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Cuando arranca el año muchos se proponen metas, hacen sus proyecciones y sacan cuentas a partir de cálculos sobre lo que creen que pasará en la economía o los asuntos internacionales. Pero en política las cábalas también están a la orden del día y para este 2014, que apenas comienza, sí que viene cargado de expectativas. Están en juego la apuesta por la paz, el intento de reelección del presidente Juan Manuel Santos, el afán del exmandatario Álvaro Uribe por consolidar una bancada sólida en el Congreso, la continuidad del Polo Democrático como partido de oposición, la prueba en las urnas para los promotores de una tercería, el futuro del gobierno de Bogotá y la discusión de proyectos de ley que reformen la justicia y el ejercicio de la política.
Sin duda la meta más importante es la paz. Una bandera por la que se la viene jugando el presidente Santos desde hace más de un año y que ocasionó la radicalización de sus diferencias con Uribe. Según las encuestas, la mayor parte de los colombianos esperan que logre un acuerdo con las Farc, que ya llevan medio siglo alzadas en armas. Aunque el camino no es fácil y los 13 meses de diálogo, transcurridos hasta el momento, han demostrado que el ritmo no es el que se esperaba, el equipo negociador del Gobierno en La Habana (Cuba) espera que la firma de la paz se dé en los primeros meses de 2014.
También hay expectativa por lo que pueda pasar en un eventual diálogo con el Eln. Aunque dicho grupo no se ha sentado en una mesa con el Gobierno, se sabe que hay aproximaciones y los últimos comunicados en los que se hacen evidentes los acercamientos con esa guerrilla permiten ser optimistas de que en 2014 se llegue a buen puerto. De los resultados de los diálogos, especialmente con las Farc, depende en gran medida otro de los temas políticos que más moverán la agenda por esta época: la reelección del presidente Santos.
Hoy las encuestas lo dan como ganador. El candidato del uribismo, Óscar Iván Zuluaga, no despega; la de izquierda, Clara López Obregón, tampoco parece representar riesgo y no se ve la forma de consolidar un candidato de una tercería con verdaderas posibilidades de disputar el poder. Pero, de lograrse un acuerdo de paz en los primeros meses del año, Santos podría lograr su reelección en la primera vuelta.
El resultado de las presidenciales que se realizarán en mayo depende también de un termómetro importante: las elecciones para Congreso en marzo. Ahí se medirá la verdadera fuerza de la oposición encabezada por Uribe con su movimiento Centro Democrático. En la Unidad Nacional aseguran que el uribismo tendrá un entierro de tercera y no alcanzará más de 10 curules en el Senado, lo que significaría el fracaso del exmandatario en su intento de retoma del poder.
Por el contrario, los alfiles del uribismo aseguran que lograrán la elección de más de 20 senadores, lo que los convertiría en una de las fuerzas políticas más grandes en el Congreso. Un resultado así catapultaría al candidato del Centro Democrático a la presidencia, Óscar Iván Zuluaga, obligando muy seguramente a una segunda vuelta contra el mandatario Juan Manuel Santos.
Las elecciones al Congreso también definirán la suerte de la oposición de izquierda del Polo Democrático Alternativo, que hoy tiene como principal reto superar el umbral de 450 mil votos para garantizar su supervivencia política, y de no lograr ese respaldo en las urnas, perderá la personería jurídica. El Polo sería determinante en 2014 para la discusión en el Congreso de los acuerdos a los que se llegue entre el Gobierno y las Farc en La Habana. Hoy gran parte de las esperanzas de ese colectivo político tiene que ver con el senador Jorge Enrique Robledo, en la actualidad el hombre con más votos de su bancada parlamentaria.
La naciente Alianza Verde también tendrá su prueba de fuego en las elecciones de marzo. Está jugada por la paz y quiere ser parte de ese debate. En su lista sobresalen los nombres del exgobernador Antonio Navarro, la politóloga Claudia López y el exalcalde de Cali Jorge Iván Ospina. Al igual que el Polo Democrático su mayor reto en las urnas será superar el umbral de 450 mil votos. El apoyo del alcalde de Bogotá, Gustavo Petro, puede catapultar la lista de los verdes y consolidar la tercería.
