“Alianza entre uribismo y conservadores es una necesidad”: Alejandro Ordóñez

El exprocurador dice que no está pensando en candidaturas, sino en promover la marcha del 1º de abril contra el gobierno Santos-Vargas Lleras.

Hugo García Segura.
16 de marzo de 2017 - 04:47 a. m.
“Alianza entre uribismo y conservadores es una necesidad”: Alejandro Ordóñez

¿Al fin usted va a ser candidato presidencial en 2018 o no?

Es muy prematuro para hablar de esos temas. Hoy estoy concentrado en invitar a los colombianos para que salgamos a las calles a marchar contra el Gobierno corruptor Santos-Vargas Lleras. El pueblo está hastiado, por eso vamos a marchar el 1º de abril. Vamos a marchar porque se ha acentuado la corrupción en toda la institucionalidad, porque se entregó el país a las Farc, porque se convirtió a Colombia en un santuario del narcotráfico, porque se ha golpeado el bolsillo de los colombianos con injustos impuestos y porque con las políticas públicas se ha afectado a la familia, fundamento de la sociedad.

Usted le dijo a la Dirección Nacional del Partido Conservador que si no se declaraban en oposición buscaría otros canales de participación, ¿eso qué quiere decir exactamente?

El Partido Conservador no puede continuar patrocinando este gobierno y los últimos acontecimientos lo obligan a declararse en oposición. Si continúa alcahueteando, eso nos obliga a buscar otros canales y uno de ellos es precisamente salir a las calles el 1º de abril para protestar y reaccionar contra el mal gobierno.

¿Podría significar que usted entre a la baraja de precandidatos del Centro Democrático, a propósito de su reciente reunión con el expresidente Álvaro Uribe?

Como le dije, es prematuro hablar de candidaturas presidenciales. Lo que sí tengo claro es que debe haber una gran convergencia de las fuerzas ganadoras del No en el plebiscito para volver a ordenar la casa, que hoy se ve ocupada por una élite corrupta y corruptora, que tiene en una honda crisis de ingobernabilidad al pueblo colombiano.

Por cierto, ¿de qué habló con Uribe?

Precisamente de eso. Fui claro en decirle que si no hay una verdadera convergencia, libre de egos, el país puede correr el riesgo de continuar este mal gobierno, de acentuar la crisis y, Dios no lo quiera, de vivir regímenes totalitarios que opriman aún más a nuestro pueblo, como ocurre en países vecinos.

Claro que el uribismo, por ejemplo en lo de Odebrecht, también está hoy involucrado...

La convergencia de la que hablo debe ser entre fuerzas y no entre partidos políticos. La fuerza política siempre supera a los partidos. Es indudable que la fuerza del uribismo trasciende al Centro Democrático, así como la fuerza de las bases conservadoras trasciende al Partido Conservador. Incluso, existen fuerzas activas que no tienen partido, como por ejemplo, lo que he denominado la fuerza del “voto religioso”. La intención es que las fuerzas vivas del país que quieren justicia, autoridad, orden y familia, se unan para alcanzar el buen gobierno.

Y si no es con el uribismo ni con los conservadores, ¿sería por firmas?

Eso no es lo importante ahora. Lo verdaderamente necesario es que el pueblo que está hastiado de la crisis en la que nos tiene metido el gobierno Santos-Vargas Lleras, reaccione y proteste.

El pueblo debe pronunciarse en las calles el 1° de abril. El silencio nos hace cómplices del mal gobierno. Pero, de todos modos, para usted lo ideal sería una alianza entre uribismo y Partido Conservador...

Es una necesidad. Deben las fuerzas políticas del uribismo y las bases conservadoras, junto con otras fuerzas políticas que no tienen partido, unirse en una gran convergencia para recuperar el país.

Hernán Andrade, presidente del Directorio Conservador, dijo que estudiarían declararse en oposición a raíz del escándalo de Odebrecht que involucra a la campaña de Santos, ¿usted le cree?

Las bases conservadoras no son ingenuas, quieren acciones reales y no simples pronunciamientos. Mi abuela me enseñó que obras son amores y no buenas razones. Si el partido no toma conciencia de la imperiosa necesidad de alejarse de este mal gobierno que, entre otras cosas, vive atentando contra el ideario conservador, las fuerzas vivas de las bases conservadoras buscarán otros canales que verdaderamente las representen.

¿Se le mediría a una consulta interpartidista o a ser fórmula vicepresidencial de alguien?

No he pensado en eso. Lo que me motiva en este momento es el profundo dolor de patria, que muchos colombianos también sienten.

¿Cree que Germán Vargas Lleras será el candidato de Santos?

