de una sentencia que prácticamente dejó sin pensiones multimillonarias a 2.000 personas en este país, de las cuales 1.200 son congresistas y 800 son magistrados?

Usted ha sido señalado por sus nexos con el procurador Alejandro Ordóñez y con el expresidente Álvaro Uribe.

Yo tengo una gran admiración y respeto por el procurador. Mi señora llegó hace 11 años a la Procuraduría General de la Nación. No fue nombrada por el doctor Ordóñez. Yo me identifico con algunas de las posiciones del doctor Ordóñez, pero no vaya a creer el país que me identifico es porque el doctor Ordóñez no ha botado a mi señora y tengo que mantener una cercanía con él simplemente para que no la despida. Lo otro es que si yo fui postulado por el presidente Álvaro Uribe, cómo no se va a decir que yo pueda tener cercanía con él, lo aprecio, lo admiro, fue un gran presidente de Colombia, pero eso de ninguna manera me quita la independencia. Yo no salvé mi voto en el fallo sobre la reelección por ser amigo o por ser postulado del expresidente Uribe.

Los medios en su momento lo dijeron: Pretelt se debatió durante dos meses en favor del proyecto que permitía la reelección con argumentos. Es que la palabra aquí no es amiguismo, es independencia. Porque entonces yo volteo la pregunta y cuestiono: ¿Qué pasa con los que son postulados por la Corte Suprema o por el Consejo de Estado? Claro, son postulados por esas altas corporaciones, pero llega en un momento en el que el juez se posesiona y no es ser desagradecido, como dice el exmagistrado Pinilla, lo que tiene que ser es independiente.

Se dice, además, que toda esta pelea es por la elección de candidatos a contralor general...

En los cinco años que llevo en la Corte Constitucional nunca se había tenido ningún inconveniente en la elección de unos dignatarios que nos asigna la Constitución y que debemos elegir mientras eso exista. En este caso, el doctor Pinilla no votó el día de las elecciones para precandidatos a contralor porque uno de los magistrados, Alberto Rojas, le advirtió, cuando ya iba a depositar su voto por uno de los candidatos, el doctor Camilo Tarquino, que Tarquino lo había postulado para ser magistrado de la Corte Constitucional. Él no votó no porque los candidatos no reunieran los requisitos, sino porque se encontraba impedido, pero hizo ver que se trataba de un tema de falta de hoja de vida de los distintos candidatos.

Se habla de bloques de poder en la Corte, uno encabezado por usted y el magistrado Rojas.

Bueno, pero entonces si es un bloque entre el doctor Rojas y yo, estamos muy en minoría. Dos magistrados, de nuevo, no hacen ninguna mayoría. Eso no es cierto. Las decisiones las tienen que tomar, por lo menos, cinco magistrados. Ahora, si lo que están criticando es un salvamento de voto entonces estamos en la olla, ¿cómo va a ser que un magistrado no pueda expresarse a través de un salvamento de voto?

¿Cree que sería bueno quitarles las funciones electorales a las cortes?

Yo sí creo, pero tampoco es que haya sido un gran problema que la Corte Constitucional, en su gran sabiduría, pueda presentar a alguien para ser contralor, procurador o registrador. Yo no le veo el gran problema. Por ahora tenemos que cumplir lo que dice la Constitución sobre el tema.

¿Qué mensaje le da al exmagistrado Pinilla?

Pues que es un daño muy grande el que le ha hecho a la justicia. Intentó hacerle un daño personal al doctor Rojas y al doctor Pretelt, pero indudablemente le ha hecho un daño muy grande a la justicia, sobre todo a la Corte Constitucional. Yo creo que muy pronto se pronunciará el presidente de la Corte y hará ver la seriedad con la que se estudian los temas.

¿Piensa interponer algún recurso contra Pinilla?

Yo en principio no creería, creo que con esta información que he dado a los medios, la opinión pública se dará cuenta de que es una situación casi que, diría yo, personal, en este caso conmigo y con el doctor Alberto Rojas.

¿Cómo queda la Corte tras este incidente tan bochornoso?

Tiene que salir airosa y demostrar que sigue siendo la gran corte de justicia en Colombia, la protectora de los derechos fundamentales en Colombia.

Por Norbey Quevedo Hernández / Sebastián Jiménez Herrera

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