El Magazín Cultural

En Cannes se habló español gracias a un iraní

En medio de una época de profundos e importantes cambios, Penélope Cruz y Javier Bardem inauguran la 71ª edición de una de las citas emblemáticas del cine mundial.

Janina Pérez Arias / Cannes, Francia
10 de mayo de 2018 - 02:47 a. m.
Ricardo Darín, Penélope Cruz, Asghar Farhadi y Javier Bardem, en Cannes. / AFP
Ricardo Darín, Penélope Cruz, Asghar Farhadi y Javier Bardem, en Cannes. / AFP
Foto: AFP - VALERY HACHE

Ya nada será igual, y el Festival de Cannes no se escapa a esta premisa que se cierne sobre el mundo del cine. La época pos-Harvey Weinstein, la del movimiento #metoo, la de la avanzada de Netflix, y pare usted de contar.

En pleno vértigo, la organización de una de las citas emblemáticas del cine mundial se aferra al prestigio y a la tradición, pero al mismo tiempo se las arregla para ir con la modernidad, o más bien se preocupa por mirar hacia el futuro, con incertidumbre incluidas.

La actriz y productora australiana Cate Blanchett preside el jurado de la 71ª edición del Festival de Cannes, que inclina la balanza a favor de la representación femenina, además de abogar por la diversidad. De África a Taiwán, de Francia a EE.UU., con ausencia de latinoamericanos, pero vamos, que ya sería mucho pedir.

En esa tarea “desafiante y dolorosa” (por aquello de juzgar a artistas), tal como lo expresó Cate Blanchett en la rueda de prensa del jurado, se encuentran la guionista y directora estadounidense Ava Duvernay, la compositora burundés Khadja Nin y las actrices Léa Seydoux y Kristen Stewart. Y en la cuota masculina están el director canadiense Denis Villeneuve, el realizador ruso Andrey Zvyagintsev, el director y productor francés Robert Guédiguian y el actor taiwanés Chen Chang.

La aclamada diversidad también se deja ver en la competición por la Palma de Oro. Entre más de 2 mil filmes se han escogido 21. ¿Pero qué debe tener una película para cautivar a quienes las juzgarán?

“Tiene que ser una cinta que se quede en la mente del jurado y en la imaginación del público más allá del festival”, aclaraba Cate Blanchett bajo la mirada atenta de su congéneres. Eso sí, un filme que se merezca una Palma de Oro, aunque no sea perfecto, “debe ser fundamental e innegablemente conmovedor”, aportó Kristen Stewart al enigma.

A pesar de su potente cinematografía, Latinoamérica no optará en esta oportunidad por los premios gordos, aunque es notoria la presencia de películas argentinas, mexicanas, brasileñas y colombianas en Una Cierta Mirada, la segunda sección en importancia del Festival de Cannes, así como en la programación de la Semana de la Crítica y la Quincena de los Realizadores, la cual inaugura la cinta colombiana Pájaros de verano, de Cristina Gallegos y Ciro Guerra.

Sin embargo, en la primera jornada festivalera en Cannes se habló castellano, y esto fue gracias a un iraní, Asghar Farhadi. Con su película Todos lo saben,se dio por inaugurada esta edición. Se trata de un drama muy correcto y disfrutable, con tintes de culebrón a todo lujo, protagonizado por Penélope Cruz, Javier Bardem y Ricardo Darín.

Con dos estrellas internacionales, como lo son Penélope y Javier, el factor glamur ya estaba asegurado en la gala de apertura del festival. Y no es que la alfombra roja carezca de grandes figuras, al contario: durante los 12 días de festival, la pequeñísima ciudad de Cannes reúne a un sinnúmero de celebridades de alto nivel, directores, guionistas y productores, quienes cada día desfilan por la alfombra roja del Grand Théâtre Lumière, donde se celebran las galas.

No, Harvey Weinstein no está entre los invitados. Sin embargo, el que fuera una ilustre figura en Cannes estará muy presente pero de otra manera, en las discusiones acerca del movimiento #metoo, y con cada declaración colindante al acoso y vejación hacia las mujeres.

Pero también con gestos tales como el de Javier Bardem durante la rueda de prensa de Todos lo saben, cuando un reportero de Chile le preguntó qué se sentía ser el único hombre que disfruta trabajando con su esposa. Bardem le miró fijamente, serio, aplastante, para replicarle: “Es una pregunta de muy mal gusto que no te voy a responder”. ¡Bravo!

“Comportamiento correcto requerido. ¡No arruines la fiesta, detén el acoso!”, es el eslogan de la campaña puesta en marcha por el festival, que también ha dispuesto una hotline para denuncias. Los depredadores están pues avisados: en Francia asciende una multa por comportamiento incorrecto a 45 mil euros (unos 53.480 dólares), además de tres años de cárcel.

Esta es la realidad en la que se inaugura el Festival de Cannes, armado hasta los dientes, con detectores de metales, policías por doquier y sus medidas de seguridad antiterroristas.

Pero nada ni nadie parece empañar la gran misión que se ha propuesto el Festival de Cannes, que es la de mostrar lo mejor del cine actual y del venidero.

 

Por Janina Pérez Arias / Cannes, Francia

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