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Conservadores, más cerca de Zuluaga

Además de una posible alianza para segunda vuelta, los conservadores piensan en la definición de la dirección nacional del partido.

Redacción Política
27 de mayo de 2014 - 03:40 a. m.
Marta Lucía Ramírez ofreciendo un discurso luego de conocer los resultados electorales. / Gustavo Torrijos
Marta Lucía Ramírez ofreciendo un discurso luego de conocer los resultados electorales. / Gustavo Torrijos
Foto: GUSTAVO TORRIJOS

Para las candidaturas de Óscar Iván Zuluaga y Juan Manuel Santos, el conservatismo se convirtió en la fuerza política a conquistar luego de que Marta Lucía Ramírez ocupara el tercer lugar en las elecciones del pasado domingo. La percepción en el interior del partido es que los dos millones de votos obtenidos ubican a la excandidata en una posición preeminente para decidir sobre el aval azul de cara a la segunda vuelta. Al tiempo, se avizoran pujas de poder por la dirección nacional conservadora.

El mismo domingo, minutos antes de pronunciarse sobre su victoria en la primera vuelta, Óscar Iván Zuluaga llamó a Marta Lucía Ramírez para expresarle sus felicitaciones y pedirle, sin titubeos, que lo acompañara en su lucha por la Presidencia. Incluso, ayer, en declaraciones a la prensa, el candidato uribista no perdió espacio para elogiar a la candidata conservadora, con quien dijo sentirse “muy identificado con sus propuestas”.

Al tiempo, en el propio discurso poselectoral, el presidente Juan Manuel Santos exaltó la forma en que el conservatismo condujo la campaña e intentó seducir a los votantes de Ramírez para que lo acompañen en sus esfuerzos contra la corrupción y por la paz. Además, en la campaña de la Unidad Nacional dicen que los esfuerzos de mecánica electoral de los reeleccionistas radicará en tratar de estrechar lazos con la bancada conservadora y ampliar su capacidad de cohesión alrededor de la paz.

Quienes rodearon a Marta Lucía Ramírez durante la campaña tienen claro que una de las banderas que le significaron el tercer lugar en las elecciones fue la lucha anticorrupción, pero no se muestran cercanos a los ofrecimientos del presidente. “Si bajo la promesa de luchar contra los corruptos los colombianos nos dieron una cantidad tan importante de votos, no podemos apoyar la reelección de un gobierno que no ha cumplido con ese principio. No se trata de cercanías con uno u otro candidato, se trata de tener coherencia programática”, dice Ángela Ospina, de la dirección nacional conservadora.

Ramírez no ha asumido una posición sobre la segunda vuelta. No obstante, sabe que tiene una posición dominante a la hora de decidir el rol conservador en el juego electoral gracias a los dos millones de votos obtenidos. Incluso, hay quienes dicen que Marta Lucía está muy cerca de obtener la jefatura única del partido. Las razones no son pocas: la convención nacional conservadora de enero la eligió candidata a pesar de los esfuerzos de los parlamentarios reeleccionistas por plegarse a Santos; por poco logran tumbarle la candidatura en el Consejo Nacional Electoral y se mantuvo a pesar de ello. Y, con todo, se consolidó como la tercera fuerza electoral del país.

Algunos de los congresistas que se la jugaron más a fondo por conseguir el apoyo conservador a la candidatura reeleccionista, como Efraín Cepeda, han suavizado sus posiciones e incluso han dejado entrever que si es una decisión colectiva, estarían dispuestos a apoyar a Zuluaga. “He venido expresando que el partido pertenece a la Unidad Nacional, pero la decisión que se tome será consensuada y colegiada con los demás miembros del partido”, dijo.

David Barguil, representante a la Cámara que estuvo respaldando intermitentemente a Ramírez, dice que el conservatismo tiene que actuar en unidad y que, “antes del próximo viernes”, debe haber una reunión entre parlamentarios, dirección y Ramírez para tomar una decisión consensuada. “Si actúa en unidad, el Partido Conservador definirá al próximo presidente de Colombia”, expresó el candidato por la bancada conservadora en la Cámara para asumir la dirección del partido.

Y es que, en julio próximo, los conservadores elegirán la nueva dirección nacional. A pesar de que Bargil cuenta con apoyos parlamentarios y que no se erige ningún otro candidato viable para hacer un cambio generacional en el movimiento, Ramírez logró el favor de las fuerzas regionales en las urnas, dejando claro que puede ser ella la líder que revitalice al Partido Conservador. Así las cosas, todo apunta a que una eventual victoria de una alianza entre el uribismo y el conservatismo, que se daría por influencia de la propia Ramírez, le daría opciones a la excandidata de manejar el partido que no le supo dar un respaldo irrestricto en su campaña presidencial.

Por Redacción Política

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