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"El senador Jorge Robledo me retó a pelear": Clara López

La excandidata reveló una carta que había enviado al comité ejecutivo donde relató el bochornoso episodio ocurrido en la segunda vuelta de las presidenciales.

Redacción Política
30 de octubre de 2014 - 04:59 p. m.
"El senador Jorge Robledo me retó a pelear": Clara López

La excandidata presidencial Clara López Obregón reveló una carta que le envió en días pasados al comité ejecutivo del Polo donde deja ver las razones del distanciamiento con el sector del partido liderado por el senador Jorge Enrique Robledo.

López dio a conocer que, a partir de su apoyo a la candidatura de Juan Manuel Santos en segunda vuelta de los comicios presidenciales, se hizo evidente el rechazo de varios dirigentes del PDA a su postura, lo que desencadenó la actual división interna.

“Mis detractores vieron en él (publicidad a favor de Santos), la entrega de las banderas del Polo mientras que yo pensé estar dándole vigencia a nuestra concepción de la paz que no se satisface solamente con el silencio de los fusiles sino que se manifiesta en más educación, salud, desarrollo en el campo y calidad de vida”, sostuvo.

La excandidata además se quejó por la “descalificación” que primó en su contra a través de declaraciones públicas, avisos pagos y volantes distribuidos en grandes cantidades.

Reveló igualmente un episodio en el cual, según ella, el senador Jorge Enrique Robledo lo retó a pelear.

Debo recordar que cuando salíamos a leer el comunicado a la prensa la noche de la decisión del voto en consciencia, el senador Robledo me paró en la escalera y me retó a pelear”, relató en su carta.

Finalmente, le pidió a Robledo entender “que este partido necesita muchos liderazgos, de hombres y también de mujeres. No basta con uno solo, necesitamos cientos, ojalá fueran miles”.

Carta de Clara López al Polo

Para terminar, no quiero soslayar el rechazo de varios dirigentes del Partido al contenido del comercial con que apoyé la campaña de Santos. Seguramente podría haber sido más cuidadoso. Mis detractores vieron en él, la entrega de las banderas del Polo mientras que yo pensé estar dándole vigencia a nuestra concepción de la paz que no se satisface solamente con el silencio de los fusiles sino que se manifiesta en más educación, salud, desarrollo en el campo y calidad de vida. Qué lástima que en vez de haber convertido el comercial en un Florero de Llorente, los agraviados hubiesen utilizado los mecanismos estatutarios de la discusión interna para expresar sus glosas y buscar corregir la situación. No. La descalificación de la Presidenta fue lo que primó en sus declaraciones públicas, avisos pagos, volantes distribuidos en cantidades que habría agradecido por lo masivas y contundentes, en la campaña de la primera vuelta.

Debo recordar que cuando salíamos a leer el comunicado a la prensa la noche de la decisión del voto en consciencia, el senador Robledo me paró en la escalera y me retó a pelear. Por lo que yo percibo, primero vino la decisión de pelear y después la justificación de la misma en el comercial que es un asunto que se habría podido tramitar sin traumatismos. Hoy repito lo que le respondí en esa ocasión que muchos aquí presentes me escucharon afirmar: ¿Cuál pelea? Peleará solo porque yo no voy a pelear. Por lo visto tampoco recibió las rosas amarillas que le envié desde el Tequendama en gesto conciliatorio, después de leer su aviso en El Tiempo.

Haber llevado la descalificación a los medios de comunicación ha tenido graves efectos, no el menor de ellos, el que haga carrera en el Polo que un dirigente o una tendencia, o una alianza entre tendencias pueda, sin fórmula de juicio, sin debido proceso, sin derecho a réplica, juzgar y condenar a otra dirigente, a otros sectores del partido, porque no comparten la apreciación política en la coyuntura. No. Eso es antidemocrático, falta a las mínimas garantías de respeto por la diferencia, ¡que la hay! Y niega de facto el derecho a disentir y a la libre expresión de las ideas consagrada, no solo en los estatutos del Polo, sino en la Constitución Política.

¿De dónde acá, la discrepancia se erige en “error histórico”, en “incumplimiento de los estatutos”, en “extralimitación de la directriz del Ejecutivo” que aquí aprobamos todos por unanimidad? Senador Robledo: fue aquí, después de cinco horas de discusión álgida y profunda entre varias posturas, que adoptamos una determinación mediante voto unánime, incluido el suyo, para que después venga a decir que el CEN me hizo un favor, tal niña mimada, de permitirme votar a conciencia como lo manifestó en entrevista al EL TIEMPO. Entienda senador Robledo, que este partido necesita muchos liderazgos, de hombres y también de mujeres. No basta con uno solo, necesitamos cientos, ojalá fueran miles. 

Por Redacción Política

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