La advertencia del Banco Central se basa en los ejercicios de pronóstico del equipo técnico del Emisor.
Por primera vez el Banco admite que la meta de inflación no se cumplirá.
Para la inflación básica, medida a partir del IPC sin alimentos ni regulados, esta posibilidad es mayor.
Explica el informe que hacia 2009 debería sentirse plenamente el efecto de la política monetaria sobre los precios, dados los rezagos con que ella actúa, con lo cual la inflación retornaría a una senda convergente con las metas de largo plazo definidas por el directorio del Banco Emisor.
"Se espera una reducción de la inflación durante la segunda mitad del año, en la medida en que buena parte de su aumento reciente se ha debido a los precios de varios alimentos perecederos", dice el informe.
Como corresponde con el ciclo económico normal de productos como la papa y otros vegetales, los altos precios relativos alcanzados hacia mediados de año deben estimular la oferta, lo que permitiría una reducción sustancial de los precios en los siguientes dos o tres trimestres, admite el Banco Central.