Representantes de más de cien países se reúnen desde el lunes en Ginebra para culminar dos años de negociaciones sobre las alternativas para incentivar la investigación y el desarrollo de fármacos ante enfermedades que afectan a las poblaciones pobres y hacer posible que su precio sea accesible.
El encuentro, que concluirá el 3 de mayo, se realiza bajo el formato de un grupo de trabajo creado en 2006 en el seno de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La misión de este grupo, en el que han participado todos los países interesados en la cuestión, es proponer una estrategia mundial y un plan de acción para que la investigación farmacéutica atienda las necesidades de las poblaciones desfavorecidas, que suele estar excluida de los beneficios científicos.
Ello es debido a que el desarrollo de nuevas medicinas depende en gran medida del sistema de patentes, que garantiza a las compañías farmacéuticas la exclusividad de producción por un periodo que va hasta los veinte años.
La propuesta de veinte países latinoamericanos busca lograr un acuerdo para que la OMS asuma el liderazgo a la hora de aplicar un plan que permita ampliar el acceso a los medicamentos a todos los ciudadanos y fomente la investigación para crear remedios contra las enfermedades que afectan a las naciones emergentes.
Las ONG aseguran que en la reunión hay dos posturas muy claras: la de Estados Unidos, consistente en que las farmacéuticas deben de liderar el proceso de innovación, y la de la sociedad civil y algunos gobiernos, que consideran que el sistema no está funcionando.
En un comunicado, Acción Internacional por la Salud, Health Action International, Misión Salud e IFARMA denuncian que la "posición de los países desarrollados, especialmente Estados Unidos, ha sido la de fortalecer los derechos de los propietarios de las patentes".
En cambio, agregan, los países en desarrollo buscan fortalecer a la OMS y que ésta se implique en la búsqueda de sistemas alternativos para la investigación. Un consenso que existía y que, según las ONGs, fue quebrado por México y Colombia.
El pasado noviembre, estas ONGs tuvieron en su punto de mira a México porque mantuvo una activa posición de apoyo a la postura estadounidense. Sin embargo, aseguran, en la actual reunión "México se ha caracterizado por su prudencia".
Por el contrario, Colombia, que en noviembre ya mostró su postura pro estadounidense, es ahora, según dichas organizaciones, el país "que más ha radicalizado sus posiciones, poniendo en riesgo los difíciles consensos hasta ahora logrados y desconociendo los acuerdos conseguidos en varias reuniones a las que Colombia no asistió".
"En Colombia hemos visto ya muchas veces cómo el Gobierno está dispuesto a hacer casi cualquier cosa que pueda contribuir a la aprobación de un TLC con Estados Unidos. Y, en cambio, aquí se trata de bombardear un proceso de discusión sobre los beneficios de la innovación en salud y sobre los intereses de los países en desarrollo", añade el texto.
El objetivo de la reunión de esta semana es alcanzar un acuerdo antes de la Asamblea Mundial de la OMS, en mayo.