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Enfilando baterías para la campaña por el sí

El Gobierno trabaja en tres frentes para allanar el camino de la refrendación ciudadana de los acuerdos de paz con las Farc. Y su estrategia sólo está a la espera de que la Corte Constitucional defina el mecanismo.

Marcela Osorio Granados
01 de julio de 2016 - 04:15 a. m.
El presidente Juan Manuel Santos dice tener la certeza de que los colombianos votarán sí en el plebiscito.  / EFE.
El presidente Juan Manuel Santos dice tener la certeza de que los colombianos votarán sí en el plebiscito. / EFE.
Foto: EFE - Christian Escobar Mora

Una imagen vale más que mil palabras, y eso fue lo que quedó claro hace un poco más de dos semanas cuando, al término de un Consejo de Ministros, todos los altos funcionarios del Gobierno posaron en una foto usando un distintivo con la imagen de la campaña por el sí a la paz. La estrategia dejó entrever que el Ejecutivo viene desde hace tiempo allanando el terreno y preparando toda su artillería para lo que será la refrendación de los acuerdos de paz con las Farc.

Aunque no existe una campaña formal, pues el Gobierno sigue a la espera de que la Corte Constitucional dé vía libre al plebiscito, el Ejecutivo está jugando sus cartas de cara a un concepto positivo por parte del alto tribunal y con la convicción de que la iniciativa de refrendación no será derrotada en las urnas. “Yo creo que conozco al pueblo colombiano(…) Yo no tengo plan B si no se aprueba el plebiscito, porque creo que no va a haber necesidad de un plan B”, aseguró el presidente Juan Manuel Santos.

Bajo esa premisa, la estrategia se ha ido construyendo en los últimos meses -en buena parte también para hacerle contrapeso a la denominada resistencia civil impulsada por el uribismo- en tres frentes claros de batalla.

En primer lugar está la articulación entre los partidos políticos y los movimientos sociales, que desde sus fuerza regional, serán el impulso fundamental en el voto por el sí. Una labor que encabeza el exministro de Trabajo Luis Eduardo Garzón y en la que, según explicó, trabaja hace más de un mes. “Hay unos que estamos en tres niveles: con los partidos políticos, que tienen su propia dinámica y nadie va a ir a decirles qué es lo que tienen que hacer, pero que por lo menos nos enteremos qué están haciendo y poder coordinar. Movimientos sociales también, unos dependen de partidos políticos y otros tienen autonomía propia. Un tercer elemento son las regiones. Este proceso se sienta y lo viven muchas personas en las regiones que han vivido el conflicto”, dijo Garzón en diálogo con RCN Radio.

Sobre ese punto se han dado ya avances importantes. Por ejemplo, el pasado viernes, tras una reunión en Casa de Nariño con el presidente Santos, la ministra de Educación Gina Parody, la de Trabajo Clara López Obregón y el de Posconflicto Rafael Pardo, los representantes de las principales centrales obreras y sindicatos - CUT, CGT, CTC y Fecode- expresaron su compromiso de promover el plebiscito por la paz como mecanismo de refrendación de los acuerdos. “El apoyo se mantiene unánimemente por parte del movimiento sindical, de la Confederación Democrática de Pensionados, la Confederación de Pensionados de Colombia. Y estamos en la línea igualmente de apoyar el mecanismo que se adoptó en La Habana, apoyar el plebiscito”, afirmó entonces Julio Roberto Gómez, presidente de la CGT.

El segundo frente es el de los empresarios, un sector que será determinante para la financiación de la campaña por el sí, sobre todo si se tiene en cuenta que, tal como quedó establecido en el proyecto de fallo que se estudio a en la Corte Constitucional, el Gobierno no puede utilizar recursos del Estado para las campañas. De ahí la importancia de la tarea que lidera el expresidente de Avianca Fabio Villegas, quien fue el hombre designado por el Ejecutivo para abrir canales de comunicación y convocar a los empresarios para que rodeen el proceso y, por supuesto, se unan a la campaña.

Y por último está la cruzada frontal que emprenderán los ministros de Gobierno una vez la Corte Constitucional determine si los funcionarios públicos pueden o no participar directamente en la campaña.

La idea es que, una vez haya humo blanco por parte de la Corte y se avale la participación de los funcionarios públicos, los ministros se empleen a fondo para trabajar en todas las regiones y desde todos los campos en la socialización de los acuerdos y en la consecución de fuerzas a favor del acuerdo.

Y mientras el Gobierno se prepara, desde la otra orilla la oposición, liderada por el Centro Democrático, continúa la campaña en contra del plebiscito. El expresidente Álvaro Uribe aseguró ayer, a través de una serie de mensajes en su cuenta de Twitter, que no hay claridad alrededor del mecanismo de refrendación planteado y que además no tiene en cuenta las reglas democráticas.

Según las cuentas del expresidente, el plebiscito tiene seis inconsistencias claras: “1. Reducción del umbral; 2. Una sola pregunta. Todos queremos La Paz, no todos la Impunidad Total; 3. Amenaza de volver a la "guerra". Pensamos que si el Gobierno pierde el plebiscito es la oportunidad de reorientar el proceso sin levantar la mesa; 4. Gobierno negó recursos oficiales para No o Abstención, pero se lanza con todos los recursos en publicidad por el sí; 5. Gobierno condiciona apoyos económicos a alcaldes y gobernadores a que se comprometan con el Sí al Plebiscito; 6. Es un tema político y por el bien de la democracia las FFAA deben no intervenir y mantenerse por encima”.

Por Marcela Osorio Granados

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