El lenguaje de la guerra

“Estamos preparados para enfrentar las represalias de las Farc”: presidente Santos. Algunas voces piden cese del fuego bilateral.

Redacción Política
22 de mayo de 2015 - 09:30 p. m.
Las Farc insistieron en la necesidad de declarar un cese bilateral del fuego para evitar más muertes.  /AFP
Las Farc insistieron en la necesidad de declarar un cese bilateral del fuego para evitar más muertes. /AFP
Foto: EFE - Efraín Herrera

El bombardeo en zona rural del municipio de Guapi (Cauca), en el cual murieron 26 guerrilleros del frente 29, y el posterior anuncio de las Farc de suspender el cese unilateral de hostilidades, declarado desde diciembre pasado, presentan dilemas de fondo para el proceso de paz de La Habana (Cuba). El recrudecimiento de la guerra es inminente, las consecuencias en el ritmo y las discusiones en la mesa de negociaciones son imprevisibles —ayer se hablaba de una posible suspensión del actual ciclo 37 de diálogos— y, de fondo, se extiende un telón político, sin duda lleno de ambiciones.
 
Durante estos cinco meses de tregua unilateral se redujo ostensiblemente el número de acciones armadas de la subversión, como lo reconocieron las mismas Fuerzas Militares, el Gobierno y diversas organizaciones sociales y políticas, entre ellas el Frente Amplio por la Paz, que había adoptado la tarea de verificar el cumplimiento de la palabra por parte de las Farc. Recientemente, el Centro de Recursos para Análisis de Conflictos (Cerac) ponderó la disminución del accionar guerrillero en 85%.
 
Sin embargo, la muerte de 11 soldados que dejó un ataque subversivo en Buenos Aires (Cauca), el 15 de abril pasado, desencadenó una ola de indignación que no sólo puso en entredicho los gestos unilaterales declarados por las Farc, sino la metodología de la mesa de diálogos.
 
En ese momento el Gobierno respondió con la reanudación de los bombardeos, suspendidos por orden del presidente Juan Manuel Santos en marzo, con la advertencia de que esperaba mayor agilidad en las negociaciones. Entretanto crecía la expectativa por las medidas de desescalamiento anunciadas por las partes, entre ellas la entrega de los menores de edad integrantes de las filas guerrilleras y el plan de desminado humanitario pactado en la mesa. Ahora las cosas han cambiado radicalmente, luego del bombardeo del jueves pasado, que, según el primer mandatario, se enmarca en la premisa de que las operaciones de las Fuerzas Armadas contra la subversión “no se detendrían y no se detendrán”.
 
Lo cierto es que hoy el rumbo del proceso de paz es una incógnita, más cuando se ha dicho insistentemente que la regla es negociar en medio de la confrontación. La tregua unilateral ha sido levantada por parte de las Farc, muy a pesar de que se había pensado como un escenario propicio para que las medidas de desescalamiento aliviaran la realidad de las comunidades que habitan zonas donde se sufre la guerra. La mesa veía los gestos unilaterales y los acuerdos logrados en materia de atenuación del conflicto como una manera de generar confianza entre las partes y, al mismo tiempo, para crear una mejor percepción en la ciudadanía de los avances del proceso de paz. Pero lo ganado con el diálogo se ha perdido en los campos de batalla.
 
El reto más tangible que los últimos sucesos le presentan a la mesa es la implementación del plan piloto para el desminado humanitario, ya que con el reanudamiento de la guerra —sin tregua por parte de las Farc y con los bombardeos del Ejército— la confianza entre las partes se verá afectada. Y este es uno de los elementos esenciales para que las operaciones de desactivación de las minas antipersonas, que deben adelantar conjuntamente miembros de la Fuerza Pública y de la guerrilla, lleguen a feliz término. En este contexto de tensiones, no cabe duda que el acuerdo para limpiar el país de minas encuentra a partir de este momento gruesas dificultades para su desarrollo.
 
