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Bloquear avance de bacrim, el reto en posconflicto

El ministro de Defensa, Luis Carlos Villegas, aseguró que tras la firma de un acuerdo final con las Farc, la tarea del Estado y de la Fuerza Pública será ocupar los vacíos en territorios históricamente ocupados por esa guerrilla.

Redacción Política
11 de febrero de 2016 - 04:19 a. m.

Son varios los desafíos que deberá enfrentar el Estado a corto plazo, tras la firma de un acuerdo final de paz con las Farc en La Habana (Cuba). Y gran parte de ellos pasan, necesariamente, por la labor que tendrán que cumplir las Fuerzas Armadas en un escenario de posconflicto, sobre todo si se tiene en cuenta que un cese del fuego definitivo y bilateral con esa guerrilla no significa el fin de la confrontación en el país. Las amenazas a combatir, entonces, serán otras.
 
Un panorama que ya tiene contemplado el ministro de Defensa, Luis Carlos Villegas, quien asegura que la prioridad ahora está en la nueva política para combatir al crimen organizado y evitar así que, una vez las Farc salgan de los territorios en los que históricamente han hecho presencia, otras estructuras ilegales copen los espacios de poder. “La firma del acuerdo va a significar más disposición de efectivos de las Fuerzas Armadas, diferentes ubicaciones geográficas y mayor movilidad para atender las nuevas amenazas”, aseguró el mindefensa durante un evento organizado por la Cámara Colombo-Japonesa y NH Hotel Group.
 
El problema necesita atención y así lo soportan las cifras según las cuales en el país hay entre 1.800 y 2.000 bandas criminales (no hay consenso al respecto), grandes y pequeñas, que hacen presencia en por lo menos 27 de los 32 departamentos y que están dedicadas, en su mayoría, al tráfico de drogas y al sicariato.
 
La tarea, reconoce Villegas, no será fácil, pues los colombianos esperan que con la firma del acuerdo final con las Farc se marque una notoria diferencia y los resultados lleguen rápido. A eso se suma que para que la transición al posconflicto sea exitosa se requiere de la construcción rápida de una institucionalidad fuerte en las regiones, con Fuerzas Militares a las que no se les puede “desmontar una sola capacidad”, sino que, por el contrario, deben ser cada vez más robustas, sin corrupción y con un fuerte componente de apoyo de la comunidad internacional.
 
En ese punto, de acuerdo con el jefe de la cartera de Defensa, hay dos campos cruciales a futuro en los que las Fuerzas Militares necesitan financiación: sustitución de cultivos y desminado. “Colombia es uno de los países del mundo con mayor experiencia en desminado militar. Actualmente hay 600 soldados trabajando en las áreas, pero la idea es que para finales de año sean 10.600 entrenados y capacitados para las labores. Por eso es necesaria la cooperación internacional en cuestiones como instrumentos de detección y movilidad de batallones”, explicó, al recalcar que la responsabilidad no es exclusiva de las Fuerzas Militares, sino que incluye el trabajo que tendrán que hacer las autoridades locales y regionales, sobre todo en materia de seguridad política y fortalecimiento de la justicia.
 
Respecto a la reciente ofensiva por parte del Eln en algunas zonas del país, la conclusión del ministro Villegas es clara: aunque ahora su accionar es más visible -como consecuencia del cese de la ofensiva por parte de las Farc, no se constituye en una fuerza poderosa: “La lucha armada se acabó en el mundo y por más que hagan aspavientos de terror, esa no es la forma de lograr participación”, puntualizó. 
 

Por Redacción Política

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