Cuando aumentan los reportes de acciones armadas y presencia de Bandas Criminales en diferentes regiones del país, de forma sorpresiva una organización que se hace llamar Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC) envió un comunicado criticando al director de la Policía, General Rodolfo Palomino, por el ataque se dio en el municipio de Unguía (Chocó) en que murieron 12 delincuentes, uno más resultó herido, fueron incautados 14 fusiles y abundante material de intendencia.
En su momento, el general Palomino aseguró que esta acción, la más contundente contra una banda criminal, se trató de “un bombardeo de intensidad moderada” contra miembros del Clan Úsuga que se encontraban en un campamento con hombres de la guerrilla del ELN. Esos argumentos, sumados a la capacidad bélica y el control territorial, amparaban a la Policía y a la Fuerzas Militares a realizar un ataque de alta envergadura contra esta organización, pues las normas no permiten fuerza desmedida como bombardeos o uso de armas largas contra bandas criminales.
No obstante, este grupo ilegal que se hace llamar Autodefensas Gaitanistas de Colombia asegura que no se trata de un clan y sostienen que “han insistido en desconocer la naturaleza de las AGC, al calificarnos de Bacrim. El Estado colombiano se contradice, al atacarnos con toda su poderío, pues si solo fuéramos un “Clan” el uso de tamaña fuerza sería completamente desmedido”.
Señalan que se trata de “justificar la masacre cometida desde el aire, el general Palomino ha dicho que nos encontrábamos con hombres del Eln, con quienes que según él tenemos una supuesta alianza. Esta aseveración es completamente falsa” y agregan que “ante el fracaso de la operación Agamenón, que pretendió acabar con la organización en dos meses contados a partir de febrero de este año, en su desespero por mostrar resultados, el Estado infringe todas las normas que debería ser el primero en respetar”.
El Eln ya había negado en un comunicado cualquier alianza con grupos paramilitares en el norte del Chocó, desestimando el señalamiento del general Palomino de presuntas acciones armadas en conjunto con el “Clan Úsuga”.
No obstante, el ministro de Defensa, Luis Carlos Villegas, sostuvo en su momento que se trató de “una operación coordinada entre las Fuerzas Militares y la Policía, con apoyo aéreo previo para permitir que las fuerzas de asalto llegarán a los sitios determinados. Es una operación contra grupos narcotraficantes y terroristas que tenían vínculos con grupos armados ilegales”.
Más allá de las versiones sobre el ataque, la preocupación radica en los informes sobre el renacimiento del fenómeno paramilitar en el país, en especial en el Chocó, Nariño, Antioquia, la Costa Caribe, Cesar, Pacífico y la Orinoquía, y la ausencia de normatividad que permita atacar con contundencia a estas bandas criminales. Pues las leyes señalan que no se puede haber uno de fuerza desmedida, ni asaltos con armas largas.