Centros para construir paz

El objetivo es transmitir cercanía del Estado a las víctimas de la violencia, la intolerancia, el irrespeto y el abandono, pensando en el posconflicto. 139 proyectos están ya terminados y 78 se encuentran todavía en construcción.

Camilo Segura Álvarez, Morales, Cauca
30 de enero de 2015 - 09:37 p. m.
El ministro Juan Fernando Cristo, ayer en la inauguración del Centro de Integración Ciudadana en Morales.  / Mininterior
El ministro Juan Fernando Cristo, ayer en la inauguración del Centro de Integración Ciudadana en Morales. / Mininterior

A finales de 2013, cuando el proceso de paz con las Farc cumplía un año en la etapa de conversaciones formales, el Gobierno comenzó a ventilar la idea de que, si llegaba a pactarse el fin de la guerra, las políticas de posconflicto que no dependieran de dicho acuerdo deberían estar andando para el momento de la firma. La cosa no se quedó en un anuncio y, entre las funciones asignadas a las carteras, el Ministerio del Interior quedó con la responsabilidad de diseñar una estrategia para generar escenarios de integración social en comunidades con altos índices de criminalidad.

Dentro de dicha estrategia cayó como anillo al dedo la construcción de 217 Centros de Integración Ciudadana (CIC) mediante convenios con el mismo número de municipios que, aunque no necesariamente están en zonas de guerra, sí reportan altos índices de violencia. De esos centros, 139 proyectos están ya terminados (solo ocho han sido inaugurados) y 78 se encuentran todavía en construcción.

El Espectador asistió a la inauguración del CIC de Morales, norte del Cauca, donde el enfoque que han propuesto tanto el gobierno local como el nacional está en trabajar con los jóvenes para erradicar la violencia, como una forma de resolver conflictos y evitar que se unan a estructuras ilegales. Y es que este es un municipio clave en el marco del conflicto armado. Fue en sus límites con Suárez que el 4 de noviembre de 2011 cayó muerto en operaciones militares el máximo comandante de las Farc, alias Alfonso Cano.

De hecho, en el evento se hizo evidente que se trata de una comunidad que ha sufrido la guerra. La nutrida presencia y vigilancia de soldados y policías contrastaba con las banderas y mensajes de paz que los niños de las escuelas rurales portaban junto a pancartas en las que clamaban por más recursos para educación, denunciaban que hace dos años no tienen el servicio de internet y pedían cosas específicas, como transporte escolar y mejores aulas.

Durante la inauguración, en la que participó el ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, el Gobierno anunció que en este CIC la comunidad recibirá cursos de cultura ciudadana, convivencia e información personalizada para la prevención de la violencia intrafamiliar, así como capacitaciones en turismo, recreación y protección del medio ambiente, entre otros temas. Todo con el enfoque de “Vacúnese contra el maltrato y el desamor”, que es el eslogan de la estrategia que se puso en marcha para “transmitir solidaridad y cercanía del Estado a las víctimas de la violencia, la intolerancia, el irrespeto y el abandono”.

A su vez, Guido Saúl Córdoba Nieto, alcalde de Morales, llamó la atención sobre la necesidad de inversión en sectores como educación y salud, en aras de una verdadera paz. Recordó que el norte del Cauca ha sido un “territorio de guerra” y clamó porque de ahora en adelante las noticias que se generen desde su municipio no tengan que ver con la confrontación, como la muerte de Cano. Y sostuvo que para ello “no solo se necesita la firma de un acuerdo con la insurgencia, sino también la acción efectiva de las instituciones en las regiones apartadas del país”.

“Este es un primer paso para empoderar a las comunidades. Esto no lo debe manejar ni el Gobierno ni la Alcaldía. Esto debe ser manejado por la gente. La mayoría de inversiones que se hagan en el territorio, si se hace la paz, serán para las comunidades. Ustedes deben ayudar a que lo que ojalá se firme en La Habana tenga efectos en el territorio”, agregó el mininterior, ante unas 2.000 personas presentes. La estructura del CIC de Morales, ubicado en la vereda San Isidro, es igual a la de un coliseo. Y a diferencia de otros que se han entregado, queda a 20 minutos en carro del centro urbano.

San Roque, Cañaveral, La Concordia, La Floresta y Rosario —donde se entremezclan indígenas, afros y colonos— son las veredas que confluyen alrededor del centro. Y aunque Morales ha sido el municipio con mas inversión en vivienda rural durante los últimos tres años en el Cauca (cerca de 2.400 soluciones), según miembros del Concejo, hace falta infraestructura para conectar a las comunidades que quedan del otro lado de la represa de La Salvajina, sobre el río Cauca. El servicio de agua potable en las veredas y el de salud también son deficientes.

Con el CIC construido y en funcionamiento, la comunidad podrá apropiarse en alguna medida de lo público, de un espacio para construir ciudadanía. Sin embargo, sus esperanzas por superar el abandono del Estado pasan por aspectos más cotidianos que, en el lenguaje del Gobierno, comprenden garantizar derechos y lograr que se callen los fusiles.

 

csegura@elespectador.com

 

Por Camilo Segura Álvarez, Morales, Cauca

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