"Cuiden la paz que está naciendo": Juan Manuel Santos

En su último discurso como presidente ante el Congreso, en la instalación de la legislatura 2018-2022, el mandatario defendió su obra de gobierno, saludó la llegada de las Farc a la política legal y le hizo varias recomendaciones a su sucesor.

-Hugo García Segura / @hgarciasegura
20 de julio de 2018 - 09:43 p. m.
El presidente Juan Manuel Santos dio su último discurso ante el Congreso de la República.  / AFP
El presidente Juan Manuel Santos dio su último discurso ante el Congreso de la República. / AFP

Como se esperaba, el último discurso de Juan Manuel Santos como Presidente, en la instalación del Congreso de la República para la legislatura 2018-2022, fue un balance a grandes rasgos de su obra de gobierno, con énfasis en la que fue su principal bandera, la paz, reconociendo algunas falencias y con recomendaciones, que bien pueden considerarse peticiones, para su sucesor, Iván Duque. Con varias líneas dedicadas a darle la bienvenida a los miembros de la desmovilizada guerrilla de las Farc a la vida política legal, lo que significa, según sus palabras, la clara muestra de que la democracia colombiana está hoy más fortalecida.

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“Podemos no estar de acuerdo —y no lo estoy— con su ideología, pero de eso es de lo que se trata la democracia: de resolver las diferencias mediante el debate de las ideas y no por la violencia. Señores congresistas del partido FARC: ahora que han dejado las armas, ahora que han aceptado aportar a la verdad y acogerse a la justicia transicional, ahora que han jurado respetar nuestra Constitución y las normas y principios de nuestra república, bienvenidos a este templo de la democracia”, dijo el primer mandatario al inicio de su intervención en el Capitolio. Fue la introducción para iniciar la defensa  de su búsqueda de una solución negociada al conflicto.

“Cuando hace ocho años dije —en mi discurso de posesión— que la puerta del diálogo no estaba cerrada, muchos se llamaron a escándalo, cuando no hacía otra cosa que proclamar mi obligación constitucional de buscar la paz como un derecho y también un deber de obligatorio cumplimiento.  Pude haberme quedado quieto. Pude haber seguido la inercia de la guerra, en la que ya había sido exitoso, como me lo sugirieron muchos. Pero ni mi conciencia ni la historia me lo hubieran perdonado”, enfatizó.

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Para el jefe de Estado, ese acuerdo que tantos critican ha servido para tener un mayor presupuesto en la educación, para atraer más inversionistas, para superar el miedo, para tener un país con la tasa de homicidios más baja de los últimos 40 años, para disminuir el número de secuestros, de víctimas por minas antipersonal, de atentados terroristas y de soldados heridos en combate. Argumentos para enviarle un mensaje al presidente electo, Iván Duque, y a todos los colombianos: “Cuiden la paz que está naciendo. Cuídenla, defiéndanla, luchen por ella. Porque es el bien más preciado que puede tener cualquier nación. Cuiden la paz para que crezca fuerte, para que dé sus frutos, porque Colombia merece vivir en paz”. 

Y es que según el presidente Santos, la palabra empeñada en ese acuerdo de paz no es la de él sino la del Estado, y está consignada en la misma Constitución, por lo que su llamado fue a seguir adelante con la implementación, que deja avanzada. De ahí su advertencia ante los anuncios, precisamente de Duque y el uribismo, de querer hacer cambios a lo pactado. “Si se persiste en la pretensión de cambiar puntos sustanciales del Acuerdo, se corre el riesgo de, ahí sí, hacer trizas la gobernabilidad y malgastar el tiempo de este Congreso en el empeño inútil de cambiar el pasado, en lugar de dedicarse a la tarea positiva de construir un mejor futuro sobre las bases de reconciliación que dejamos sentadas”.

En su discurso, el primer mandatario rogó porque impere la buena voluntad del Eln y del gobierno entrante para seguir dialogando, en la búsqueda de una paz completa. Ratificando que los esfuerzos en estas últimas semanas que le quedan de mandato están concentrados en la dejar andando un cese al fuego verificable y un acuerdo marco sobre los demás temas de la agenda. “Esperamos, dios quiera, que la buena voluntad prime en el gobierno y en los miembros de este último reducto guerrillero, para que se erradique totalmente esta larga, larguísima etapa de la violencia con raíces políticas en nuestro país”, manifestó.

Siguiendo con los mensajes al nuevo gobierno, Juan Manuel Santos hizo un llamado a enfrentar con decisión los asesinatos de líderes sociales, así como a seguir combatiendo con contundencia otros delitos que afectan el día a día de los ciudadanos, como el hurto y la extorsión, para lo cual, según él, se cuenta hoy con unas Fuerzas Armadas modernas, fortalecidas y motivadas. Y llegó al espinoso tema del narcotráfico, marcando distancia de varias de las propuestas de Duque en ese sentido: “Volver al pasado, a la fumigación, y meter a la cárcel a los campesinos y a los consumidores —que son más bien víctimas y enfermos—, sería volver al fracaso. Hay que arreciar, eso sí, la mano dura contra los traficantes y las mafias”.

Hubo espacio para hacer un rápido balance de los logros en materia de generación de empleo, lucha contra la pobreza, superación de la desigualdad, salud, educación, vivienda, política ambiental, recreación y deporte, inclusión, atención a las víctimas, infraestructura, y para resaltar las reformas hechas en sus ocho años de mandato (a las regalías, al ordenamiento territorial, la de sostenibilidad fiscal, entre otras). También para hacer un mea culpa por no haber logrado sacar adelante la reforma a la justicia y, por supuesto, para hablar de  Venezuela y, de paso, Nicaragua: “Condenamos una vez más ese régimen oprobioso que ha producido tanta miseria (...)  Colombia debe seguir a la vanguardia regional e internacional para lograr el restablecimiento de la democracia en Venezuela. Y con la misma vehemencia debemos rechazar lo que sucede en Nicaragua.

Frente a la economía, destacó que se pudo mantener el curso de la nave a pesar de las recias tormentas que afectaron su gobierno. Al final, reveló que ayer mismo fue radicado el proyecto de Ley de Tierras, tras superar las consultas previas, pidiéndole al Congreso la aprobación de todas las iniciativas que forman parte del capítulo de Desarrollo Rural Integral del Acuerdo de Paz. Y con una que otra interrupción por los aplausos, Santos se despidió haciendo un llamado a dejar atrás la polarización y dejando entrever su papel futuro como premio Nobel de Paz: “Eso les pido: moderación y unidad. Este humilde servidor se despide con gratitud, con mucha gratitud, por haber tenido el inmenso honor de servirle al país. Regreso con alegría a mi condición de simple ciudadano, retirado de la política pero siempre dispuesto a acompañar todo lo que favorezca a nuestra nación y a la paz del mundo”.

Por -Hugo García Segura / @hgarciasegura

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