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El caos que reina en la U

El partido tendrá la próxima semana un retiro espiritual, en el que buscarán coordinar una sola línea política, restablecer las relaciones con el gobierno de Santos y escoger presidente de la colectividad.

Felipe Morales Mogollón
15 de noviembre de 2014 - 01:02 a. m.
El presidente Santos fue uno de los fundadores del partido de la U.  / Archivo
El presidente Santos fue uno de los fundadores del partido de la U. / Archivo

El Partido de la U, que fue fundado por el presidente Juan Manuel Santos y que ha sido en dos ocasiones su plataforma electoral a la primera magistratura del Estado, atraviesa por un momento difícil. En primer lugar, los parlamentarios aseguran sentirse “maltratados” por el jefe de Estado, de quien dicen ha sido “generoso” con los partidos Liberal y Cambio Radical, mas no así con la U. Además, entre sus mismos legisladores hay roces evidentes.

Con este panorama, la próxima semana, en Santa Marta, realizarán la cumbre de la colectividad, en la que definirán la estrategia para las elecciones locales y regionales de 2015 y escogerán el reemplazo de su actual presidente, Sergio Díaz-Granados, quien no escapa de las críticas de sus copartidarios.

En primer lugar está el malestar general de los congresistas: “No parecemos miembros de la Unidad Nacional, ni del partido del presidente Santos. Acá solo se tiene en cuenta a los liberales y a Cambio Radical, que son los que están recibiendo todo el apoyo (léase burocracia). Nosotros no somos más que un convidado de piedra. Cuando nos necesitan, nos llaman para votar, de resto no existimos”, le dijo a El Espectador un senador de la U.

Aunque la molestia es general, el sector de la bancada costeña de la colectividad es el más crítico frente al Gobierno. Algunos aseguran que el triunfo de Santos en la segunda vuelta de las presidenciales se debe, en gran medida, a su respaldo, pero que luego de elegido se les dio la espalda.

El martes, en la oficina del senador Armando Benedetti, hubo una reunión de algunos legisladores y el tema central fue la gestión del presidente del Senado, José David Name, que es de la colectividad, pero —aseguran— no actúa como miembro de la bancada. No obstante, aprovecharon para abordar el tema de la relación con la Casa de Nariño.

En este encuentro, uno de los participantes manifestó que era necesario que no les salieran con más cuentos. “La Costa Atlántica le dio el triunfo a Santos, pero solo nombran barranquilleros o gente de Vargas Lleras. Es como si la Costa solo fuera los Char y Barranquilla”, haciendo referencia a la ministra de Transporte, Natalia Abello; la de Comercio, Cecilia Álvarez; la directora de Colciencias, Yaneth Giha, y Tatyana Orozco, directora del Departamento de Prosperidad Social, coincidencialmente todas oriundas de esa región.

Lo que se dice, en voz baja, es que el detonante de la molestia fue el nombramiento del director del Fonade. Los ‘ñoños’, como les dicen a los senadores Musa Besaile y Bernardo Elías, los grandes electores de la U, quieren que sea nombrado en este cargo Roberto Tirado, pero se atravesó el director de Planeación, Simón Gaviria (liberal), quien pretende que en este cargo esté alguien de su entraña, se dice que el exauditor general Iván Gómez Lee.

Aunque la reunión no fue citada para convocar a una ‘operación tortuga’ en el Congreso —como se insinuó en los mentideros políticos—, casualmente los parlamentarios de la U no aparecieron en el debate del miércoles en la plenaria. palabras más palabras menos, una clara muestra de que la molestia con Santos es evidente y en serio.

En el interior del Partido de la U también hay un pulso fuerte entre sus parlamentarios. Por eso, el senador Mauricio Lizcano citó a un almuerzo el miércoles para limar asperezas y empezar a actuar como una bancada. A esta reunión solo fueron algo más de diez de los 21 senadores de la colectividad. Ahí se habló de trabajar unidos y Roy Barreras ratificó su intención de ser presidente del partido, posibilidad que no es del todo lejana, pues hasta el momento desde el Palacio Presidencial no se ha enviado señal alguna.

Ahora, aunque se han mencionado los nombres del ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, y el exembajador en Estados Unidos Gabriel Silva, esos ‘globos’ se han ido desinflando. Y para rematar, los congresistas no quieren que sea nombrado alguien del perfil de Sergio Díaz-Granados, a quien solo califican como “una buena persona”, pero que a la hora de defender los intereses de la U, “se comporta como un amigo personal del presidente Santos y poco o nada pone sobre la mesa los intereses del partido (...) nosotros necesitamos a alguien con vocería, que nos represente, que sea un interlocutor con el Gobierno, no un amigo del mandatario”, aseguró un parlamentario.

El tema del nombramiento del reemplazo de Díaz-Granados no es de poca monta, pues está en juego la entrega de los avales para alcaldías, gobernaciones, concejos y asambleas en las elecciones del próximo año. Aunque el más opcionado es Roy Barreras, no genera confianza general en la bancada. Por eso se habla de un acuerdo para que sea una dirección colegiada con Barreras y los parlamentarios que van a ser presidentes en el Congreso. Hoy sería José David Name, actual presidente del Senado; el próximo año, Alfredo Deluque, quien será presidente de la Cámara, y después Mauricio Lizcano, quien presidiría el Senado.

Pero con Name también hay problemas. Señalan que trabaja para él y poco apoya “la causa” del Partido de la U y de la bancada costeña. Por ello, los parlamentarios de la región que se reunieron el martes no lo invitaron. Así las cosas, lo que se ve es que la U está hoy dividida en tres bloques: los costeños, los que están con Name y otro sector más neutral, del que forma parte Lizcano y que está tratando de lograr la reunificación.

El panorama resulta complejo y se acercan las elecciones, en las cuales participará formalmente el Centro Democrático del expresidente Álvaro Uribe, que promete quedarse con una tajada importante del poder regional, como lo hizo en las elecciones al Congreso. Por eso, retiros espirituales como el que está programado para la próxima semana y al que esperan asista el presidente Santos, será el escenario para tratar de restablecer los puentes con el Gobierno, reunificar a la colectividad y resolver el acertijo en que se ha convertido la búsqueda del remplazo de Díaz-Granados en la presidencia.

 

 

fmorales@elespectador.com

@felipeprensa

Por Felipe Morales Mogollón

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