No sé si será, pero de lo que no tengo duda es que será el continuador de la mala política de este gobierno, del cual hace parte. Lo digo no sólo por lo que expresamente dice y hace el vicepresidente, sino por lo que no dice y no hace. No olvidemos el conocido dicho de que quien calla otorga. El silencio cómplice y la desidia del vicepresidente nos demuestran a todos los colombianos que está de acuerdo con la crisis que actualmente vivimos. ¿Si no hubiera estado de acuerdo con el Gobierno por qué no lo ha dicho? ¿Por qué no hace nada? ¿Por qué no defiende, pudiendo hacerlo, los intereses de los colombianos? Es tan responsable Santos por lo que dice y hace, como Vargas Lleras por lo que no hace y calla.

¿Se refiere a su postura frente a los acuerdos de paz con las Farc?

Es un silencio cómplice. Hay que recordarle al vicepresidente que fue elegido por el pueblo y que no es un funcionario más de Santos. Vargas Lleras pudo representar debidamente al pueblo que rechazó en el plebiscito el acuerdo Santos-Timochenko y no lo hizo. Pudo dejar su voz de protesta en los acuerdos de La Habana, reclamando justicia para las Farc, y no lo hizo. Pudo haber defendido al pueblo de los injustos impuestos que nos tienen asfixiados y con los que le están pagando los salarios de $1,8 millones a los guerrilleros, y no lo hizo. Pudo alzar la voz para defender la familia y no lo hizo. Pudo haber renunciado cuando se enteró de que su campaña con Santos se financió con corrupción y no lo ha hecho. Como dije, el que calla otorga y ahora tendrá que cargar con el lastre del mal gobierno de su coequipero Santos.

¿No cree que esa polarización entre santismo y uribismo puede dar que por el medio se les meta una tercería y les gane en 2018?

Eso es posible. Por eso es necesaria una gran convergencia de las fuerzas políticas que triunfaron en el plebiscito para evitar que, producto de esta contienda, aparezca un embuchado de la continuidad de este gobierno corruptor o, peor aún, un representante de las Farc.

¿Cuál cree que será el gran tema de la campaña de 2018: la corrupción o la implementación del acuerdo de paz?

Los temas sobre los cuales se va a marchar el 1° de abril van a ser los de la próxima campaña electoral. En efecto, la corrupción y la implementación de los acuerdos de La Habana son temas importantes. Sin embargo, si revisamos el descontento del pueblo, vemos que existen otros asuntos que pueden marcar la agenda de la campaña presidencial. Esos aspectos son los que tocan la piel directamente a todos los colombianos. Pensemos en la inseguridad ciudadana que tiene azotada la vida cotidiana en las calles; o en los impuestos injustos que tienen confiscado los bolsillos de la gente para hacer el mercado; o en el deficitario servicio de salud y las complicaciones eternas para acceder a una pensión; o en el aumento de la drogadicción de nuestros jóvenes por cuenta de las políticas favorables al narcotráfico; o pensemos en la agenda de este gobierno para disolver a la familia colombiana.

Si usted llegara a ser presidente, ¿corregiría o derogaría los acuerdos con las Farc?

Las preguntas deben ser otras: ¿Las Farc cumplirán? ¿Entregarán las armas? ¿Entregarán los niños secuestrados? ¿Dejarán de narcotraficar? ¿Repararán a las víctimas? Y si no lo hacen, ¿qué hará el próximo presidente? ¿Los extraditará o se resignará nuevamente, como ha hecho Santos, a ser testigo de las Farc haciendo lo que les viene en gana?

¿No cree que se le ha ido a veces la mano, o mejor, la boca, cuando de criticar al presidente Santos se trata?

En casa, mi padre me enseñó que a las cosas hay que llamarles por su nombre. No acostumbro a edulcorar o enmascarar la realidad. ¿Qué colombiano puede dudar que el gobierno Santos-Vargas Lleras es un gobierno corrupto, por haberse financiado con coimas? ¿Quién duda que este Gobierno le entregó el país a las Farc en los acuerdos Santos-“Timochenko”, cuando vemos el incremento exponencial de los cultivos ilícitos, la impunidad a los cabecillas de la guerrilla, o los beneficios laborales a los guerrilleros con perjuicio de los escoltas decentes de la Unidad Nacional de Protección?

Por último, cuando habla de un país más conservador tanto en economía, en política, en lo moral, en lo social y en el manejo del orden público, ¿a qué se refiere?

Me refiero a algo muy sencillo: que los bienes comunes a cargo del Estado sean debidamente distribuidos en el cuerpo social, teniendo en cuenta la proporcionalidad y la justicia. Que la política sirva para poner orden en el Estado, es decir, que cada rama del poder se dedique a lo que le corresponde, sin intromisiones corruptoras del Gobierno. Que tanto el Gobierno, el Congreso, la Rama Judicial y los órganos de control sólo se preocupen por el bien común de los colombianos y no por complacer al príncipe. Que la moral marque el comportamiento de los colombianos, tarea invaluable de la familia, pues si no inculcamos desde la familia los principios, las virtudes y los valores a nuestros hijos, será muy difícil esperar que en el futuro tengamos buenos ciudadanos y rectos funcionarios públicos.

Por Hugo García Segura.

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar