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“Dale gracias a Dios que soy nacido nuevo, tengo el Espíritu Santo y a Jesucristo en mi corazón, porque si no hace rato estuvieras en la Ciénaga de la Virgen metido así”. Estas fueron las palabras del pastor cartagenero Miguel Fernando Arrázola en una prédica realizada el pasado 10 de marzo que volvieron a encender el debate alrededor de la religión en el país.
No dijo nombres propios, pero lo que sonó como una amenaza de muerte estuvo precedido por otros comentarios que se hicieron en referencia a un artículo publicado en el portal La Otra Cara, por el periodista Lucio Torres, titulado “El roscograma del pastor Arrázola recibe $200 millones”, en el que se daban cifras de los que serían los ingresos de la iglesia Ríos de Vida, del pastor y de su esposa María Paula García.
“Como sabes que no te puedo pegar, que bien te mereces un par de garnatadas mías... Y yo tengo unos manes tablúos (grandes) aquí que te pueden hacer la vuelta”, expresó el pastor. Lo dicho por Arrázola, en efecto, fue considerado como una amenaza de muerte y motivó que el periodista magangueleño radicara este miércoles una denuncia penal en la Fiscalía y un llamado de atención por parte de la Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP). “Las iglesias, como todo actor relevante en una sociedad, deben estar abiertas al escrutinio público, ser tolerantes a las críticas, responder a ellas si así lo consideran, pero no están legitimadas para atacar a periodistas”, dijo la FLIP en un comunicado.
La arena ya se había levantado en Cartagena luego de que el pastor Arrázola Pineda, dueño de la poderosa congregación Ríos de Vida, con sede en esa ciudad y en Barranquilla, lanzara un discurso en contra del presidente Santos y el proceso de paz en La Habana el pasado 2 de abril de 2016. Fue frente a decenas de seguidores que asistieron a la marcha convocada por el uribismo en el país. De hecho, varios medios, como Semana y el portal local El Metro, calificaron el hecho como un amague para lo que podría ser una futura aspiración política por parte del religioso.
El gusto por la política del pastor no es un cuento nuevo. Arrázola Pineda es abiertamente uribista. Durante la campaña a la presidencia, en 2014, no ocultó su gusto por el candidato del Centro Democrático Óscar Iván Zuluaga y por algunos medios en el Caribe fue reseñado su polémico trino de que la paz no se escribía con ‘S’ sino con ‘Z’. Una venia para Zuluaga, una oposición para Santos.
De hecho, en septiembre de 2013, el templo, ubicado en el barrio Pie de la Popa, recibió la visita del expresidente Álvaro Uribe Vélez y ese mismo día también estuvo presente el otrora alcalde de Cartagena, Dionisio Vélez. Es frecuente que varios políticos de la ciudad, aspirantes al concejo o a la Alcaldía, lleguen al recinto para recibir bendiciones de cara a las elecciones, incluso, el exalcalde Campo Elías Terán Dix, junto con su familia, hacían parte de la congregación.
A pocos meses de que se realizara el plebiscito, el pastor, con todo derecho, utilizó sus cuentas en Facebook, con casi 90 mil seguidores; y Twitter, con cerca de 27 mil, en ese momento, para oponerse al proceso de paz. En su campaña opositora usaba hasta fotos de desmembramientos, lanzaba pullas e invitaba a las personas a marchar en contra del gobierno. El secreto a voces en Cartagena es que gran parte de quienes respondieron a la convocatoria uribista hacían parte de Ríos de Vida, una iglesia a la que hoy en día podrían estar asistiendo, en promedio, unas 25 mil personas.
Un cálculo realizado en 2010 por siete personas que eran parte de esa iglesia —cuando había unos siete mil asistentes— y que, cuentan, tenían información contable de primera mano, señala que Ríos de Vida, registrada en el Ministerio del Interior bajo la resolución 373-27-03-02, podía recolectar mensualmente un poco más de 470 millones de pesos mensuales, entre ofrendas en los servicios semanales, el diezmo y lo que se recogía en grupos llamados semillas y células. La cifra que entrega el periodista Torres en su artículo es que ese recaudo actualmente puede llegar a los $1.250 millones mensuales.
No obstante, detrás de la mezcla que el pastor ha hecho con la política y la religión, hecho que muchos consideran reprochable y que, sin duda, es todavía el origen de varios de los conflictos que se viven en el mundo y motivadora de muchos de los más grandes exterminios en la historia de la humanidad, hay una realidad que muchos dicen callar por temor a represalias, dado el inmenso poder que ostenta Arrázola desde su atril.
"En Colombia hay persecución religiosa: María Paula García, esposa de Arrázola
Lo más reciente en el largo episodio han sido las declaraciones que la esposa de Arrázola, María Paula García, desde la Defensoría del Pueblo, señalando que su familia y la congregación que habían sido objeto de “señalamientos irresponsables, abusivos, groseros y con intimidaciones de todo tipo, a raíz de nuestra decisión de votar no al plebiscito”. (Ver video)
García dijo que las cifras de sus sueldos son inventos. “Dan cifras de lo que, según ellos, son los ingresos de nuestra congregación y hasta se atreven a decir que son producto del lavado de dinero”, expresó la mujer y agregó que “en Colombia hay persecución religiosa, hay discriminación, no hay garantías para predicar la palabra de Dios”.
Tras las declaraciones de García, algunos le han recordado el episodio ocurrido días previos a la firma del acuerdo de paz en Cartagena, cuando el pastor Arrázola arremetió contra varias mujeres, pertenecientes al Círculo de Mujeres de Cartagena, que realizaron una muestra artística en apoyo al proceso de paz. Arrázola publicó en su Facebook varias fotos del evento con la leyenda: “Una paz con ritos satánicos no es más que un intento de burlarse de Jesús, príncipe de la paz”.
El cuestionamiento que muchos se hicieron en redes sociales, en su momento, fue sobre cuál era el problema de que, en caso de que fuesen ritos satánicos, se realizaran en un país donde la libertad de cultos está consignada en la Constitución.
La marcha del 1° de abril
Desde su orilla política, y tal como lo hizo hace un año, Arrázola invita esta vez a la marcha que convocan el Uribismo y el exprocurador Alejandro Ordóñez para el próximo 1° de abril, que ellos han denominado como la marcha anticorrupción. El pasado 8 de marzo, Arrázola publicó fotos de la visita que a su iglesia hicieron Ordóñez y el senador Fernando Araújo, del Centro Democrático.
Una invitación a una marcha, que como ha señalado La Silla Vacía, se podría convertir en el inicio de la campaña de Ordóñez a la Presidencia de la República.