Alcaldía de Cali: un debate de lugares comunes

Los candidatos a la Alcaldía no salen de más apoyo a la Fuerza Pública e inversión social.

Fabio Posada
27 de agosto de 2015 - 10:10 p. m.

Con la presencia de los tres aspirantes que puntean en la encuesta de Gallup: Angelino Garzón (25,8), Maurice Armitage (22,9) y Roberto Ortiz (17,7), a quienes se sumaron Carlos José Holguín (6,2), María Isabel Larrarte (2,6), Michel Maya (2,1) y Wilson Arias (2), se llevó a cabo ayer en Cali el debate organizado por El Espectador, Fescol y la Fundación Pares, cuyo tema principal era la seguridad urbana en la capital vallecaucana. La única ausente fue María Isabel Urrutia, candidata del Movimiento Alternativo Indígena y Social (MAIS).

Garzón, el candidato de la U, acuñó en su primera intervención una frase efectista: “Queremos que Cali sea la sucursal del cielo para la gente y del infierno para los delincuentes”. Solicitó apoyo a los sectores empresarial y financiero en la misión de volver a Cali la capital más segura del país. Además, conminó al Ejército para que ayude con el desarme de los caleños y dijo estar dispuesto a “devolver las utilidades que genera la comercialización de armas a esa entidad con recursos del municipio y del gobierno central”.

Ortiz, el candidato liberal, dijo que las estadísticas de seguridad en la ciudad reflejan una verdadera catástrofe. “Cali vive una crisis porque su futuro se está perdiendo en matanzas diarias de jóvenes. Por eso tenemos que crear grupos élite de la Policía para luchar contra el crimen organizado, así como hicimos 20 años atrás contra los grandes carteles de la droga”, propuso el “Chontico”, como es conocido en la ciudad. Y agregó que en su programa incluiría “el policía escolar, pues es a los colegios donde apuntan las redes de microtráfico”.

Holguín, aspirante del Partido Conservador, manifestó que continuaría con la implementación del plan de seguridad integral que él mismo inició cuando fue secretario de Gobierno de la actual administración, “en el que principalmente invertimos en cámaras de vigilancia, renovación de los equipos para la Policía, la iluminación de parques y zonas verdes con luz blanca, así como el aumento en el número de cuadrantes y de efectivos de la Metropolitana”. El candidato de los azules dijo que avanzaría con la fase dos de este plan integral, “haciendo énfasis en la situación de marginalidad de los jóvenes, dándoles un proyecto de vida productivo que los saque del círculo vicioso de la violencia”.

Maya, quien representa al Partido Verde, pidió “recuperar la vida como el valor supremo, pasando del miedo a la esperanza”, lo cual se ha ido perdiendo debido a los más de 20 años conviviendo con altos índices de criminalidad. Para lograrlo propuso “reformar el plan cuadrantes en las zonas más violentas de la ciudad y llevar todo el aparato municipal a los barrios para cambiar las causas objetivas de la criminalidad”.

Arias, el candidato del Polo, planteó una intervención que “supere todo el trabajo represivo y que incorpore un trabajo con los jóvenes de la ciudad, que no solo son instrumentalizados por el crimen organizado que los convierte en sicarios o expendedores de drogas, sino que son víctimas de la falta de oportunidades, de buena educación y empleo formal que les ayuden a integrarse con el resto de la sociedad”.

Armitage, candidato por el movimiento Creemos Cali, enfatizó que “Cali ya no es la capital del Valle, sino la capital del suroccidente colombiano y por eso enfrenta una serie de problemas muy graves que para solucionarlos debemos pedir ayuda al Gobierno Nacional”. El empresario dijo que si es elegido alcalde responderá con vigor al desafío del crimen organizado, pero también señaló que “mientras se sigan acostando más de 180 mil caleños con menos de una comida al día y mientras sigan las desigualdades sociales y la falta de oportunidades, aquí no vamos a llegar a ninguna parte en seguridad”.

Larrarte, quien es apoyada por las Autoridades Indígenas de Colombia (Aico), indicó que “debemos apostar por invertir los recursos municipales con efectividad ante los retos que suponen las pandillas y el crimen organizado”. Y agregó que en la ciudad existen “muchos jóvenes cansados de capacitaciones y ahora necesitan verdaderas oportunidades para su desarrollo. Nosotros reforzaremos este aspecto”.

En la mayoría de sus intervenciones, los candidatos prometieron más cámaras de vigilancia y ayudas tecnológicas para aumentar el trabajo de inteligencia policial. Sin embargo, ninguno mencionó de dónde van a salir los recursos para llevar a la realidad estos anuncios. Un dato fundamental, toda vez que Cali apenas invirtió en 2014, de sus recursos propios, $8.780 por habitante, cifra que está muy lejos de lo que invirtieron en ese mismo año ciudades como Medellín ($100.694), Bucaramanga ($31.576), Barranquilla ($25.316) y Bogotá ($21.094).

Por Fabio Posada

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar