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Inició juicio contra Vives y Pimiento por parapolítica

Este jueves inició en la Corte Suprema de Justicia el juicio contra los congresistas Mauricio Pimiento y Luis Eduardo Vives por sus presuntos vínculos con paramilitares.

El Espectador
13 de diciembre de 2007 - 03:49 p. m.

En el primer día del juicio los dos congresistas, Pimiento, senador por el departamento del César, y Vives, por el departamento de Magdalena, sufrieron el primer revés jurídico pues el alto tribunal les negó la aceptación de por lo menos 80 pruebas con las que pretendían demostrar su inocencia.

De acuerdo el presidente de la Sala Penal de la Corte, Alfredo Gómez Quintero, las pruebas que se presenten deben estar directa y específicamente a refutar o a respaldar los cargos que se imputan a los procesados.

En consecuencia, la procuradora del caso le solicitó a los magistrados tiempo para presentar el recurso de reposición, pues, según dijo, no sabe con exactitud cuáles son las pruebas y testimonios que rechazó la Corte.

Este jueves también se conoció que durante el juicio se escucharán los testimonios de los desmovilizados jefes paramilitares Ernesto Báez, ‘Chepe' Barrera y Hernán Giraldo.

Asimismo, en la diligencia judicial intervendrán el senador Miguel Pinedo, así como el magistrado del Consejo Superior de la Judicatura, José Alfredo Escobar Araújo.

Estos son los casos por los que son procesados los senadores Luis Eduardo Vives y Mauricio Pimiento, quienes desde hace diez meses permanecen detenidos en la cárcel La Picota de Bogotá.

Así fue en Magdalena

En el departamento del Magdalena fue incuestionable que para las elecciones al Congreso de la República en el año 2002 se conformaron tres distritos electorales por parte del Bloque Norte de las autodefensas y en cada uno de los municipios que integraban tales distritos se garantizó que las máximas votaciones fueran por los candidatos que impusieron los grupos paramilitares.

Para refrendar estas afirmaciones, la Corte recuerda el testimonio del ex director de informática del DAS, Rafael García Torres, quién le manifestó a Enrique Osorio y a José Gamarra que "el fraude había sido tan evidente, que algún día eso se descubriría" y tendrían que responder por eso. Una situación que se refleja en los resultados electorales.

Las pesquisas de la Corte Suprema permitieron establecer que el control paramilitar se formalizó en tres grupos. El primero, dominado por el jefe paramilitar "Chepe Barrera" y concentrado en ocho municipios del sur del departamento, en los que fue abrumadora la victoria de los candidatos Luis Eduardo Vives Lacouture para el Senado y Alfonso Campo Escobar para la Cámara de Representantes.

El segundo grupo, cuyo jefe militar fue Augusto Castro Pacheco, alias "Tuto Castro", se encaminó a controlar casi todos los municipios en la ribera del río Magdalena. Las mismas poblaciones en que los aspirantes Salomón Saade y Jorge Luis Caballero lograron la máxima votación a Senado y Cámara. El tercer grupo estuvo en el centro del Magdalena, donde Dieb Maloof logró una mayoría electoral arrolladora.

Estos frentes electorales no fueron inventados ni producto de anónimos sino que explican por qué los candidatos avalados por el Bloque Norte a diferencia de sus competidores pudieron hacer política a sus anchas.

Así fue en el Cesar

La situación del departamento del Cesar, en consideración de la Corte, aunque no alcanzaron las "inauditas proporciones" que se presentaron en el departamento del Magdalena, sí "revelan una absoluta dominación paramilitar que, en el plano electoral, orientó sus preferencias hacia los aspirantes al Senado Mauricio Pimiento Barrera y Álvaro Araújo Castro".

La Corte Suprema hizo una revisión de los resultados electorales de los dos candidatos, sobre todo en aquellos municipios donde obtuvieron una votación superior al 30% del total, confrontó tales estadísticas con testimonios de dirigentes regionales del Cesar y concluyó que las votaciones coinciden plenamente con dos de las tres zonas geográficas en que los paramilitares decidieron dividir el departamento.

En consecuencia, el alto tribunal cree que "los resultados electorales examinados, la evidente intimidación sobre la población y demás actores políticos, la eliminación de eventuales opositores, la no admisión de candidaturas distintas a las acordadas por el grupo paramilitar y la imposibilidad del libre ejercicio de actividades proselitistas", son situaciones reveladoras del concierto para delinquir imputado a los senadores Pimiento y Araújo.

La Corte aclaró que sus decisiones no están sustentadas en escritos anónimos, en el estudio de la politóloga Claudia López o en las declaraciones del testigo Rafael García, sino en abundante prueba testimonial que demuestra el dominio político-militar que estableció el Bloque Norte de las Autodefensas en la región y de cómo fue necesario concertarse con él para hacer política.

Por El Espectador

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