El pabellón de reconocidos quemados

Pese a su reconocimiento público, a muchos el veredicto en las urnas no les fue favorable.

Redacción Política
26 de octubre de 2015 - 10:02 p. m.

Sin importar el reconocimiento público, los cargos que hayan desempeñado o el poder de la maquinaria política que tenían en sus campañas, hay candidatos que se daban por ganadores, pero que poco a poco se fueron desinflando, y finalmente las urnas sentenciaron su derrota.

Uno de los más reconocidos es el exvicepresidente Angelino Garzón, que se daba como una carta ganadora, al punto que llegó a plantear su indecisión sobre lanzarse por la Alcaldía de Bogotá o la de Cali. Se negaba a hacerlo por un partido y finalmente accedió a los coqueteos de la U, al no tener ninguna otra posibilidad para poner su nombre en el tarjetón electoral. Pero nada de eso fue suficiente y Garzón recibió una paliza electoral en su intención de gobernar la capital vallecaucana. Maurice Armitage, ganador, le sacó 120.000 votos de ventaja.

Quemado también resultó el candidato del Centro Democrático a la Alcaldía de Medellín Juan Carlos Vélez, quien punteaba en los últimos sondeos catapultado por la imagen del expresidente Álvaro Uribe. No obstante, no fueron profetas en su tierra y, al ver la ventaja que alcanzaba en las encuestas, el denominado “voto útil” y todo el respaldo que tenía el exalcalde Alonso Salazar se fue para las toldas del ganador, Federico Gutiérrez.

En Cundinamarca muchos apostaban a la expresidenta del Congreso Nancy Patricia Gutiérrez, por su reconocimiento nacional y por el apoyo del Centro Democrático, el Partido Conservador, algunos militantes del liberalismo y de Cambio Radical. Sin embargo, fue derrotada de forma contundente por el exrepresentante a la Cámara Jorge Rey, quien la superó por casi 180.000 votos.

Igualmente sorpresiva resultó la derrota de Milene Jaraba, esposa del cuestionado exrepresentante Yahír Acuña, quien aspiraba a la Gobernación de Sucre. Esta parecía una campaña invencible, pero las urnas dieron como ganador a Édgar Enrique Martínez, de Cambio Radical. Días antes de la elección, Acuña había sido detenido con $560 millones en efectivo y en los cálculos de todos estaba su triunfo. Sin duda, es la derrota de uno de los grandes barones electorales de Sucre.

También amparada en su reconocimiento nacional y el apoyo del Gobierno, la exnegociadora en La Habana Nigeria Rentería se lanzó por la Gobernación del Chocó, con la promesa de sacar las mafias políticas que han mandado por décadas en el departamento. Su intento fue en vano. El ganador fue Carlos Alberto Palacios, la carta de los Montes de Oca, la casa que ha manejado la política en la región, pese a que Odín Sánchez de Oca fue condenado por parapolítica y su hermano Patrocinio por corrupción.

En Cartagena no hubo encuesta en la que no punteara el candidato conservador Antonio Quinto Guerra. No obstante, su rival, el periodista Manuel Duque, logró al final inclinar la balanza a su favor y lo derrotó con una diferencia de más de 26.000 votos. En Santander, la casa de los Aguilar —el gobernador Richard Aguilar y su padre, el coronel (r) Hugo Aguilar— se dividió y le dejaron el camino libre al liberal Didier Tavera.

En el Cauca se dio una coyuntura atípica: Álvaro Uribe y el actual presidente del Senado, Luis Fernando Velasco, habituales contradictores, se unieron para apoyar la campaña de Jimena Velasco Chávez, hermana de este último, a la Alcaldía de Popayán. Casi todos vaticinaban la victoria, pero les ganó César Gómez, que tuvo casi 70.000 votos.

En Bogotá, la excandidata presidencial, presidenta del Polo Democrático y exalcadesa encargada Clara López Obregón parecía tener los pergaminos para mantener a la izquierda en el poder. Pero ganó Enrique Peñalosa y los análisis que se hacen es que se impuso el “voto castigo” por los problemas que enfrenta la capital, tras 12 años de gobiernos “zurdos”.

Por Redacción Política

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