Está claro que los sucesos de guerra ocurridos en Cauca, tanto en Buenos Aires como en Guapi, ponen sobre la mesa las dificultades de continuar negociando en medio de la confrontación. No son pocas las voces que piden un cese bilateral del fuego, empezando por la exsenadora Piedad Córdoba, vocera del movimiento Colombianos y Colombianas por la Paz, quien ayer convocó a una concentración en la plaza de San Martín, en Bogotá, para exigir “el silenciamiento de los fusiles”. Una petición que, de todas maneras, plantea varios interrogantes: ¿quién va a verificarlo? ¿Cómo blindar la mesa de conversaciones contra eventuales rupturas de la tregua bilateral? ¿Cómo aislar la confrontación entre Estado y Farc de las demás amenazas criminales?
 
En términos generales, el cese bilateral es uno de los puntos más difíciles del proceso de paz, pero tal y como se vienen planteando las cosas, parece un asunto ineludible para seguir avanzando, pues en Colombia nadie entiende que, mientras se habla de paz en La Habana, se siga disparando y sigan muriendo soldados y guerrilleros, en últimas, sangre de jóvenes colombianos. Se dice que será cuestión de tiempo para que esta dinámica lleve al traste la mesa de diálogos.
 
Otro aspecto en esta coyuntura es la declaración de éxito militar lanzada por el Gobierno, en voz del saliente ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, quien se va demostrando que llevó a la práctica su discurso recio contra las Farc. Además, la acción de la aviación fue señalada por Santos como fruto de sus órdenes de reanudar los bombardeos y de vengar el ataque a la estación de Policía de la isla Gorgona —ocurrido en noviembre de 2014 y en el que murió el teniente John Álvaro Suárez Carvajal—, ejecutado por el mismo frente de las Farc recién golpeado por la Fuerza Pública. Falta ver qué lenguaje impondrá, como reemplazo de Pinzón, Luis Carlos Villegas, quien participó en la primera etapa del proceso de paz como uno de los delegados del Gobierno.
 
Y otro punto a analizar: seguramente el fin de la tregua, con sus disparos, sus bombas, pero sobre todo sus muertos, se convertirá en un asunto electoral. La oposición tendrá a la orden los hechos para decir que la paz es un fracaso en la medida en que la guerra sigue incrementándose, y el santismo seguirá apostándoles a los diálogos y dirá que esta es la guerra que quiere detener. Los votos se volverán a cruzar con las balas en la disputa del poder local y regional en octubre, y de aquí a allá la mesa de paz de La Habana, que hoy avanza en su ciclo 37. Y aunque las Farc dijeron que su voluntad es “proseguir el diálogo en medio de la confrontación”, el reto es avanzar entre el fuego cruzado.
 
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Juan Manuel Santos
 
“Que nadie se llame a engaños. Con la misma firmeza y decisión que hemos emprendido unas conversaciones de paz que permitan poner fin al conflicto que nos azota hace tantas décadas, con esa misma firmeza seguiremos combatiendo sin tregua ni cuartel todas las formas de criminalidad en todos los rincones del país. Señor ministro, señores generales: esta ha sido, esta es y esta seguirá siendo la orden: no bajar la guardia. Esta es una acción legítima del Estado en defensa y protección de la ciudadanía. Estas son las reglas del juego que hemos establecido”.
 
“En la tarde de ayer hubo intensos combates. Ordené reanudar los bombardeos después del incumplimiento de las Farc a su promesa de cese al fuego unilateral e indefinido. Y lo anuncié públicamente (…) Esta es la guerra que quiero terminar. La guerra que hemos tenido en Colombia por más de 50 años de violencia, de muertes, de  sufrimiento”.
“La mayoría de los colombianos aplauden este golpe a la guerrilla. Y todos reconocemos el trabajo de nuestros soldados y de nuestros policías por la misión cumplida. Ya la guerrilla estará pensando en acciones de retaliación. Pero es justamente esa espiral de violencia, odio, venganza y retaliación, al que nos han conducido 50 años de guerra, la que tenemos que parar y transformar en una espiral de perdón y reconciliación”. 
 
