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Uribe dice estar en la "encrucijada del alma"

Poco después de que dijera que no es conveniente quedarse en el poder, sostuvo que le preocupa "que haya continuación de unas políticas básicas".

El Espectador
21 de mayo de 2009 - 10:39 p. m.

En la Cena de Imposición de la Medalla del Decano del Wharton School - Universidad de Pensilvania, al presidente Álvaro Uribe Vélez, en la sede de la Cancillería colombiana, el mandatario respondió así a la pregunta de uno de los asistentes al evento, sobre el tema de la reelección:

“Una respuesta bastante difícil y allí veo a los comunicadores que me persiguen por todas partes detrás del tema. ¡Solamente detrás del tema! Primero, yo creo que Colombia necesita prolongar estas políticas: la política de Seguridad Democrática, de confianza inversionista, y su gran resultado y validador que es la cohesión social.

¿Prolongarlas cómo? Con un simple continuismo o con una continuidad dialéctica. Prolongarlas con una gran visión que las proyecte en el largo plazo, introduciendo ajustes. Por ejemplo, nosotros hoy predicamos estabilidad tributaria y laboral, pero estamos buscando un ajuste para introducir un seguro de desempleo, que no lo puede pagar el Estado ni los empleadores, por las cargas que tienen. Hay que estar haciendo ajustes, pero hay que prolongar estas políticas. Yo diría que más importante que el debate sobre las personas es el debate sobre las políticas.

Déjeme decirle lo siguiente, con todo el respeto por mi país:

Yo pertenezco a una generación que no ha vivido un día de paz; una generación que en Bogotá y en las regiones se sintió muy abandonada. Y la verdad es que uno se vuelve muy aprehensivo de la necesidad de que el país continúe con una política, con toda la decisión, en seguridad con valores democráticos.

Ningún Gobierno de Colombia fue hostil a la inversión. Pero tampoco pusieron el énfasis que este Gobierno le ha puesto a la inversión. No fácil, en una América Latina donde muchos quieren anular la inversión, sutilmente, y otros, abiertamente, están en el proceso de estatización de medios de producción.

Esta tarea es muy difícil. Es una tarea más fácil de concebir en lo técnico, que de sacar adelante en lo político. Tengo esas


preocupaciones. Tengo temores. Yo le temo a perpetuar al Presidente.

Colombia tiene mucha gente buena. En lo personal, yo me sentiría muy amargado de que las nuevas generaciones me vieran apegado al poder. Yo he sido combatiente de la democracia.

Pero me preocupa mucho lo que pueda pasar con estas políticas. Tengo una responsabilidad con los colombianos. Entonces, cuando veo todo esto en la balanza me crea eso que yo llamo ‘la encrucijada del alma’. ¡Qué difícil!

Lo que sí quiero dejar muy en claro con ustedes es lo que ha pasado con nuestras instituciones. Ahora se lo decía al Foro de The Economist (‘Mesa de Negocios con el Gobierno de Colombia’), porque algunos dicen: la reelección en Colombia va a afectar las instituciones democráticas.

Quiero hacer una referencia a ese tema, porque lo que hemos hecho en estos años es fortalecer las instituciones democráticas. Este es un país de Estado Social de Derecho y Estado de Opinión, que es la categoría superior del Estado de Derecho. Entonces, me voy a referir, en ese contexto, a cada una de las instituciones.

Primero, las leyes y la Constitución de Colombia no las determina el Presidente. El gran legislador de Colombia es el debate popular. Las reformas introducidas en nuestro Gobierno se han aprobado en el Congreso, pero han tenido una gran determinación en el debate popular.

Estamos ahora en el tercer o cuarto intento de una reforma política. Duró mucho tiempo el debate sobre la Ley de Justicia y Paz. Ha venido un tremendo debate sobre cada una de las reformas constitucionales y legales que se han aprobado.

En Colombia, las leyes y la Constitución no las determina el capricho del Presidente, sino el debate popular. Ahí predomina el Estado de Opinión en el proceso legislativo. Primera institución. Segunda, este país tiene unos organismos de control independientes y autónomos: que la Procuraduría, que la Contraloría.

El Gobierno no auspicia que esos organismos de control sean afiliados al Gobierno o a la oposición, sino que sean imparciales, técnicos, independientes y autónomos. Y ahí, un segundo elemento bien importante de las instituciones. Tercero, la Justicia de Colombia es independiente y autónoma.

El Presidente de la República puede dar ternas para tres magistrados, de los nueve de la Corte Constitucional, que tienen periodos de ocho años. Y ha procedido con toda la autonomía. El Presidente de la República no interviene en la designación de magistrados del Consejo de Estado ni en la designación de magistrados de la Corte Suprema de Justicia. Interviene en el nombramiento de una Sala del Consejo de la Judicatura.

El Banco Central. Durante este Gobierno se cambió Gerente, porque el anterior completó un periodo de 12 años. El Banco Central es independiente. ¿A quién se nombró como Gerente? Se nombró como Gerente al Secretario del anterior Gerente.

El Ministro de Hacienda, que es el único representante del Gobierno en la Junta Directiva, me llamó a decirme: ‘¿Por quién voto?’. Le dije: ‘El Gobierno no interviene en eso. El Presidente no modula palabra sobre el tema. Un mensaje humilde: que al ayudarnos con inflación también nos ayuden con el empleo’.

Ahora, cuando se van venciendo esos periodos de ocho años, el Presidente va designando a los integrantes de esa junta independiente. Periodos de ocho años, que les da toda la independencia. Aquí no ha habido ninguna afectación.

Es muy importante saber que este país elige por voto popular directo a 32 gobernadores y 1.102 alcaldes. Que el 51 por ciento del gasto estatal de Colombia lo hace en las regiones. Allí también hay una gran autonomía.

Entonces, yo creo que antes de hacer juicios ligeros sobre el riesgo institucional de Colombia, hay que considerar la solidez institucional de este país y lo que ha recuperado este país en Estado de Opinión, gracias al fortalecimiento de las libertades, vía la política de Seguridad Democrática.

El mundo puede disipar ese riesgo. En síntesis: a mí me preocupa la necesidad de que haya continuación de unas políticas básicas. Me da miedo perpetuar al Presidente. Y el mundo debe saber que aquí lo que ha habido es fortalecimiento de instituciones democráticas; en ningún momento, asalto ni riesgo a instituciones democráticas”.

 

Por El Espectador

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