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El despelote por las comisiones

La Primera y la Tercera son las más apetecidas por los senadores. La Segunda es el ‘comodín’.

Redacción Política
24 de julio de 2014 - 03:48 a. m.
La Comisión Primera es la de mayor protagonismo, porque en esta célula se discuten las grandes reformas al Estado.  / Archivo
La Comisión Primera es la de mayor protagonismo, porque en esta célula se discuten las grandes reformas al Estado. / Archivo

Más allá de las complejas reformas que serán tramitadas y de que se trata del Congreso de la paz —como dijo el presidente Juan Manuel Santos— los primeros días de legislatura han dejado en evidencia los enfrentamientos, no solo entre los diferentes partidos sino al interior de los mismos. Y aunque poco se habla de ellos, tras bambalinas se vive hoy en el Senado una pelea feroz entre los parlamentarios por el asiento que ocuparán en las respectivas comisiones.

Los 102 senadores electos tienen que llegar a un acuerdo para distribuirse en las siete comisiones legislativas, siendo la más apetecida la Primera, donde se tramitarán las principales reformas al Estado y quienes forman parte de ella, por lo general, adquieren reconocimiento nacional por el complejo calado de las normas y los álgidos debates de control político.

Otra comisión que atrae las miradas es la Tercera, que trata temas de hacienda y crédito público. Es decir, es donde se mueve la plata. O, en términos de la oposición, la tan mentada ‘mermelada’. Quienes la componen son congresistas a veces poco notorios en el escenario político, pero que marcan diferencia a la hora de los votos.

Lo cierto es que el interés por formar parte de estas comisiones ha generado una pelea dentro de los partidos, donde cada congresista basa sus argumentos en la trayectoria, los votos que obtuvo en las elecciones de marzo o su ‘peso’ político, para reclamar asientos.

Sin ir más lejos, en el Partido de la U, para la Comisión Primera hay seis candidatos para cuatro puestos: Roy Barreras y Armando Benedetti, que habitualmente han estado ahí y no quieren dejarse sacar. Roosevelt Rodríguez reclama el puesto por sus votos y como heredero de Dilian Francisca Toro. Eduardo Pulgar cree que tiene derecho propio porque su esposa y exsenadora Karime Mota era parte de esa comisión. Y Manuel Enríquez Rosero y Carlos Enrique Soto también reclaman por antigüedad, aunque no falta quienes los califiquen como uribistas. La polémica está servida y ni la mediación del presidente del partido, Sergio Díaz-Granados, ha logrado un consenso.

En Cambio Radical también hubo un pulso. Carlos Fernando Galán como presidente del partido asumía que tenía derecho propio, pero ganó la antigüedad; los senadores Germán Varón Cotrino y Carlos Fernando Motoa ocuparán las dos curules que le corresponden a la colectividad. Mientras tanto, Galán va a la Segunda. A su vez, los conservadores tienen su propia pelea y la definición está entre santistas y no santistas. Los senadores Eduardo Enríquez Maya y Juan Manuel Corzo, que no apoyaron la reelección y estaban en la Primera, están a punto de ser enviados a otra comisión. Los que parecen estar fijos son los santistas Roberto Gerlein y Hernán Andrade.

En el liberalismo, los acuerdos resultaron fáciles. Los pesos pesados, Viviane Morales y Horacio Serpa, tienen el puesto fijo y la puja entre Juan Manuel Galán y Luis Fernando Velasco fue dirimida dejando a Galán en la comisión y Velasco como candidato a la presidencia del Senado en el segundo año. En los verdes, el ausente será Antonio Navarro, que fue desplazado por Claudia López e irá a la Comisión Tercera.

Y hablando de esta última célula legislativa, por la U están peleando Bernardo Ñoño Elías, Alfredo Gnecco, Sandra Villadiego, Ángel Custodia Cabrera, Andrés García Zuccardi y Miguel Amín. En esta comisión solo hay tres cupos para la colectividad. En Cambio Radical, después de un pulso interno, fueron elegidos Antonio Guerra y Bernabé Celis. El conservatismo, dividido desde las elecciones, no ha logrado un acuerdo.

La Comisión Segunda se ha convertido en el comodín. Quienes van a ser presidentes del Senado —José David Name, Luis Fernando Velasco y Mauricio Lizcano— tendrán asiento ahí, donde se tratan asuntos de política internacional, defensa nacional y Fuerza Pública. Un tema que no se puede descuidar, sobre todo después de los rumores de deterioro de las relaciones entre Gobierno y militares en las elecciones a la Presidencia.

Por ahora, los compromisarios siguen tratando de lograr un acuerdo para la composición del nuevo Senado, que debe aclararse cuanto antes porque el próximo martes 29 de julio deben iniciar las sesiones en todas las comisiones legislativas.

Por Redacción Política

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