“Por eso reitero lo que dije hace dos días: Señores de las Farc, es hora de acelerar las negociaciones. ¿Cuántos muertos más necesitamos para entender que ha llegado la hora de la paz?”.
 
Farc
 
“No estaba en nuestra perspectiva la suspensión de la determinación del cese al fuego unilateral e indefinido proclamado el 20 de diciembre de 2014 como un gesto humanitario y de desescalamiento del conflicto, pero la incoherencia del gobierno Santos lo ha logrado, luego de cinco meses de ofensivas terrestres y aéreas contra nuestras estructuras en todo el país”.
 
“Deploramos el ataque conjunto de la Fuerza Aérea, el Ejército y la Policía, ejecutado en la madrugada del jueves, contra un campamento del 29 frente de las Farc en Guapi (Cauca), en el que, según fuentes oficiales, resultaron asesinados 26 guerrilleros. Nos duelen por igual las muertes de guerrilleros y soldados, hijos de un mismo pueblo y procedentes de familias pobres. Debemos parar este desangre”.
 
“Contra nuestra voluntad tenemos que proseguir el diálogo en medio de la confrontación. Aunque Santos anuncia que mantendrá la ofensiva, insistiremos en la necesidad de acordar cuanto antes, para la salud del proceso de paz y evitar nuevas victimizaciones, el cese bilateral de fuego que con tanta insistencia han reclamado las mayorías 
nacionales”.
 
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Reacciones
 
Juan Fernando Cristo
Ministro del Interior
 
“Las Farc ya habían roto la tregua con el ataque a nuestros soldados. En su anuncio no hay nada nuevo. Los diálogos se deben acelerar para que no haya más muertos, ni de nuestros soldados ni de la guerrilla”.
 
 
Alejandro Ordóñez
Procurador general
 
“El Ejército debe seguir cumpliendo con sus deberes, con sus obligaciones constitucionales, con el ejercicio del uso legítimo de la fuerza para defender los derechos de los colombianos (…) el cese unilateral del fuego de las Farc era una caricatura. En la práctica no se estaba cumpliendo, porque sus acciones violentas contra las colombianos se habían repetido en el transcurso de estos meses”.
 
 
Gustavo Petro
Alcalde de Bogotá
 
“Esto es ojo por ojo, diente por diente, hasta que estemos todos muertos. Primero un ataque con 11 soldados muertos, ahora un ataque con 26 guerrilleros muertos. Ya van 37 colombianos aniquilados por la guerra. Es la orgía de la sangre, y ¿quién gana con eso? Algunos privilegiados que ganan mucho dinero con la guerra. Hagamos la paz. Necesitamos el cese bilateral del fuego”.
 
 
Roy Barreras
Presidente Comisión de Paz del Senado
 
“El problema es que de lado y lado mueren seres humanos y en eso llevamos 50 años, en esta guerra de hermanos colombianos matándonos unos a otros. Siempre será una mala noticia que alguien anuncie que va al ataque, porque ello produce más muertos”.
 
 
Sofía Gaviria
Vocera de la Federación Nacional de Víctimas de las Farc
 
“Me siento supremamente preocupada, muy preocupada, por el remezón de violencia que irán a hacer para mostrar su fuerza. Van a incrementar sus niveles insoportables de criminalidad y me preocupan las muchísimas víctimas que van a sufrir por la irracionalidad de las Farc”.
 
 
Óscar Iván Zuluaga
Presidente del Centro Democrático
 
“La actitud de las Farc muestra que lo que han hecho es engañar al país. El camino para agilizar el proceso de paz es que asuman sus responsabilidades, cesen sus atrocidades y dejen de culpar a otros de su barbarie”.
 
 
Álvaro Uribe Vélez
Expresidente y senador
 
“El proceso de La Habana requiere cese de actividad criminal de las Farc, supervisado y con concentración en un sitio”.
 
 
Piedad Córdoba
Vocera Colombianos y Colombianas por la Paz
 
“El cese bilateral del fuego no es un tema bélico, no es un tema político, es un tema ético y humanitario”.

Por Redacción Política

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