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El ruido de Venezuela

Las declaraciones del general (r) Javier Rey, la captura del general venezolano Hugo Carvajal en Aruba, la designación de Ernesto Samper como secretario de Unasur... una semana de sucesos con un elemento común: el vecino país.

Redacción Política
27 de julio de 2014 - 02:00 a. m.
Los presidentes de Colombia y Venezuela, Juan Manuel Santos y Nicolás Maduro, en el encuentro binacional el 22 de julio de 2013. / Presidencia
Los presidentes de Colombia y Venezuela, Juan Manuel Santos y Nicolás Maduro, en el encuentro binacional el 22 de julio de 2013. / Presidencia

Por estos días, la mesa de diálogos entre el Gobierno y las Farc está concentrada en las discusiones internas sobre la metodología para empezar a tramitar el tema de las víctimas, pero tanto en la política interna como en los escenarios internacionales lo que se augura son fuertes debates. El Congreso 2014-2018 ya arrancó y está claro que el proceso de paz va a ser el pulso central, pero mientras se calientan los motores de las fuerzas en disputa, súbitamente el asunto Venezuela terminó atravesándose sin que se tengan claros sus efectos.

El primer detonante fueron las declaraciones que el general (r) Javier Rey le dio al programa Los informantes del canal Caracol, en las que aseguró que además de la mesa de negociación en La Habana, existe otra instancia de consulta en Venezuela. El exoficial, que renunció en medio del escándalo de la Sala Andrómeda por presuntas interceptaciones ilegales, que defendió la candidatura de Óscar Iván Zuluaga y que ha sido incisivo crítico del gobierno Santos, aseguró que funcionarios del Gobierno se han reunido en Venezuela con Timochenko.

Aunque el tema ha pasado de agache, la evidencia de que sus declaraciones generaron roncha fue el comunicado expedido por el Ejército en el cual rechazaron que exista un plan tortuga de las Fuerzas Militares y le recordaron al exoficial que tanto los miembros activos de la institución como los de la reserva tienen la obligación de guardar el secreto de los documentos que puedan afectar la seguridad nacional o la institucionalidad de la fuerza a la que pertenecen o han pertenecido. Es decir, se apartaron de Rey y sus amigos de causa.

A pesar del ruido causado por las declaraciones del general (r) Rey, la condición de Venezuela como país facilitador en los diálogos de paz de La Habana le otorga facultades para que, con la debida discrecionalidad, contribuya al buen desarrollo de las negociaciones. En esa medida, al menos colabora a que las comunicaciones o los contactos fluyan. Fuentes consultadas por El Espectador sostienen que de ese compromiso político a que Timochenko tenga vía libre para recibir a delegados del Gobierno o de las Farc como una mesa paralela, hay mucho trecho.

Sin embargo, los opositores del proceso de paz creen que Venezuela sigue siendo un refugio de los jefes de la guerrilla y cualquier comentario es importante para sus tesis. Por ejemplo, a raíz de la captura en la isla de Aruba del general venezolano Hugo Carvajal, ya han encontrado otro filón para insistir en que el gobierno de Nicolás Maduro —herencia de Hugo Chávez— es permisivo con la insurgencia colombiana. Este asunto está por resolverse y ya genera escándalo internacional. Cualquiera sea el desenlace, puede repercutir en la discusión sobre la paz de Colombia.

Del otro lado, los defensores de la negociación con las Farc creen que, más allá del caso Carvajal y sus líos con Estados Unidos, lo que buscan los enemigos de la paz es desprestigiar a Venezuela y de paso golpear los diálogos de La Habana. En el trasfondo del debate hay un asunto pendiente: alguien estaba chuzando a los negociadores de La Habana y ese entorno que salió a relucir en Andrómeda, la Sala Gris o el hacker Sepúlveda, no ha sido aclarado debidamente por la Fiscalía. Es la otra cara de una pela política que hoy pasa por Colombia, Venezuela y Estados Unidos.

En medio de este cruce de señalamientos y suspicacias, el expresidente Ernesto Samper fue escogido como secretario de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), un organismo que se perfila determinante para el proceso de paz de Colombia. Una jugada maestra para garantizar un apoyo continental a los diálogos de La Habana con el compromiso de apoyar en temas como comisiones de la verdad y verificación de acuerdos. No obstante, el ascendente de Venezuela en esta entidad también genera incomodidades múltiples.

Se da por descontado que Estados Unidos va a presionar; que los opositores del proceso de paz buscan que la pata de la que cojee de la mesa sea Venezuela; que el caso Hugo Carvajal se convierta en un escándalo internacional; y que en el Congreso se encienda el debate que el uribismo quiere dar. Pero se adelantó la exfiscal Viviane Morales, quien ya citó a los negociadores de paz Sergio Jaramillo y Humberto de la Calle, para que expliquen al país hacia dónde van los diálogos de La Habana, sin que sean presentados como una amenaza para Colombia.

Por Redacción Política

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