Dudas en elección del nuevo director administrativo del Senado

Astrid Salamanca en la audiencia de presentación ante el Senado. / Archivo

En dos semanas, la plenaria del Senado tendrá que escoger al nuevo director administrativo, quien es el encargado de ordenar el gasto y manejar la inversión del presupuesto de la corporación y, como resulta habitual en estos casos, gran parte de ese nombramiento depende del lobby que haga cada uno de los candidatos para asegurar el voto de los legisladores.

Después de la inhabilidad por 12 años que la Procuraduría le impuso al anterior director administrativo, Ómar Velásquez, y su posterior renuncia, el presidente del Senado, Roy Barreras, nombró como encargada a Astrid Salamanca, quien se desempeñaba como jefa jurídica. La misma que ahora está tratando de ser ratificada en el cargo.

Su hoja de vida ya fue aprobada por la Comisión de Acreditación y la próxima semana será anunciada en la terna para hacer la elección. Por ahora se desconocen sus dos adversarios. En los pasillos del Capitolio se dice que Salamanca es cuota de Barreras, quien está buscando la forma de mantenerla ahí. Pero lo que llama la atención es la manera como ha venido creciendo la contratación en la dirección administrativa, prácticamente al mismo ritmo que la campaña por el cargo.

Según denuncias hechas, entre abril y hasta agosto de este año el promedio de contratos que certifica el Portal de la Transparencia Económica del Ministerio de Hacienda era de 80, pero, coincidencialmente, con la llegada de Salamanca y su campaña a la dirección administrativa esta cifra creció exponencialmente: en septiembre fueron 183 por un valor superior a $14.000 millones, y en octubre, 201 por más de $11.100 millones.

Un número importante de estos contratos fueron de prestación de servicios. Con algunas particularidades: por ejemplo, la Comisión de Ordenamiento Territorial, en la que fue nombrado como secretario Hilzyl Noriega Márquez y que sesiona en promedio dos veces por semestre, recibió un refuerzo de personal con 14 nuevos contratos por un monto de $116 millones.

Noriega fue asesor de Roy Barreras durante varios años y llegó a la secretaría de esta comisión con su respaldo. Del mismo modo ocurre con el ahora jefe de la División de Planeación y Sistemas del Senado, Oswaldo Bernal, quien como excandidato al Concejo de Palmira recibió el apoyo directo de Barreras en las pasadas elecciones. A su despacho le fueron asignados nueve contratos por valor de $77’016.667.

¿Simples coincidencias? Barreras niega que se esté favoreciendo alguna elección “con la adjudicación de ríos de contratos” y asegura que “los senadores siguen trabajando y hay una actividad administrativa que no puede congelarse. El Espectador trató de hablar con Astrid Salamanca, pero esta se abstuvo de dar declaraciones. Por lo pronto, el proceso para la escogencia del reemplazo de Ómar Velásquez continúa dilatándose. Se supone que la elección debía haberse realizado esta semana, pero fue aplazada.

Lo que plantean algunos senadores, en especial de Cambio Radical, es que por los acuerdos a los que llegaron hace dos años, a esta colectividad le correspondería el manejo de la dirección administrativa y no hay explicación del retraso para la escogencia de la terna para hacer la elección. Incluso, les llama la atención la tardanza en la revisión de las hojas de vida en el Departamento para la Función Pública y estas hojas de vida se hubieran extraviado por algunos días en la presidencia del Senado.