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Hacia un nuevo mapa político

Los partidos tradicionales (Liberal y Conservador) ya no mandan y en muchos casos la lógica no aplica en la disputa por el poder local y regional.

Redacción Política
04 de octubre de 2015 - 02:33 a. m.

Años atrás, cuando el bipartidismo se imponía en el país, era fácil dibujar el mapa de las fuerzas políticas en Colombia de acuerdo a los ganadores en las elecciones de autoridades locales y regionales e incluso en las del Congreso de la República. Hoy las cosas son muy diferentes, no sólo por la presencia de otras fuerzas y movimientos diferentes a los llamados partidos tradicionales —Liberal y Conservador—, sino porque la realidad en muchos municipios y departamentos plantea obligadas alianzas, incluso muchas veces entre fuerzas disímiles, con tal de asegurar la victoria.

Se da, por ejemplo, en Barranquilla, donde el candidato a la Alcaldía Álex Char, avalado por Cambio Radical, el partido del vicepresidente Germán Vargas Lleras, cuenta con los respaldos de los partidos Liberal, Conservador, de la U y hasta el Centro Democrático del expresidente Álvaro Uribe, opositor acérrimo del gobierno de Juan Manuel Santos. O sea, uribismo y vargasllerismo unidos en una sola causa electoral, algo impensable desde que partieron cobijas por cuenta de la búsqueda de una segunda reelección por parte de Uribe.

En el mapa político que se configurará después del 25 de octubre, día de las elecciones, Cambio Radical apuesta en grande. Está obligado teniendo en cuenta la inminente candidatura presidencial de su líder, Vargas Lleras, en 2018, y bien es sabido que a partir de lo local se construye el triunfo nacional. Según el director de la colectividad, representante a la Cámara Rodrigo Lara, la carta más importante es Enrique Peñalosa en Bogotá, quien hoy lidera las encuestas.

Además están pisando fuerte en el Eje Cafetero y aspiran a quedarse con las alcaldías de Valledupar, con Jaime González, y Cali, con Maurice Armitage, donde también puede aterrizar el uribismo. Y está la Gobernación de La Guajira, con un aval que ha sido polémico, el de Oneida Pinto. “La región Caribe votará Cambio Radical y seremos la fuerza mayoritaria”, dice Lara.

El Partido de la U, por su parte, es el del presidente Santos y a la vez el más fuerte hoy en Colombia. En las elecciones al Congreso del año pasado fue el más votado y para las elecciones locales y regionales ha echado a andar una ambiciosa campaña cimentada en el discurso de la paz. Tienen candidatos propios para 17 gobernaciones y en 12 más van en coalición. Según ha dicho su copresidente, el senador Roy Barreras, aspiran a ganar al menos en nueve de ellas, y en las ciudades capitales sus principales apuestas son Bogotá, con Rodrigo Pardo, y Cali, con Angelino Garzón.

El otro partido de la Unidad Nacional es el Liberal, que va con 23 candidaturas propias para gobernaciones y tres por coalición, y 27 para alcaldías de ciudades capitales, incluida Bogotá, con Pardo. Y, según asegura el senador Horacio Serpa, hay sitios en donde se puede decir que van a la fija: Luis Pérez en Antioquia, Didier Tavera en Santander, Eduardo Verano en Atlántico y Ronald Housni en San Andrés. “Nuestro objetivo es ganar”, dice Serpa, algo que le ha costado críticas de muchos sectores que advierten que el liberalismo abandonó sus ideales por el “todo vale”.

En cuanto al Centro Democrático, siendo un partido tan joven, ha enfrentado problemas para postular candidatos fuertes. Por ejemplo, en Bogotá parece que no despegó la aspiración de Francisco Santos y dicen que, ante la inminente barrida de la Unidad Nacional en la región Caribe, el expresidente Uribe se dedicó a impulsar a Juan Carlos Vélez a la Alcaldía de Medellín, quien ya es primero en las encuestas.

Incluso se dio un movimiento inesperado: el concejal liberal Bernardo Alejandro Guerra, duro crítico de Uribe, anunció su apoyo a Vélez, después de que el candidato de su partido, Eugenio Prieto, renunciara esta semana. La alianza uribismo-vargasllerismo que se da en Barranquilla se repite también para la Alcaldía de Neiva, con Germán Alberto Bahamón. Y en Cali, en los últimos días se escucharon rumores de un apoyo a Armitage. Una clara muestra de que en términos electorales no aplica la lógica política que se da a nivel del Congreso o el poder Ejecutivo.

Los conservadores anuncian 13 candidaturas a gobernaciones y 771 a alcaldías en todo el país, unas 80 de ellas en coalición. El representante David Barguil, presidente del directorio nacional, dice que van a ganar en Tolima, Huila, Putumayo, Caldas, Norte de Santander y las alcaldías de Valledupar, Cartagena y Montería. “Le apostamos a luchar por el primer lugar en resultados electorales en número de alcaldías y en aumentar significativamente el número de gobernaciones”, señaló.

La Alianza Verde la ha tenido cuesta arriba para unificarse alrededor de líderes locales fuertes y consolidarse como estructura política en las regiones. Aunque para las elecciones de octubre entregaron más de 9.000 avales en todo el país, las apuestas no son grandes y en la mayoría de los casos optaron por buscar alianzas programáticas con sectores afines. Incluso en departamentos en los que no encontraron socios políticos y en los que los candidatos opcionados tenían cuestionamientos de algún tipo, optaron por impulsar el voto en blanco, como fue el caso de Sucre, Magdalena, Vaupés y Guainía.

En gobernaciones, las esperanzas de los verdes están puestas en Nariño, Cauca, Putumayo, Boyacá y Atlántico, departamentos en los que, según las encuestas, sus candidatos puntean. Sin embargo, el panorama no es tan claro en capitales, sobre todo luego de que Carlos Vicente de Roux declinara su aspiración en Bogotá. La renuncia del candidato, quien argumentó que no contó con el respaldo necesario en su partido, dejó entrever fracturas en el interior de la colectividad.

Lo claro es que las elecciones de alcaldes y gobernadores dentro de 21 días implican un reacomodamiento de los poderes locales y regionales, y la consecuente configuración de un nuevo mapa político nacional. Habrá ganadores y perdedores y llegará la hora de los balances. Para muchos es el punto de partida hacia la carrera presidencial de 2018. Y como telón de fondo: un proceso de paz que en los últimos días ha tomado un nuevo impulso con el anuncio de un acuerdo sobre justicia entre el Gobierno y las Farc.

Los objetivos del Polo y Opción Ciudadana

Para las elecciones del 25 de octubre, el Polo Democrático le apuesta a consolidar el mandato de unidad que planteó su congreso nacional. En ese sentido, la estrategia es aumentar el número de curules en las juntas administradoras locales (JAL), concejos y asambleas.

De igual manera ha fijado una política de alianzas con grupos políticos afines en ciudades estratégicas. La apuesta grande está en la Alcaldía de Bogotá, con Clara López. En el resto del país, sus principales objetivos están puestos en las gobernaciones de Nariño y Tolima y a nivel de concejos y algunas alcaldías en la región Caribe.

Sobre los objetivos del partido Opción Ciudadana, las cifras dicen que tiene ocho candidatos propios y tres en coalición a gobernaciones, y 316 propios y 53 en coalición a alcaldías. “Nuestra meta es tener una importante representación y ganar espacios de poder en los niveles locales y departamentales”, aseguró la senadora Doris Vega, copresidenta de la colectividad.
 

Por Redacción Política

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