El futuro de Petro es otro de los temas que estarán en el centro del debate político en 2014. Con herramientas jurídicas el alcalde de Bogotá está tratando de dilatar la aplicación del fallo de la Procuraduría que lo sancionó e inhabilitó por 15 años. Para eso presentó como recursos una recusación, una reposición y una solicitud de pruebas contra el Ministerio Público. Petro también expuso su caso ante la justicia internacional y está apelando a la movilización social para quedarse en el Palacio Liévano. Ya convocó a una protesta en la Plaza de Bolívar el 10 de enero para rechazar la sanción en su contra.
Las elecciones también serán claves en el futuro de Petro, pero primero hay que solucionar el galimatías jurídico que generó la sanción de la Procuraduría y el intento de revocatoria que adelanta el representante a la Cámara Miguel Gómez. De mantenerse en firme la decisión del Ministerio Público, deberá nombrarse un alcalde temporal mientras se convoca a unas elecciones para escoger a su reemplazo.
No obstante, el registrador Carlos Ariel Sánchez afirmó que el proceso de revocatoria ha cumplido con los requisitos jurídicos y que los bogotanos pueden ser convocados a las urnas para decidir si Petro continúa o no en la administración de la capital. Según dijo Sánchez, “contra esta decisión no proceden recursos, por lo tanto se expedirá una resolución en la que se fije la fecha de las elecciones, en un término de dos meses”, los cuales se vencen en febrero.
En cualquiera de estos dos escenarios Petro se aferra a su cargo como alcalde de Bogotá y en 2014 estará en su escenario por naturaleza: el debate político en la plaza pública, escenario en el que sus principales contradictores saben que es un peso pesado. Así lo demostró al conocer de la sanción de la Procuraduría cuando por varios días llenó la Plaza de Bolívar con seguidores que reclamaban su continuidad como mandatario de la capital (ver páginas 4 y 5).
Ya elegido el nuevo Congreso, al que se espera lleguen parlamentarios de peso que le den altura al lánguido Parlamento de los últimos años, se tendrán que abordar temas de complejo calado. Nuevamente la paz será protagonista. Todo lo que se acuerde en la negociación con las Farc en La Habana tendrá que ser tramitado en el Legislativo, donde se discutirán las leyes que reglamentarán el Marco Legal para la Paz.
También le corresponderá al nuevo Congreso discutir la reforma a la justicia, que se ha hundido en varias ocasiones y que tendrá como principal finalidad solucionar el desbarajuste institucional que hay en la rama; los enfrentamientos que hoy son noticia de cada día entre cortes, Fiscalía, Contraloría, Procuraduría; enfrentar la impunidad reinante en materia de investigación y juzgamiento de altos funcionarios del Estado por la inoperancia de la Comisión de Acusación de la Cámara de Representantes. Pero la principal meta debe ser acercar la justicia a los ciudadanos que hoy tienen que esperar en promedio siete años antes de que se resuelva una disputa en los tribunales (ver página 8).
El trámite final de la reforma a la salud será otro de los temas que tendrán que discutir los congresistas, con la responsabilidad de brindar una herramienta que le permita al país salir de la crisis que enfrenta el sistema. Además, se ha venido hablando de la necesidad de hacer una gran reforma política que está siendo socializada y que tendrá que iniciar su discusión en el segundo semestre del próximo año.
Como de elecciones se trata, el Congreso también tendrá que aprobar la convocatoria a un referendo con el que los colombianos tendrán que validar los acuerdos con las Farc. Esta decisión se tomará en las urnas el mismo día de las elecciones parlamentarias o a la Presidencia, con lo que está claro que la paz, el principal anhelo para 2014, tiene fecha de vencimiento, a más tardar el 25 de mayo, fecha en la se escogerá el presidente.
Son varios los temas importantes en 2014. La posibilidad de cerrar un ciclo de violencia de más de 50 años, elecciones que ratifiquen los acuerdos con las Farc, que escojan un nuevo mandatario o reelijan el presidente Santos, la selección de un nuevo Congreso y el futuro de Bogotá que será decidido en las urnas son sólo algunas de las cábalas del año que empieza.