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Las duras y las maduras de los verdes

Con la renuncia de Carlos Vicente de Roux a su candidatura en Bogotá surgen de nuevo las dudas sobre la unidad de ese partido.

Carlos Hernández Osorio
18 de septiembre de 2015 - 03:07 a. m.

La renuncia de Carlos Vicente de Roux a su candidatura por la Alianza Verde a la alcaldía de Bogotá, obligatoriamente lleva a reflexionar cómo el entusiasmo surgido en 2010 con la Ola Verde de Antanas Mockus terminó trastabillando repetidamente hasta las realidades que hoy impiden refrendar el panorama político que se propuso en un comienzo. El caso del candidato capitalino que se salió de la justa electoral por falta de apoyo, llegó justo un día antes de la celebración del quinto Congreso Nacional de esa colectividad.

“Somos la opción del cambio sensato, no extremista ni populista”, se leyó ayer en la declaración del Congreso. Y aunque eso marca una línea aparentemente clara, lo ocurrido en Bogotá deja en evidencia que persisten ambigüedades. Se lo dijo hace una semana la concejal verde María Fernanda Rojas a El Espectador para ilustrar el caso de las tensiones internas en Bogotá: “Deja mucho qué decir un partido que se debate entre Enrique Peñalosa y Clara López, que representan opciones tan diferentes”, aunque el director nacional de la colectividad, Carlos Ramón González, considera que no se trata de una contradicción, pues mientras el exalcalde Peñalosa ha sido “un militante de lujo”, Clara López defiende una agenda social que la Alianza comparte.

¿Qué ha pasado realmente? Todavía son nítidas las fotos de la campaña de 2010 en las que aparecen juntos los exalcaldes de Bogotá Luis Eduardo Garzón, Enrique Peñalosa y Antanas Mockus, unidos bajo la sombrilla de lo que fue el Partido Verde Opción Centro, y sometidos a una consulta que dejó como candidato presidencial a este último. Alrededor de Mockus comenzó a crecer, sobre todo en redes sociales, un movimiento que pretendía ser alternativa ante la continuidad del gobierno Uribe (que designó como sucesor a Juan Manuel Santos) y la propuesta del Polo Democrático, que se definió, para esa campaña, por Gustavo Petro. La Ola Verde se concretó con el paso de Mockus a segunda vuelta, con Sergio Fajardo como fórmula vicepresidencial. A pesar de la derrota final, el buen resultado electoral sirvió como aliciente para contiendas venideras.

El peso de las individualidades, sin embargo, comenzó a desdibujar la unidad de los sectores diversos que el partido había proyectado. Lucho Garzón terminó como ministro de Trabajo y, según la encuestadora Cifras y Conceptos, la mitad de los ciudadanos dice no conocerlo. Entre los que si saben de su trayectoria, prima la imagen desfavorable. A su vez, Mockus sigue en silencio. Hace cuatro años, cuando el Partido apoyó a Peñalosa –también con el respaldo del uribismo–, Mockus prefirió irse con Gina Parody en su campaña por la Alcaldía. En la actualidad, no le hizo guiño a De Roux, aunque los líderes de su movimiento Visionarios siguen en la lista verde.

Sergio Fajardo, después de ser alcalde de Medellín, además bien calificado, está terminando una gobernación de Antioquia con resultados favorables. Sin embargo, es evidente que se ha distanciado del Partido. Además, el candidato de su línea a la alcaldía de Medellín, Alonso Salazar (que va por la Alianza Verde y otros movimientos), no la tiene clara según recientes encuestas.

En cuanto a Peñalosa, puntea en las encuestas para la Alcaldía de Bogotá pero sigue generando división. En la consulta interna para las presidenciales de 2014 obtuvo más de 2 millones de votos, pero como candidato obtuvo solo la mitad. Con un ingrediente a tener en cuenta: la izquierda del partido no lo apoyó. El dato lo recordó hace dos días la senadora Claudia López al reiterar que la falta de consenso viene de atrás. Hoy, al interior de la Alianza Verde, el exalcalde genera más resistencia que apoyo y prevalece la tendencia a la izquierda en el Directorio Distrital.

En síntesis, cinco años después de la exitosa Ola Verde, los líderes del partido son otros y el porvenir de la colectividad incierto. La bancada en el Congreso, con Claudia López, Antonio Navarro, Iván Name y Ángela Robledo, entre otros, oscila entre el apoyo al Gobierno en unos proyectos y la oposición en otros. La prueba es que ha trabajado tanto con los partidos de La U como con el Polo, según reciente análisis de Congreso Visible. Por fuera del Congreso, el exprecandidato presidencial Camilo Romero hoy tiene opciones de quedarse con la Gobernación de Nariño.

Hay más. Hace unos meses, en el contexto de la entrega de avales, se armó una pelotera interna que terminó con la renuncia de la senadora López al comité que se encargó de ese asunto. El director Nacional del partido, Carlos Ramón González, niega que haya falta de unidad, y pide entender que la Alianza Verde es un partido que se nutre de tendencias, al que “le han puesto a prueba su pluralidad”. Queda para el análisis, no obstante, una frase del comunicado que emitieron las directivas una vez renunció De Roux esta semana: “continuaremos debatiendo la hoja de ruta de los verdes en Bogotá”. ¿Será que esa falta de definición es solo en la capital?

Por Carlos Hernández Osorio

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