En un comienzo, las víctimas fueron presentadas por responsables militares como muertos en combates con el Ejército entre enero y agosto de este año, tras ser reclutados por grupos paramilitares en Bogotá y trasladados al noreste del país.
Sin embargo, la secretaria de Gobierno de la Alcaldía de Bogotá, Clara López, indicó después que los jóvenes desaparecieron de forma forzosa y después fueron asesinados tras ser reclutados por grupos armados ilegales.
La congresista del Partido Liberal señaló que el ministro de Defensa, Juan Manuel Santos, tuvo que reconocer que en la Fuerza Pública todavía quedan mandos que exigen a sus subalternos como resultado los cadáveres de rebeldes muertos en combate.
“Es tan grave la situación que no le quedó otra opción que asumir que las mafias existen al interior del Ejército y la Policía”, añadió Córdoba.
Funcionarios de la Fiscalía General de la Nación indicaron que hasta el momento se han ubicado 23 cadáveres en zonas rurales del departamento de Norte de Santander, fronterizo con Venezuela.